Oncología
Desde disfagia hasta hipo: los signos de alerta del cáncer de esófago
Es importante detectar estos síntomas a tiempo para lograr así tasas de supervivencia del 85% a los cinco años
El cáncer de esófago es una enfermedad silenciosa que afecta al tubo que conecta la garganta con el estómago. Aunque no es de los más frecuentes, su tasa de mortalidad es alta debido a su detección tardía.
Constituye la sexta causa de muerte por cáncer en el mundo y es precisamente «el sexto tumor más frecuente del aparato digestivo en España, por detrás del cáncer colorrectal, páncreas, estómago, hígado y vesícula biliar», precisa el doctor Blas Flor, jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Valencia, que confirma que se trata de un tumor «cuya supervivencia global es baja, aunque siempre depende del momento en el que se diagnostique».
Y ese es precisamente el problema, ya que en las etapas iniciales de la enfermedad, el cáncer de esófago pasa como de puntillas. «Habitualmente es asintomático. A menudo se diagnostica tarde debido a que sus síntomas iniciales son inespecíficos y pueden confundirse con problemas digestivos más comunes como el reflujo gastroesofágico», explica el doctor.
Además, no existen pruebas de detección rutinarias para este tipo de cáncer, no hay cribados, lo que dificulta aún más su detección temprana.
En etapas un poco más avanzadas los pacientes pueden, según el doctor Flor, «presentar disfagia (dificultad para tragar o sensación de que el alimento se ha quedado detenido en la garganta o en el tórax), pérdida de peso y síntomas respiratorios como tos e infecciones respiratorias de repetición y que no mejoran con tratamiento. También vómitos con sangre, disfonía (ronquera) e hipo».
Ante la menor duda es importante ponerse en manos de un sanitario. «Cuanto más pronto se diagnostica el cáncer de esófago mejor será el pronóstico de la enfermedad, ya que estará en una etapa inicial, lo que aumenta las probabilidades de poder curar al paciente», incide el cirujano.
Así, cuando se diagnostica y se trata en estadios tempranos se consiguen tasas de supervivencia a los 5 años superiores al 85%; en estadios más avanzados puede variar del 5 al 47%, según los datos facilitados por el doctor Flor.
Es decir, que pese a tratarse de un cáncer altamente letal, un paciente con cáncer de esófago puede, según Flor, «convertirse en un enfermo crónico en algunos casos, especialmente gracias a los avances recientes en tratamientos como la inmunoterapia, la terapia dirigida y la radioterapia de precisión. Esto significa que, aunque no se logre la curación completa, la enfermedad puede mantenerse controlada durante largos periodos, permitiendo una buena calidad de vida».
Respecto a los tratamientos en sí, el especialista explica que «en etapas iniciales se pueden plantear procedimientos endoscópicos para poder resecar el tumor de manera completa y con buenos márgenes de seguridad».
«En etapas más avanzadas –prosigue– podría indicarse cirugía, con la administración o no de quimioterapia y radioterapia preoperatoria. Estas decisiones siempre se tomarán en reuniones de equipos donde participan diferentes especialidades: radiólogos, anatomopatólogos, oncólogos y cirujanos digestivos, donde analizan todas las pruebas realizadas, valoran al paciente de manera individual y deciden el mejor manejo terapéutico».
Por eso si acaba de ser diagnosticado, «lo primero que hay que tener es tranquilidad. Los avances en la medicina son continuos y han aportado grandes avances en los últimos años, ofreciéndole al paciente ventajas desde el punto de vista de cirugía y de quimioterapia. Debes informarte, cuidarte y apoyarte en profesionales de confianza», recomienda el doctor Flor, que explica que la cirugía mínimamente invasiva y la cirugía robótica han generado un cambio en el abordaje quirúrgico, disminuyendo las tasas de complicaciones, garantizando resecciones oncológicas correctas.
A eso hay que añadir los avances en quimioterapia e inmunoterapia, que han mejorado las tasas de supervivencia en los pacientes
En segundo lugar, el doctor Flor aconseja «confirmar el diagnóstico, preguntando, incluso, por una segunda opinión si fuera necesario. Recomendaría acudir a equipos especializados y que tengan experiencia en el manejo del cáncer de esófago, donde serán valorados por un equipo multidisciplinar que garantizará los mejores resultados de tratamiento».
«Y, en tercer lugar, debes prepararte para los tratamientos que se avecinan, tanto nutricionalmente como psicológica o espiritualmente, así como mantener hábitos de vida lo más saludables posible», añade.
¿A qué se debe este tumor?
►No se sabe con exactitud cuál es la causa del cáncer de esófago, aunque se ha demostrado que el consumo de tabaco y alcohol, el reflujo gastroesofágico, la obesidad y el esófago de Barrett aumentan el riesgo de desarrollar este tumor. La genética y las infecciones también pueden jugar un papel en algunos casos. El cáncer de esófago generalmente comienza en las células que recubren su interior, cuando estas desarrollan mutaciones en su ADN y se multiplican sin control, pero puede desarrollarse en cualquier parte del esófago.