Estados Unidos
0,5 grados y decidir quien debe pagar a los países en desarrollo, los grandes escollos para un acuerdo
Las negociaciones internacionales para lograr un acuerdo contra el cambio climático en París se han reanudado este jueves sobre el lenguaje del acuerdo, después de que hasta la madrugada no se pudieron superar las diferencias entre países desarrollados y en desarrollo.
Así, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Lauren Fabius, que preside la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP21) ha manifestado que espera elaborar el penúltimo borrador este jueves al medio día, de modo que incluya un menor número posible de desacuerdos y elimine corchetes para allanar una última ronda de revisiones. "Ahora intentaremos avanzar hacia un acuerdo final", ha dicho al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuando se reunieron en la sala de conferencia antes de reanudarse las reuniones.
Fabius ha insistido en que el acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que aceleran el cambio climático, debe estar concluido el viernes, fecha oficial final de la Cumbre del Clima para evitar ir más allá del plazo fijado, igual que sucedió en anteriores Conferencias.
Sin embargo, hay algunas diferencias fundamentales que separan a los negociadores de 195 países. En concreto, se mantienen las discrepancias sobre los países que pagarán los cientos de miles de millones de dólares necesarios para ayudar a los países en desarrollo a pasar de los combustibles fósiles a fuentes de energía que emitan menos carbono.
Esta es una de las fricciones que ha acentuado las diferencias entre Estados Unidos y China, sobre lo que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ha calificado de "aproximación minimalista"de países que podrían realizar una mayor contribución financiera. China no ha hablado de detalles específicos, pero ha asegurado que ve espacio para el compromiso.
Objetivo a largo plazo
Por otro lado, está el límite del incremento de temperatura, ya que un gran bloque de países en desarrollo insisten en que el acuerdo incluya el objetivo a largo plazo de evitar un incremento superior a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, aunque los recortes de emisiones de carbono que prometieron hacer los países en la siguiente década no se acercaría a este nivel.
Sin embargo, el consenso sobre que el límite debería ser 1,5 grados centígrados frente a 2 grados centígrados es mayoritario, algo que parecía imposible meses atrás, ya que ahora está apoyado por Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con en último borrador y los negociadores, el acuerdo final podría establecer un objetivo de aumentar la temperatura global por debajo de 2 grados centígrados y reconocer la necesidad de una ambición de alcanzar este límite de 1,5 grados centígrados.
Incluso los recortes de gases de efecto invernadero no lleguen a sumar lo suficiente para limitar el incremento térmico en 2 grados centígrados, un reconocimiento explícito de la necesidad podría situar al mundo en el camino de una acción más decisiva en el futuro.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, anunció este miércoles que Estados Unidos podría congregar a unos 100 países en una coalición de gran ambición para mantenerse en los 2 grados centígrados, un nivel que no sería suficiente para los pequeños estados insulares, tales como las Islas Marshall, que no tendrían suficiente con ese límite y que al final del siglo quedarían sumergidas.
Por su parte, el ministro de Exteriores de las Islas Marshall, Tony de Brum, ha formado un grupo ad hoc durante los eventos paralelos de las distintas reuniones de cara a París de los últimos meses, en el que han manifestado que un objetivo más alto, con ciclos de negociación para conseguir que los países escalen sus recortes de emisiones estaba "bombeando en el corazón del acuerdo del clima de París".
Grupos de presión
La semana pasada, Alemania y Francia se decidieron a apoyar otra coalición llamada Foro de Vulnerables del Clima (CVF) que ha liderado la ambición de 1,5 grados centígrados desde 2009. La exnegociadora del clima por Costa Rica y asesora de CVF Mónica Araya ha dicho que el cambio en el corazón de los países ricos era como un "movimiento de las placas tectónicas"en el debate.
Sin embargo, las reticencias permanecen ya que algunos países como los exportadores de petróleo del Golfo Pérsico luchan aún por mantener el objetivo de 2 grados centígrados. De hecho, la semana pasada, Arabia Saudí bloqueó las negociaciones iniciales a incluir las referencias en el acuerdo de la ONU en París para incluir la recomendación de 1,5 grados centígrados como objetivo, bajo el argumento de que esto podría producir problemas de seguridad alimentaria por la necesidad de plantar de forma masiva árboles en las tierras agrícolas.
India ofreció su apoyo al objetivo de 1,5 grados centígrados con la condición de que las naciones más desarrolladas acepten mayores rebajas de emisiones.
Demandas ambientales
De forma paralela a las negociaciones, las ONG, entidades y sociedad civil siguen tratando de lograr una mayor ambición en el acuerdo final y también en la concreción de los textos que se esperan para la tarde de este jueves.
Así, desde SEO/BirdLife y BirdLife International creen que el borrador presentado este miércoles fue muy criticado por su "falta de la ambición necesaria"para evitar un cambio climático "catastrófico"así como por que no concretaba los suficiente la senda hacia la descarbonización de la acción humana sobre la Tierra.
De este modo, para SEO/BirdLife y otras organizaciones como WWF o Greenpeace es preciso que el acuerdo fije el límite de 1,5 grados centígrados; que establezca un calendario claro para la descarbonización de la economía y que el año pico de emisiones sea, "como muy tarde", 2020.
Del mismo modo, las ONG reclaman que los compromisos nacionales de reducción de emisiones y de financiación se revisen, al alza, cada cinco años y, por primera vez en 2018, antes de que el acuerdo entre en vigor en 2020. También quieren que se reconozcan las capacidades de cada país para la financiación y la importancia de los ecosistemas en reducir y fijar las emisiones y en la adaptación a los efectos del cambio climático.
El representante de SEO/BirdLife en la Cumbre de París David Howell ha manifestado que resulta "cada vez más patente que los países y empresas más contaminantes tienen que cambiar ya su modelo de economía y negocio".
Por ello, cree que esto debería hacer reflexionar a España para que sus líderes actúen en las próximas horas "con generosidad en las negociaciones"para elegir las opciones más concretas y ambiciosas del texto. "París dará un fuerte impulso al cambio que necesitamos para de verdad empezar a vivir en armonía con el planeta", ha alentado.
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