Neurología
Estas son las enfermedades comunes que pueden preceder al diagnóstico de esclerosis múltiple
Cinco años antes de los primeros síntomas de la esclerosis múltiple pueden aparecer otras patologías comunes que sirven de pista, según confirma la Academia Americana de Neurología
Adelantarse a algunas enfermedades y detectarlas cuando ni siquiera han dado la cara resulta una fórmula prometedora para mejorar el abordaje de algunas patologías. Y la investigación va camino de conseguirlo en algunos casos, ya que en ciertas enfermedades, los procesos subyacentes pueden comenzar años antes de que se haga un diagnóstico certero del paciente.
Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que las personas que posteriormente desarrollan esclerosis múltiple (EM) tienen más probabilidades de tener afecciones como depresión, estreñimiento e infecciones del tracto urinario cinco años antes de su diagnóstico de EM que las personas que no desarrollan esta enfermedad neurológica. El estudio, que se acaba de publicar en la edición online de "Neurology", la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, también encontró que los problemas sexuales y las infecciones de la vejiga, o cistitis, son más probables en personas que luego desarrollan EM. Y eso no es todo, ya que también se ha visto que resulta más probable que las afecciones ocurrieran en personas que padecían otras patologías autoinmunes, como lupus y enfermedad de Crohn.
"Saber que estas afecciones pueden ser síntomas relacionados o incluso síntomas tempranos de las primeras fases de la EM no conduciría necesariamente a un diagnóstico más temprano de la enfermedad en la población general, ya que estas afecciones son comunes y también podrían ser signos de otras patologías, pero esta información podría resultar muy útil para las personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar EM, como aquellas con antecedentes familiares de la enfermedad o quienes muestran signos de EM en los escáneres cerebrales pero no tienen ningún síntoma de ella", asegura la autora del estudio, Celine Louapre, PhD de la Universidad de la Sorbona en París, Francia.
Detalles del estudio
En el estudio participaron 20.174 personas recién diagnosticadas con EM. Cada uno de ellos fue emparejado con tres personas que no tenían EM de la misma edad y sexo, hasta alcanzar un total de 54.790 personas. Posteriormente, las personas con EM también se compararon con 30.477 personas con enfermedad de Crohn y 7.337 personas con lupus. La EM, la enfermedad de Crohn y el lupus son enfermedades autoinmunes; todas ellas afectan a las mujeres con más frecuencia que a los hombres y principalmente a los adultos jóvenes.
Después, los investigadores utilizaron la base de datos de registros médicos para ver si los participantes tenían alguna de las 113 enfermedades y síntomas en los cinco años anteriores y posteriores a su diagnóstico, o antes de esa fecha coincidente para las personas que no tenían una enfermedad autoinmune.
En concreto, las personas con EM tenía un 22% más de probabilidades de sufrir depresión cinco años antes de su diagnóstico que las personas sin EM. Además, presentaban un 50% más de probabilidades de tener estreñimiento, un 38% más de posibilidades de tener infecciones del tracto urinario, un 47% más de probabilidades de tener problemas sexuales y un 21% más de de tener cistitis o infecciones de la vejiga.
En cuanto a la depresión, el 14% de las personas con EM tenía recetas de antidepresivos cinco años antes del diagnóstico, en comparación con el 10% de las personas que no tenía EM. Cinco años después del diagnóstico, el 37% de las personas con EM tenía prescripción de antidepresivos, en comparación con el 19% de los que no tenían EM.
"Por supuesto, no todas las personas que tienen estos síntomas desarrollarán EM", avierte Louapre. Sin embargo, "esperamos que eventualmente estos primeros signos nos ayuden a comprender los mecanismos biológicos que ocurren en el cuerpo antes de que se desarrollen los síntomas reales de la enfermedad", añade.
Una limitación del estudio, que fue apoyado por la Agencia Nacional de Investigación de Francia, fue que no había datos disponibles sobre otros factores que podrían influir en el riesgo de las personas de desarrollar EM, como el nivel educativo, el origen étnico y el nivel socioeconómico.
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