Entrevista

«El sueño se encarga de limpiar nuestro cerebro y reparar los tejidos»

Entrevista a M. Ángeles Bonmatí, licenciada en Biología y doctora en Fisiología por la Universidad de Murcia

M Ángeles Bonmatí
M Ángeles BonmatíARCHIVOARCHIVO

La Sociedad Española de Neurología estima que el 48% de la población adulta española y el 25% de la población infantil no tiene un sueño de calidad. Por su parte, la World Sleep Society calcula que al menos un 45% de la población padecerá un trastorno del sueño grave. Estos datos son desgarradores, pues el sueño tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida. María Ángeles Bonmatí, autora de «Que nada te quite el sueño», explica por qué dormir bien es vital para tener una salud de hierro.

¿Por qué es tan importante el sueño?

El sueño es un proceso fisiológico clave para la salud; se encarga de limpiar nuestro cerebro y reparar nuestros tejidos. Mientras dormimos eliminamos los residuos acumulados y segregamos hormonas que reparan nuestras células. También fija los recuerdos; la frase «lección dormida, lección aprendida» es una realidad. Además, el sistema inmunitario funciona con más intensidad.

¿Cuánto debemos dormir a diario?

Un promedio de siete u ocho horas, pero hay personas que necesitan más –dormidores de larga duración– y otras menos –dormidores de corta duración–. Es un error catalogar a las primeras de perezosas y a las segundas de productivas. No debemos halagar a quienes necesitan dormir poco; que alguien pueda permitírselo no significa que se pueda aplicar al resto.

¿Se puede recuperar el sueño perdido?

No, nuestra fisiología no entiende de días de trabajo y de descanso. No es buena idea sacrificar horas de sueño entre semana y recuperarlo el fin de semana. Hay que tratar de tener unos patrones de sueño regulares.

El sueño no es solo una cuestión individual, también debe ser protegido por las autoridades»

En su libro habla de varios cronotipos…

Existen tres: el matutino o alondra (no les cuesta madrugar y rinden más las primeras horas del día), el vespertino o búho (les cuesta madrugar y rinden más a última hora del día) y el intermedio o colibrí (engloba a los que funcionan relativamente bien en ambas situaciones). Debemos desterrar del vocabulario la afirmación de «soy diurno o soy nocturno». Como especie, todos los seres humanos somos diurnos por nuestra fisiología.

¿Qué nos quita el sueño?

La salud mental, concretamente la rumiación, se considera un gran factor de riesgo en la rueda del insomnio. Son esos pensamientos recurrentes que nos hacen entrar en bucle y darle vueltas a una preocupación. A menudo esto ocurre cuando nos vamos a dormir. También influyen el estilo de vida que llevamos, los horarios laborales, el ruido, el consumo de bebidas con cafeína, las cenas tardías, practicar ejercicio físico muy cerca de la hora de dormir, pasar demasiado tiempo durante el día en espacios interiores sin recibir la luz natural, el teléfono móvil… Todo esto y produce una activación mental que va en contra de la relajación necesaria para conciliar el sueño.

¿Qué ocurre si tienes insomnio?

Tanto el sueño insuficiente como la cronodisrupción (desajuste interno de la hora) te hace más propenso a padecer infecciones, desarrollar trastornos psiquiátricos o neurodegenerativos, problemas metabólicos como obesidad o diabetes tipo dos, enfermedades cardiovasculares, reduce la fertilidad, disminuye la esperanza de vida…

¿Algún consejo para dormir mejor?

Potenciar el contraste entre día y noche, respetando la alternancia entre luz y oscuridad. Por otra parte, es importante el silencio; cuidar la salud mental; mantener unos horarios y unas rutinas, practicar ejercicio físico siempre que se realice lejos del momento de dormir, no cenar demasiado tarde… Siempre recalco que, aparte del esfuerzo individual, el sueño debe ser protegido por las autoridades. La sociedad en su conjunto debería replantearse los horarios. Y, por supuesto, hay que dotar al Sistema Público de Salud de los recursos necesarios para abordar los problemas de sueño. Según el Ministerio de Salud, España es el primer país del mundo en el consumo de pastillas para dormir y es importante que no todo el peso recaiga sobre los fármacos.