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Alimentación

Embarazo: qué no comer para evitar la acidez en Navidad

Hay que huir de las comidas copiosas, y los alimentos grasos, picantes o muy especiados, mejor lejos

Las porciones más pequeñas y frecuentes facilitan las digestiones FREEPIKLA RAZÓN

El ardor de estómago y el reflujo gástrico son muy habituales durante el embarazo, sobre todo a partir del segundo trimestre por «la presión que ejerce el útero sobre el estómago y porque durante el embarazo todo el aparato digestivo trabaja más lentamente debido a los cambios hormonales», explica a este suplemento el doctor Juan José López Galián, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, en Madrid.

Por eso en estas fechas navideñas si estás embarazada debes evitar las comidas copiosas, un objetivo complicado pero importante si se quiere evitar el reflujo, la acidez, el acúmulo de gas intestinal y el malestar general.

«En lugar de comidas abundantes –prosigue López Galián–, se aconseja optar por porciones más pequeñas y frecuentes, facilitando las digestiones y evitando esos síntomas».

Y en la medida de lo posible hay alimentos que es mejor evitar, ya que pueden provocar reflujo o acidez. Es el caso de «comidas grasas o fritas, rebozados, alimentos picantes o muy especiados, cítricos como naranjas, limones y pomelos, tomates y alimentos a base de tomate, bebidas con cafeína, gaseosas, alcohol y chocolate», detalla el jefe de Ginecología y Obstetricia. Tampoco es recomendable el consumo de menta ni vinagre.

A su vez, es aconsejable no acostarse nada más terminar de comer o cenar por mucho que entre el sueño, y si es posible mejor dejar pasar dos a tres horas antes de ir a dormir, ya que cuando el estómago está más ligero es menos propenso a producir ese exceso de ácido.

Además, es recomendable evitar la ropa ajustada por el abdomen y la cintura por lo que para estas fiestas es mejor vestir con ropa amplia.

Para aquellas mujeres en estado cuyo síntoma principal sean las náuseas o los vómitos, frecuentes en el 80-90% de los embarazos, el ginecólogo recomienda «repartir o distribuir la ingesta de alimentos a lo largo del día (evitar comidas abundantes, así como largos períodos de ayuno); consumir alimentos secos como galletas saladas o pan tostado al levantarse, pero siempre en pequeñas cantidades; evitar olores fuertes o aquellos alimentos que desencadenen las náuseas en cada mujer; mantenerse hidratada, bebiendo poco pero a menudo, evitando tomar grandes cantidades de líquido con las comidas y, sobre todo, bebidas gaseosas, y optar por alimentos suaves y fáciles de digerir como el arroz, los plátanos y el puré de patatas».

En caso de diabetes gestacional o prediabetes, la Navidad no es excusa para pasarse un poco en la dieta, ya que, como explica López Galián, «puede descontrolar los niveles de glucosa en sangre, aumentando los riesgos tanto para la madre como para el bebé. Sin embargo, se puede disfrutar de las celebraciones con elecciones más saludables, evitando los postres muy azucarados y priorizando los alimentos integrales, las proteínas magras y los vegetales».

Lactancia

En cuanto a las madres que dan el pecho lo ideal es evitar el consumo de alcohol también durante estas fiestas, ya que el alcohol pasa a la leche materna y puede afectar al bebé. Ahora bien, si ya estás reduciendo las tomas podría una tomarse un vino. «Si la madre va a esperar al menos tres horas antes de dar el pecho, puede consumir una copa de vino pequeña (aproximadamente 150 ml), pero con moderación. Y se recomienda alimentar al bebé antes de consumir alcohol para minimizar la exposición. Y si van a pasar más de ocho horas, el alcohol se habrá eliminado completamente de la leche materna, dependiendo de la cantidad ingerida, el peso de la madre y otros factores», explica el ginecólogo.

Es decir, tras una cena con agua, brindar con una copa de cava tras las uvas si van a pasar ocho horas entre la siguiente toma es seguro. «En general, esperar este tiempo es seguro, pero se recomienda consultar con el pediatra si hubiese dudas», añade el ginecólogo López Galián.

El alcohol, ni en guisos para los niños

►No se aconseja añadir alcohol en los platos dirigidos a los niños. «Cada vez tenemos más evidencia científica y estudios al respecto que verifican que, aunque se realice una cocción prolongada (incluso de más de dos horas) de proceso de cocinado de los alimentos, aún quedan restos de alcohol en la comida preparada en mayor o menor medida», explica la doctora Inmaculada Bodegas, jefa de sección de Pediatría del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y el Hospital Quirónsalud San José.

Por tanto, «solo la no utilización de alcohol en las preparaciones culinarias y guisos, garantiza completamente que la comida no contiene restos del mismo», incide la pediatra, que recuerda que «si una receta requiere vino o cerveza, hay muchas alternativas sin alcohol que pueden aportar sabor, como caldo, frutas o jugos de frutas naturales o especias».