Salud
El torero Rafael de Julia se retira por sufrir un trastorno alimentario, un problema disparado en España
Los trastornos de la conducta alimentaria han crecido de forma significativa en los últimos años. El apoyo del entorno es fundamental en el proceso de recuperación
El torero Rafael de Julia se retira de los ruedos debido a su estado de salud. El propio matador lo ha hecho público a través de sus redes sociales, mediante un comunicado en el que informa que "deja de torear por tiempo indefinido consecuencia de su estado". El texto evita hablar del cuadro clínico que padece el diestro y, a pesar de que se desconoce su diagnóstico, algunos medios de comunicación apuntan a un severo trastorno de la conducta alimenticia. Según las mismas fuentes, el torero Rafael de Julia, de 45 años, padecería una anorexia nerviosa.
La anorexia es un tipo de trastorno alimenticio tratable, aunque "puede ser muy difícil de superar", apuntan desde la Clínica Mayo. Las personas que presentan este cuadro clínico suelen "tener un gran miedo a subir de peso y pensar que tienen sobrepeso, incluso cuando están delgadas". Para evitar el aumento de peso o para continuar adelgazando, suelen limitar la cantidad o el tipo de alimentos que ingieren. El problema es que pueden llegar a realizar "esfuerzos extremos" por alcanzar esta meta, perjudicando "enormemente" su vida.
El comunicado del diestro invita a pensar que atraviesa una lucha complicada, posiblemente vinculada al ámbito de la salud mental y los trastornos alimenticios. Al final, el toreo, como cualquier otra profesión pública y exigente, no está exenta de estos problemas. A menudo se considera que la anorexia afecta más a las mujeres, pero la realidad es que los profesionales de la salud mental encuentran cada vez más casos que involucran a hombres.
En España, unas 400.000 personas padecen un trastorno de la conducta alimentaria, que podría aumentar hasta un 12% en los próximos 12 años según las previsiones de los órganos expertos. En el caso de los más jóvenes, las cifras se han disparado. La anorexia de debut en menores de 14 años se ha duplicado, tanto en chicas como en chicos, y los ingresos hospitalarios por trastornos mentales han aumentado un 50% desde la Covid.
Aumenta la anorexia en hombres
Por cada nueve pacientes femeninas con anorexia hay un varón con el mismo problema, según las cifras que maneja Sanidad. No obstante, el número podría ser más alto, ya que los hombres tienden a ocultarlo durante más tiempo y eso aumenta el riesgo de convertir la anorexia nerviosa en una enfermedad crónica, según apuntan los expertos.
"La anorexia puede causar cambios en el cerebro debido a una nutrición muy deficiente, también denominada malnutrición. Así que no es una elección continuar con el comportamiento arriesgado y perjudicial", señala la clínica, en su web. "Si no se trata, la pérdida de peso puede llegar a un punto en el que las personas con anorexia corren un alto riesgo de daños físicos graves o la muerte".
De hecho, la anorexia es la segunda enfermedad mental con mayor tasa de mortalidad, solo superada por las sobredosis debido a opioides. En los hombres, el riesgo de morir en hombres es seis veces mayor que el de los hombres de la población general, según un estudio publicado por la Universidad de Columbia Británica.
Uno de los factores por los que se cree que la anorexia está aumentando en España y en otras regiones del mundo es el impacto de las redes sociales. Esta hipótesis considera que la tecnología ha influido directamente en el autoconcepto de las personas, la insatisfacción corporal y la autoestima, generando un caldo de cultivo ideal para el desarrollo de trastornos alimenticios como la anorexia.
Un estudio pionero en España publicado en la revista International Journal of Mental Health and Addiction concluyó que un mayor uso de redes sociales y mayor nivel de adicción a estas puede elevar la probabilidad de desarrollar un TCA. Cuerpos idealizados, imágenes editadas, comparaciones con otras personas o el contenido publicado por influencers están entre los distintos factores que, según señala el estudio, pueden potenciarlos entre los adolescentes españoles.
"La detección precoz y el tratamiento rápido son esenciales", señala el Dr. Basil Kadoura, coautor de esta investigación. "Pero el estigma, la falta de conocimientos sobre salud mental y los estereotipos de género reducen los comportamientos de búsqueda de ayuda. Esto causa que el tratamiento para la anorexia se inicie más tarde y, por ende, los resultados sean peores".
Las señales de alerta ante una posible anorexia masculina (apodada "manorexia") incluyen cambios en la dieta, vómitos, exceso de ejercicio y consumo de suplementos o esteroides anabolizantes. En cuanto al tratamiento incluye psicoterapia, atención médica y nutricional. Con un seguimiento adecuado, las personas con anorexia pueden recuperar un peso saludable, desarrollar hábitos alimentarios más equilibrados y revertir algunas de las graves complicaciones médicas y de salud mental que conlleva.