
Salud
¿Este ejercicio quita el hambre? Un nuevo estudio revela sorprendentes hallazgos
La ciencia sigue descubriendo más beneficios de la actividad física. El nuevo trabajo cómo realizarla para notar que reduce el apetito

Durante mucho tiempo, se ha debatido si el esfuerzo físico podría incrementar o reducir la sensación de hambre con el objetivo de ayudarnos a perder peso. Pues buen, un estudio internacional realizado por investigadores iranís, en colaboración con el Health Futures Institute de Australia, acaba de arrojar luz sobre la relación entre el ejercicio y la regulación del apetito en personas con sobrepeso y obesidad, aportando resultados muy interesantes.
La investigación se centró en cómo el cuerpo responde a una sesión de ejercicio y cómo ciertos compuestos químicos producidos por los músculos (llamados péptidos) pueden influir en la sensación de más o menos hambre. Los resultados de la investigación apuntan a que tan solo una hora de ejercicio moderado puede ser suficiente para generar cambios significativos en los niveles de hormonas y péptidos involucrados en la aparición del apetito. No consistió en correr ni en levantar pesas.
El tipo de ejercicio que se realizó fue aeróbico y ligero. Por lo tanto, podríamos concluir a partir de este estudio publicado en la revista PsychologicalReports que, con muy poca actividad física, podría ser posible reducir la ingesta calórica y adelgazar más fácilmente.
Qué tipo de ejercicio quita el hambre
Durante el ensayo clínico, se compararon dos situaciones de similares características en cuanto a alimentación y otras variables de salud: en una, los participantes del primer grupo realizaron ejercicio; en la otra, permanecieron en reposo. La sesión de ejercicio moderado consistía en una hora en bicicleta. Ambos grupos de hombres padecían obesidad, pero dentro de los parámetros considerados metabólicamente no muy perjudiciales, saludables según el estudio.
Los resultados fueron medidos a lo largo de un período de cuatro horas, en el cual se monitorearon distintos indicadores para calcular la aparición e intensidad del hambre.
Los investigadores identificaron que, después del ejercicio, los participantes experimentaban una reducción en la sensación de hambre en comparación con el período de reposo. Este hallazgo se reflejó tanto en los informes de los participantes como en los cambios observados en ciertos biomarcadores relacionados con el apetito.
Así se genera el hambre: cómo dejar de sentirlo
El estudio mostró que ciertos péptidos (moléculas formadas por la unión de dos o más aminoácidos mediante enlaces peptídicos), otras hormonas que desempeñan diversas funciones biológicas en el organismo y algunas proteínas desempeñan un papel clave en la relación entre el ejercicio y la supresión del hambre. Entre ellos, se destacaron:
- Interleucina 6 (IL-6): una proteína que se libera en los músculos durante la actividad física y que se ha relacionado con la regulación del metabolismo y la disminución del apetito.
- Irisina: otra proteína liberada por el músculo esquelético, vinculada al equilibrio energético y a la regulación del metabolismo.
- Neuropeptido Y (NPY): una hormona estimulante del apetito que se encontró en niveles más bajos después del ejercicio.
De la misma manera, el estudio también examinó los efectos del ejercicio físico sobre otras moléculas, descartando de la investigación todas aquellas en las que no se observaron cambios significativos tras la actividad, como fue el caso de la interleucina 7 (IL-7) y la leptina.
Un efecto diferente a los fármacos para el control de peso
La principal conclusión del estudio señala a que el ejercicio podría ser un aliado para la regulación del apetito en personas con sobrepeso y obesidad. Sin embargo, los investigadores advierten que la reducción del hambre observada en el estudio no es tan notable, marcada o perceptible como la que producen algunos medicamentos utilizados para el control del peso y el adelgazamiento.
Subrayan los autores que fármacos como los análogos de GLP-1 (por ejemplo, Wegovy y Ozempic) tendrán efectos más intensos en el control del apetito y, por tanto, son más fáciles para adelgazar. A pesar de ello, la buena noticia es que el ejercicio, además de ser de vital ayuda para mejorar múltiples variables para estar más sanos, también puede ofrecer una ayuda adicional en un plan de pérdida de peso al mejorar el control del apetito.
Como la inmensa mayoría de estudios científicos, desde la propia autoría de la investigación remarcan la importancia de realizar más estudios sobre el tema para cubrir las deficiencias que haya podido tener el actual. En este caso, el talón de Aquiles es la muestra reducida: tan solo de 11 participantes, todos ellos hombres con obesidad metabólicamente saludable y estilos de vida inactivos. Por eso, los resultados podrían no ser completamente extrapolables a otros grupos poblacionales, empezando por las mujeres y llegando hasta personas con distintos niveles de actividad física.
Otra variable a considerar es la situación individual antes y después del ejercicio. Si ya teníamos hambre por no haber comido lo suficiente o de mala calidad antes del entrenamiento, es más que probable que el apetito se mantenga o incluso se acentúe tras la actividad.
Pero, a pesar de las limitaciones que encontró el estudio, la conclusión proporciona una evidencia motivadora; otro punto a favor del ejercicio: puede ser una herramienta útil para regular el apetito. Con todo ello, sigue más vigente que nunca la recomendación de mantener una rutina de actividad física moderada como la llave para quienes buscan adelgazar, mantener control del peso y mejorar su bienestar general.
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