Salud mental

El ejercicio disminuye los intentos de suicidio en personas vulnerables

La prescripción de rutinas deportivas a pacientes con enfermedades mentales o físicas desde Atención Primaria sería una buena estrategia para reducir las conductas autolíticas

Un grupo de jubilados hace ejercicio en el madrileño parque del Retiro
Un grupo de jubilados hace ejercicio en el madrileño parque del RetiroDavid JarLa Razon

Los efectos del ejercicio físico, tanto en la salud física como en la mental, son de sobra conocidos. Gran cantidad de investigaciones han evidencia como la práctica regular de actividad física produce un aumento de la autoconfianza, sensación de bienestar y mejora del funcionamiento cognitivo. Desde el punto de vista orgánico, el aumento del flujo sanguíneo eleva los niveles de oxígeno en el cuerpo, lo que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como el colesterol alto, la enfermedad arterial coronaria y el ataque al corazón. El ejercicio regular también puede reducir la presión arterial y los niveles de triglicérido.

Por ello, la práctica de actividad física se recomienda en todos los grupos de población, pero, especialmente, a aquellos que padecen enfermedades físicas y mentales. En este grupo de personas vulnerables se incluyen aquellas con trastornos psiquiátricos, reclusos, pacientes con cáncer, consumidores de drogas, entre otros que, por su condición, tienden a practicar menos ejercicio y a no mantener una rutina deportiva. También son un colectivo de mayor riesgo de tener ideaciones suicidas y, en última instancia, de intentar quitarse la vida.

Un metaanálisis realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ottawa (Estados Unidos) ha relacionado estas variables y ha descubierto que estas personas vulnerables son capaces de seguir con éxito un régimen de ejercicio, lo que se traduce en una disminución de los intentos de suicidio. Los científicos evaluaron 17 ensayos controlados aleatorios con más de 1000 participantes para deducir sus hallazgos, que se publican en el Journal of Affective Disorders .

Los resultados ponen en duda la idea errónea de que los pacientes con enfermedades mentales o físicas no están motivados para participar en un régimen de ejercicio físico, que tiene una eficacia similar a la de los antidepresivos y la terapia cognitivo-conductual en el tratamiento de la depresión. Sin embargo, su efecto sobre las conductas suicidas no estaba claro.

"Esta idea errónea ha llevado a que los médicos de Atención Primaria prescriban poco ejercicio, con el consiguiente deterioro de la salud mental y física de los pacientes", afirma el residente de psiquiatría y autor principal del estudio, Nicholas Fabiano, que también asegura que las conclusiones de este estudio "desmienten" esta creencia ya que, "el ejercicio fue bien tolerado en quienes padecían enfermedades mentales o físicas". Por lo tanto, "los médicos no deberían tener aprensión a la hora de prescribir ejercicio a estos pacientes".

Aunque la práctica de ejercicio el ejercicio sí disminuyó significativamente los intentos de suicidio, el metanálisis no encontró una reducción significativa de la ideación suicida o la mortalidad entre los grupos de ejercicio y control.

El suicidio en España

Según el informe "La situación de la salud mental en España",elaborado por la Confederación Salud Mental España y Fundación Mutua Madrileña y presentado esta semana, el 14,5 % de la población española ha tenido ideas suicidas o ha intentado suicidarse. Esto ocurre en mayor medida entre las mujeres (17%) que entre los hombres (11,7%). Sucede lo mismo en el caso de quienes han llegado a autolesionarse: 6,4% de hombres frente a 11,3% de mujeres.

Sin embargo, el 75% del total de los suicidios consumados son en hombres, pese a que las mujeres tienen más intentos e ideación suicida. Por edad, las ideas o el intento de suicidio (31,8%) y las autolesiones (30,7%) se producen en mayor grado en el grupo de jóvenes de 18 a 24 años.