Descubre cómo la piel del pescado puede hacer que tu piel luzca más joven y saludable

La dieta mediterránea es mundialmente conocida por ser una de las más saludables del mundo. Uno de sus secretos es la gran presencia de pescado, que es un ingrediente indispensable en cualquier dieta saludable. Además de ser una fuente de nutrientes muy completa, el pescado también está asociado a una disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como de mortalidad por enfermedad coronaria.

También evita el deterioro cognitivo, la artritis reumatoide y previene ciertos tipos de cáncer. Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, el pescado también es mucho más digerible que otros tipos de alimentos, como la carne, por lo que nuestro organismo puede utilizarlo de una forma más eficiente.

Según la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad), deberíamos consumir alrededor de 3 o 4 raciones de pescado por semana, procurando variar entre pescados blancos y azules. En mujeres embarazadas, planificando estarlo o en lactancia y en niños de 0 a 10 años, se recomienda evitar el consumo de especies con mayor contenido en metilmercurio, como el pez espada o emperador, el tiburón, el atún rojo o el lucio.

Alrededor del consumo de pescado, siempre existe la duda de si es bueno comer su piel o no. Muchos creen que es peligroso y que algunos de los componentes de la piel tienen un impacto negativo en nuestra salud. Pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que comer la piel de algunas especies puede aportar nutrientes recomendables para el correcto desempeño de nuestro organismo, además de ser un delicioso snack tradicional en muchos países.

Uno de los campos donde más pueden sobresalir los aportes nutricionales de la ingesta de piel de pescado es en el de la belleza:

Los beneficios para nuestra piel

El aporte de vitaminas liposolubles, es decir, aquellas que son transportadas por las grasas y que pueden almacenarse en el cuerpo (sobre todo vitamina E) ayuda a que la piel mantenga una textura suave y elástica. En función del tipo de pescado, el aporte de nutrientes será diferente. Por ejemplo, si comemos piel de salmón o de trucha, tendremos un aporte más grande de vitamina E que si comemos la piel de atún o de merluza.

Además, la piel del pescado también es una fuente estupenda de colágeno, que es la proteína encargada de dar firmeza y elasticidad a nuestra dermis, así como para la correcta renovación de las células de nuestra piel en favor de otras nuevas. O sea, que la piel de pescado puede aportar grandes cantidades de colágeno, que es el elemento encargado de mantener nuestra piel con un aspecto joven y saludable.

Además de vitaminas liposolubles y colágeno, la piel del pescado también aporta otros nutrientes beneficiosos para la salud y la belleza de nuestra piel, como ácidos grasos omega 3, que es un tipo de grasa poliinsaturada que tiene propiedades hidratantes y dermoprotectoras, lo que ayuda a combatir las arrugas, manteniendo la elasticidad y firmeza de nuestra piel, además de servir como defensa frente a los rayos UV del sol, que es uno de los elementos que más influye en el envejecimiento prematuro de la piel.