Opinión

Institucionalidad democrática

Carmen Montón es embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y la OPS. Ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

Varias personas con una pancarta en la que se lee: 'Stop violencia de género', participan durante una concentración convocada por la asociación ‘Mujeres en Igualdad', ante la Subdelegación del Gobierno en Lugo
Varias personas con una pancarta en la que se lee: 'Stop violencia de género', participan durante una concentración convocada por la asociación ‘Mujeres en Igualdad', ante la Subdelegación del Gobierno en LugoCarlos CastroEuropa Press

El machismo y la misoginia tiene diferentes grados, unos más burdos, otros violentos y asesinos, y otros en formato de baja intensidad o «micromachismos». Todas esas manifestaciones, que no son otra cosa que desigualdad, discriminación y violencia patriarcal hacia las mujeres y niñas, son partes de un todo.

Vemos como la actitud de equidistancia o de relativizar las situaciones injustas y discriminatorias se complementa a la perfección con los discursos negacionistas, violentos y de odio misógino. Y es que ese «machismo blando», en actitudes, en el lenguaje, en los discursos, en los programas electorales… da la coartada intelectual al machismo violento y negacionista que no desaparece y sigue golpeando, violando y asesinando mujeres y niñas. Son piezas de un todo, que hace mucho daño a la humanidad.

Estamos en unos tiempos en los que no caben instituciones o políticas que no reconocen y luchan contra la violencia de género, y no hablan de lo que pasa en la vida de las mujeres y las niñas. Necesitamos que se respeten los avances y acuerdos sociales, institucionales y políticos alcanzados democráticamente por nuestra sociedad, para que los derechos y libertades de las mujeres y niñas estén garantizados, en una sociedad segura y libre de violencia de género, como parte de una igualdad en la que todo en la vida este repartido de forma equitativa entre hombres y mujeres; que es la forma justa. No hablo solo con un enfoque de género, hablo con un enfoque de fortalecimiento de la democracia.

Porque cuando no se combate activamente la violencia de género, tiene que ver con el machismo, con la discriminación y la desigualdad que sufren las mujeres y niñas, pero sobre todo con la debilidad de la institucionalidad democrática de los países.