Opinión

Niños y tareas domésticas

La ausencia de cooperación actúa en contra de las relaciones y son estás, las relaciones humanas, determinantes para aportar felicidad a uno mismo y a los cercanos.

Guía Infantil
SoledadGuía Infantil

Me sorprende que haga falta realizar estudios sesudos y caros para constatar cuestiones de lógica básica. No obstante, está bien recordar a los desorientados aquello que mejora la vida propia y de los otros. investigadores de la Universidad de Harvard han seguido la trayectoria de cerca de diez mil niños y niñas y nos confirman que aquellos que hicieron labores domésticas desde pequeños se convirtieron en adultos más solidarios, aceptados, con mejores trabajos y una autoestima más alta. A los cuatro o cinco añitos ya pueden y deben cooperar en el trabajo del hogar. Recoger los juguetes, llevar la ropa sucia al cesto, poner las servilletas de todos en la mesa… Este hábito, aprendido en la infancia, no se pierde nunca, lo que hace que estas personas tengan una actitud comprometida y empática. Es decir, saben lo que cuesta porque lo hacen. La ignorancia es siempre avasalladora con los demás. Y este asunto que parece trivial no lo es, y me lleva lejos. A recordar como en mi infancia solo las hijas teníamos la obligación de colaborar. A mi hermano pequeño, solo dieciocho meses menor que yo, no le requerían ayuda ninguna. Era varón, y los chicos no tenían que hacer labores domésticas. El niño, acunado de privilegios, no poseía la menor intención de desaprovecharlos, de modo que fue siempre un hombre dependiente y, cuando llegó a la madurez, tuvo que hacerse con una esposa para sobrevivir a las exigencias de la vida cotidiana. Mi hermano es el ejemplo de tantos y tantos hombres de antes, y bastantes de ahora, que no se dan cuenta de que los privilegios machistas no llevan a buen puerto. La dependencia acarrea siempre falta de libertad. La ausencia de cooperación actúa en contra de las relaciones y son estás, las relaciones humanas, determinantes para aportar felicidad a uno mismo y a los cercanos.

Cuando yo era pequeña me endiablaba la actitud de mis padres en lo que yo pensaba era discriminatorio para mí. Ahora sé que a quien discriminaron fue a mi pobre hermano.