Salud

Dormir poco puede estar en los genes

Hasta ahora, la comunidad científica había relacionado cuatro genes con el sueño breve

Cómo duermes puede provocar alzhéimer
Dormir poco puede afectar reducir partes del cerebro relacionadas con el alzheimerFreepik

Dormir menos de 7 u 8 horas provoca efectos adversos en nuestra salud. El sueño es vital para el rendimiento de nuestro cuerpo y la falta de él puede provocar obesidad, diabetes, desequilibrios en el metabolismo, enfermedades cardiacas, deterioro cognitivo y mayor riesgo de mortalidad. Además, dormir ayuda a pensar con más claridad, a tener mejores reflejos y a concentrarse mejor.

Según un estudio reciente publicado por la Universidad de Yale, no pasar suficiente tiempo en las dos fases profundas del sueño puede acelerar el deterioro de partes del cerebro relacionadas con la aparición y la progresión de alzhéimer. Y esto es una mala noticia para España.

Este nuevo trabajo lanzado asegura que los déficits en la fase de ondas lentas y la fase REM del sueño parecen 'reducir' partes del cerebro que se sabe que son indicadores tempranos del deterioro cognitivo y de la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, hay personas que son capaces de sentirse plenamente descansado después de dormir solo entre cuatro y seis horas cada noche. Esta condición podría venir dada a través de los genes.

Y es que un equipo científico de Estados Unidos y China ha descubierto una nueva variante genética humana asociada al sueño corto natural.

Su descripción se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y, según los científicos, este hallazgo sirve para avanzar en la comprensión de la regulación del sueño y ofrecer, en un futuro, posibles dianas terapéuticas para mejorarlo.

Detrás del nuevo trabajo hay investigadores de la Universidad de California San Francisco (Estados Unidos) y de la Academia China de Ciencias.

Hasta ahora, la comunidad científica había relacionado cuatro genes con este tipo de sueño breve. En este nuevo estudio y mediante la secuenciación del exoma completo -parte del genoma que codifica para proteínas-, el equipo identificó otra mutación, en este caso dentro del gen SIK3, informa Efe.

Los genes condicionan el sueño

Una vez identificada, los investigadores liderados por Ying-Hui Fu y Guangsen Shi constataron en experimentos de laboratorio que una mutación (N783Y) alteraba la estructura de la proteína SIK3, dificultando su capacidad para transferir moléculas de fosfato a otras proteínas, un proceso conocido por su implicación en la regulación del sueño.

Para confirmar sus hallazgos, los autores generaron ratones portadores de la citada mutación y descubrieron que aquellos roedores mutantes dormían una media de 30 minutos menos cada noche, en comparación con los animales inalterados.

La modelización informática indicó después que la mutación provoca cambios estructurales que afectan a la capacidad de la proteína para transferir grupos fosfato.

La abundancia de la proteína era similar entre los ratones mutantes y los no alterados, lo que indica que los cambios en la fosforilación de la proteína -proceso por el que se agrega un grupo fosfato a una molécula- se debían a una actividad alterada de SIK3 y no a una alteración de los niveles de proteína, resume la revista.

Los resultados sugieren que SIK3 podría desempeñar un papel fundamental en la duración del sueño humano.

"Estos hallazgos amplían nuestra comprensión de las bases genéticas del sueño", escriben los autores en su artículo.

Resaltan, además, implicaciones más amplias de la actividad de las quinasas -enzimas- en la regulación del sueño en diferentes especies y "brindan mayor respaldo a posibles estrategias terapéuticas para mejorar la eficiencia del sueño", añaden los científicos.