¿Los alimentos sin glúten son más sanos?

La dieta sin glúten se ha popularizado muchísimo en los últimos años. Y ahora los celiacos no son los únicos que se privan de esta proteína en su día a día, sino que también es una práctica muy extendida entre la población general. Creen que eso puede ayudar a controlar problemas de salud como dolores de cabeza, depresión, fatiga prolongada, etc. Pero, ¿realmente es mejor llevar una dieta sin gluten para personas que no son intolerantes a él?

Es una buena noticia... para los celiacos

La enfermedad celiaca afecta a las personas que no toleran el gluten, una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, la avena, la cebada o el centeno. Al consumirse, el gluten daña el intestino delgado de los celiacos y altera la absorción de vitaminas, minerales y nutrientes en el organismo. Como consecuencia se pueden derivar numerosos síntomas, desde problemas digestivos, hasta fatiga, problemas de piel o deficiencias nutricionales.

Las personas que padecen esta enfermedad deben ser muy cuidadosos con no ingerir algunos productos como la cerveza, la pasta, los helados, las golosinas, los rebazados y los empanados (los que no están específicamente diseñados sin glúten). Sin embargo, hay muchísimos otros alimentos que los celiacos pueden consumir con total normalidad, como la verdura, la fruta, el pescado, la carne, los lácteos, los mariscos, las hortalizas, las legumbres, los huevos, los frutos secos, etc.

Lo cierto es que la lista de alimentos “permitidos” es muy grande. Pero claro, una parte muy importante de la cesta de la compra del consumidor medio ha pasado por algún tipo de procesamiento quasi industrial que eleva notablemente las probabilidades de que contenga glúten o trazas del mismo. Por eso los celiacos tienen que andarse con mucho cuidado y consultar antes el etiquetado antes de de echar cualquier producto mínimamente procesado a la cesta de la compra. Y es importante consultar antes el etiquetado de cualquiera de estos productos.

Ahora bien, el peor de los efectos que tiene incorporar esta precaución a la hora de hacer la compra es que puede suponer un incremento del gasto considerable. Esta diferencia existente entre los productos con y sin gluten se debe principalmente al mayor coste de las materias primas utilizadas en la producción sin gluten, en la necesidad de controles de calidad que garanticen la seguridad alimentaria del producto final,entre otros. Cuando calculamos el agregado anual de los productos específicos y libres de gluten que las personas celiacas deben consumir encontramos que la diferencia de precios entre la cesta de la compra de productos con gluten y sin gluten se sitúa en 538,98 euros más al año para los celiacos.

La buena noticia para los celiacos es que cada vez más gente se ha apuntado a la moda de hacer una dieta sin gluten cuando no hay ninguna necesidad médica… bajo la creencia de que los productos sin gluten son más beneficiosos para la salud. Basta con dar un paseo por cualquier supermercado para observar hasta qué punto se han puesto de moda los alimentos etiquetados como “gluten free”.

Esta masiva transformación en los hábitos de consumo ha provocado que muchas empresas se hayan lanzado a explotar este “filón consumista”. De hecho, los productos alimenticios ya no son los únicos que se promocionan de esta forma. Cada vez son más los sectores que se han sumado a esta moda para promocionar sus artículos sin gluten. Y esto es una buena noticia porque en los últimos años la competencia por hacerse con este “target” de personas que no consumen glúten es cada vez más grande. Y en consecuencia, cada vez hay más productos y a un mejor precio en el mercado. Pero, ¿esto realmente tiene sentido para las personas que no padecen intolerancia al glúten?

¿Es saludable privarse totalmente de glúten?

Restringir el gluten puede provocar ciertas deficiencias de micronutrientes. Entre otras cosas, las personas que se privan de esta proteína suelen presentar falta de algunas vitamnas, como vitamina C, D, B12, ácido fólico, etc. Aunque también puede darse una carencia de minerales como el calcio, el hierro el zinc y el manganeso.

Y si comparamos la microbiota intestinal de las personas que siguen la dieta sin gluten (independientemente de si lo necesitan o no) con aquellas que no la siguen, encontramos que las personas del primer grupo presentan una microbiota intestinal con un mayor número de bacterias, en general. Además, presentan una menor proporción de bacterias beneficiosas, como bifidobacterias, frente a patógenos y bacterias dañinas.

En conclusión, consumir alimentos sin glúten no sólo no es beneficioso para las personas que no padecen algún tipo de intolerancia al glúten; sino que además puede provocar la deficiencia de algunos nutrientes y debilitar notablemente la flora intestinal. Por lo que no podemos decir que exista un beneficio médico derivado de ello.