
Alimentación
Los medicamentos que no debes mezclar con café: podrían aumentar los efectos secundarios
Algunas personas metabolizan la cafeína rápidamente y otras son más sensibles

Para muchos, el primer café de la mañana es algo irrenunciable, el pistoletazo de salida de la rutina diaria. Sin embargo, esta costumbre tan extendida puede tener consecuencias inesperadas cuando se combina con la toma de ciertos medicamentos, influyendo en su eficacia o potenciando sus efectos secundarios.
El café, gracias a la cafeína, actúa como un estimulante del sistema nervioso central. Este efecto puede ser agradable y útil para empezar el día, pero la cafeína también se encuentra en otros productos, como algunos medicamentos para el resfriado o el dolor.
Interacciones a tener en cuenta
- Medicamentos para el resfriado y la gripe: Muchos comprimidos contra el resfriado contienen estimulantes como la pseudoefedrina, que junto con la cafeína potencian efectos como la ansiedad, el insomnio o las palpitaciones. Además, en personas con diabetes, esta combinación puede elevar la glucemia y la temperatura corporal.
- Tratamientos para el TDAH y el asma: Medicamentos como las anfetaminas (usadas en el TDAH) o la teofilina (para el asma) comparten propiedades químicas con la cafeína, por lo que pueden incrementar síntomas como el nerviosismo, la alteración del sueño o el aumento de la frecuencia cardiaca.
- Sustitutos de la hormona tiroidea: Los pacientes con hipotiroidismo tratados con levotiroxina deben prestar especial atención al momento en que toman su café. Lo ideal es esperar entre 30 y 60 minutos tras la ingesta del medicamento, ya que la cafeína puede reducir su absorción hasta en un 50%, lo que podría hacer reaparecer síntomas como el cansancio, el estreñimiento o el aumento de peso.
- Fármacos para la osteoporosis: El mismo consejo de separación temporal antes de desayunar se aplica a la administración de bisfosfonatos como el alendronato y risedronato para asegurar su eficacia.
- Antidepresivos y antipsicóticos: La relación entre cafeína y psicofármacos es compleja. En el caso de los antidepresivos ISRS (como sertralina o citalopram), la cafeína puede dificultar su absorción. Los antidepresivos tricíclicos y antipsicóticos como la clozapina suelen ser metabolizados por las mismas enzimas hepáticas que la cafeína, lo que puede elevar los niveles de estos medicamentos en sangre y aumentar el riesgo de efectos secundarios, como confusión, somnolencia o nerviosismo persistente.
- Analgésicos: Algunos fármacos de venta libre para el dolor (aspirina o paracetamol) añaden cafeína para acelerar su absorción. Aunque en ciertos casos permite obtener alivio más rápido, puede aumentar la irritación gástrica o el riesgo de hemorragias, sobre todo si se toma junto con otras fuentes de cafeína.
- Medicación cardiovascular: La cafeína puede elevar temporalmente la presión arterial y la frecuencia cardiaca, un dato relevante para quienes siguen tratamientos para controlar estas variables. No suele ser necesario eliminar el café por completo, pero sí conviene vigilar la respuesta individual y ajustar la ingesta si es preciso.
Consejos prácticos
- Toma medicamentos como levotiroxina o bisfosfonatos siempre con el estómago vacío y, a ser posible, solo con agua. Espera al menos 30 minutos antes de desayunar o tomar café.
- Si utilizas medicinas para el resfriado, el asma, el TDAH o la depresión, revisa el consumo de cafeína para evitar una potenciación indeseada de los efectos secundarios.
- Observa la respuesta de tu organismo: Algunas personas metabolizan la cafeína rápidamente y otras son más sensibles. Si notas insomnio, palpitaciones o nerviosismo, prueba a reducir la dosis o sustituir por café descafeinado.
- Ante cualquier duda, consulta con tu médico o farmacéutico antes de combinar café y medicación.
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