Salud
Descubren cómo revertir el envejecimiento del hígado: «Es como si viajara atrás en el tiempo»
Un estudio demuestra que el daño hepático causado por el estrés y el paso del tiempo puede ser reversible, lo que podría llevar a decir «adiós» a los trasplantes
El hígado es el órgano con la mayor capacidad de regenerarse de todo el cuerpo humano. Es una víscera de color rojo oscuro, amarronado, que se encuentra en la parte superior derecha del abdomen. Su función es crucial para el organismo: regula los productos de desecho que se encuentran en la sangre y elimina las toxinas.
Pero, a pesar de ser uno de los órganos más resistentes que tenemos, sigue siendo vulnerable a los estragos del estrés y el envejecimiento. Estos daños hepáticos provocan enfermedades como la cirrosis o la hepatitis, que pueden desembocar en problemas graves y fallos que requieran de un trasplante. Ahora, un equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, podría haber encontrado la forma de hacer retroceder el tiempo y restaurar el hígado.
En experimentos realizados con ratones y tejido hepático humano, los investigadores descubrieron cómo el proceso de envejecimiento provoca la muerte de determinadas células hepáticas. A continuación, lograron revertirlo en los animales con un fármaco en fase de investigación. El hallazgo, que aparece en la revista Nature Aging, es muy prometedor para los millones de personas que tienen algún grado de daño hepático, es decir, hígados esencialmente viejos debido a las tensiones metabólicas del colesterol alto, la obesidad, la diabetes u otros factores.
Pero no solo es un paso de gigante para Gastroenterología, sino para la longevidad en general. «Nuestro estudio demuestra que el envejecimiento es, al menos en parte, reversible», afirma la Dra. Anna Mae Diehl, autora principal del trabajo y catedrática distinguida de Medicina 'Florence McAlister' de Duke. «Nunca se es demasiado viejo para mejorar», celebra.
Diehl y sus colegas se propusieron entender cómo la enfermedad hepática no alcohólica se convierte en una afección grave llamada cirrosis, en la que la cicatrización puede conducir al fallo orgánico. El envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo de cirrosis entre las personas diagnosticadas de hepatopatía no alcohólica, hígado graso no alcohólico o MASLD, por sus siglas . Uno de cada tres adultos de todo el mundo padece esta enfermedad.
Hígados de ratones viejos parecían jóvenes y sanos
Estudiando los hígados de ratones, los investigadores identificaron una firma genética distintiva de los hígados viejos. En comparación con los hígados jóvenes, los órganos viejos presentaban una abundancia de genes que se activaban para provocar la degeneración de los hepatocitos, las principales células funcionales del hígado.
«Descubrimos que el envejecimiento favorece un tipo de muerte celular programada en los hepatocitos denominada ferroptosis, que depende del hierro», explica Diehl. «Los estresores metabólicos amplifican este programa de muerte, aumentando el daño hepático», añade.
Armados con su firma genética de hígados viejos, los investigadores analizaron tejido hepático humano y descubrieron que los hígados de personas diagnosticadas de obesidad y MASLD portaban la firma, y cuanto peor era su enfermedad, más fuerte era la señal. Y lo que es más importante, los genes clave del hígado de las personas con hepatopatía estaban muy activados para promover la muerte celular a través de la ferroptosis.
Esto proporcionó a los investigadores un objetivo definitivo. «Hay cosas que podemos utilizar para bloquear esta señal», afirma Diehl. De nuevo en ratones, los investigadores alimentaron a ratones jóvenes y viejos con dietas a base de alimentos grasientos y fritos, que les hacían desarrollar MASLD.
A continuación, administraron a la mitad de los animales un fármaco placebo y a la otra mitad el fármaco que desarrollaron, llamado Ferrostatina-1, que inhibe la vía de la muerte celular. Tras el tratamiento, los hígados de los animales a los que se administró Ferrostatin-1 parecían biológicamente hígados jóvenes y sanos, incluso en el caso de los animales viejos a los que se mantuvo con la dieta que inducía la enfermedad.
«Esto es esperanzador para todos nosotros», dice la catedrática. «Es como si tuviéramos ratones viejos comiendo hamburguesas y patatas fritas e hiciéramos que sus hígados se parecieran a los de adolescentes jóvenes comiendo hamburguesas y patatas fritas», asegura.
Diehl explica que el equipo también analizó cómo afecta el proceso de ferroptosis en el hígado a la función de otros órganos, que a menudo resultan dañados a medida que avanza la MASLD. La firma genética fue capaz de diferenciar entre corazones, riñones y páncreas enfermos y sanos, lo que indica que los hígados dañados amplifican el estrés ferroptósico en otros tejidos.
«En conjunto, hemos demostrado que el envejecimiento agrava la hepatopatía no alcohólica al crear estrés ferroptósico, y al reducir este impacto, podemos revertir el daño», concluye Diehl. Te puede interesar: Estas bebidas aumentan el riesgo de cáncer de hígado: solo una al día es perjudicial
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