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Salud

Qué es el trastorno disociativo por el que Morante de la Puebla deja los ruedos

El torero se retira por una enfermedad mental que desconecta las emociones del cuerpo. Qué es, cómo se diagnostica y cuál es su tratamiento

El torero sevillano ha hecho público el trastorno mental que lo ha acompañado durante décadas Alberto R. RoldánLa Razón

José Antonio Morante Camacho, conocido como Morante de la Puebla, se corta la coleta y anuncia su retirada definitiva de los ruedos a los 45 años. La decisión llega tras más de dos décadas de lucha contra un trastorno disociativo, un problema de salud mental que, según él mismo reconoció, "desconecta el cuerpo de las emociones".

El torero sevillano explicó que ha tenido que someterse incluso a terapia de electroshock para poder continuar con su carrera en otras ocasiones, pero que ahora su prioridad es la salud. "Es una enfermedad muy compleja, muy triste y muy dolorosa", confesó el torero sevillano en una entrevista reciente. "Pensé en la muerte como alivio, pero no me lo puedo permitir. Tengo una familia y una responsabilidad", declaró.

Su testimonio ha devuelto al debate público una de las patologías mentales menos comprendidas y más estigmatizadas. Sin embargo, los trastornos disociativos afectan a miles de personas en España y los expertos consideran que puede estar infradiagnosticada, ya que a menudo se confunde o relaciona con la depresión.

Qué es el trastorno disociativo

Según la Clínica Mayo, los trastornos disociativos son "afecciones mentales que implican una pérdida de conexión entre pensamientos, recuerdos, sentimientos, entorno e identidad". A menudo son un mecanismo del cerebro para "escapar de la realidad" tras una experiencia traumática o cuando el sufrimiento emocional es demasiado intenso.

Los expertos señalan que "suelen surgir como reacción psicológica a acontecimientos impactantes", como por ejemplo, haber sido víctimas de abusos sexuales o malos tratos durante la infancia o ser víctima de guerras o desastres naturales. También se da cuando existe un conflicto interno "tan insoportable que la mente separa información y sentimientos".

Un estudio publicado en Actas Españolas de Psiquiatría (2009) analizó a 36 pacientes con diagnóstico de trastorno disociativo en consultas de salud mental. Los resultados mostraron que el 58% había sufrido experiencias traumáticas en la infancia y casi el 28% había sido víctima de abusos sexuales.

La mayoría presentaban comorbilidad con otros trastornos como depresión y ansiedad. Los investigadores concluyeron que la gravedad del trauma infantil se relaciona directamente con la intensidad de los síntomas disociativos. En otras palabras, cuanto más profundo es el trauma, más severa suele ser la desconexión emocional.

"Cuando una experiencia es demasiado dolorosa para procesarla, el cerebro busca protegerse separando la conciencia del trauma", explican desde la Clínica Mayo.

Síntomas

Los síntomas varían según el tipo de trastorno disociativo y pueden incluir:

  • Sensación de estar separado del propio cuerpo o de ver la vida "desde fuera".
  • Dificultad para conectar con las emociones.
  • Pérdidas de memoria o episodios de confusión.
  • Percepción irreal o "borrosa" del entorno.
  • Problemas para concentrarse o mantener relaciones personales.

Además, las épocas de estrés o fatiga emocional pueden agravar estos síntomas. En los casos más graves, la persona puede alternar entre distintas identidades (trastorno disociativo de la identidad, antes conocido como "personalidad múltiple") o sufrir amnesia disociativa y perder recuerdos significativos de su vida.

Tratamiento y esperanza

El tratamiento se basa principalmente en la psicoterapia. A través de la terapia conversacional, el paciente trabaja con un especialista para reconocer los traumas, integrarlos en su historia personal y recuperar el control emocional.

Aunque no existen medicamentos específicos, los psiquiatras pueden recetar antidepresivos o ansiolíticos para aliviar los síntomas asociados. "Tratar los trastornos disociativos puede ser difícil, pero muchas personas aprenden nuevas formas de afrontarlos y sus vidas mejoran", subraya la Clínica Mayo.

La recuperación requiere tiempo, apoyo y acompañamiento profesional, pero es posible. Hablar de esto en voz alta, como ha hecho Morante, ayuda a dar visibilidad a un problema de salud mental real, complejo y tratable, que muchas personas afrontan en silencio.