La peores tragedias de la historia en el día de Navidad

La Navidad es una época de recogimiento, de pasar tiempo con la familia y los seres queridos, pero la historia ha querido que esta fecha sea recordada también por algunas tragedias que conmocionaron al mundo.

El día de Nochebuena de 1953 cerca de 300 personas perdieron la vida en la tragedia del Expreso Tangiwai, que viajaban de Wellington a Auckland (Nueva Zelanda). A su paso por un puente, la infraestructura cedió. El convoy circulaba a gran velocidad y no pudo frenar a tiempo y cayó al vacío. Las autoridades lograron recuperar los cuerpos de 151 pasajeros y hubo 55 desaparecidos, informa el diario peruano “La República”.

También el día de Nochebuena, pero en 1974, el ciclón Tracy arrasó la región australiana de Darwin. Lo que comenzó como una tormenta, se transformó con el paso d y dejó a otras 40.000 sin hogar.

Uno de los hechos que más impactó a la sociedad internacional se produjo el 22 de diciembre de 1997 en el estado mexicano de Chiapas, donde se produjo una masacre que dejó al descubierto los graves problemas de seguridad en el centro del país centroamericano.

Ese día, en la región de Acteal, 45 indígenas tzotziles fueron asesinados por grupos paramilitares mientras rezaban en una iglesia. El presidente mexicano, Ernesto Zedillo, se vio salpicado por el escándalo y fueron muchos los que indicaron que estaba vinculado directamente con la masacre, que a día de hoy impune.

Una de las catástrofes que todos mantenemos en la retina -gracias también en parte a la película “lo imposible”, de Juan Antonio Bayona- fue el tsunami que en la Navidad de 2004 afectó a Indonesia, Malasia y Japón, en el que perdieron la vida 250.000 personas y desaparecieron 45.000 más.

La Navidad es una época de recogimiento, de pasar tiempo con la familia y los seres queridos, pero la historia ha querido que esta fecha sea recordada también por algunas tragedias que conmocionaron al mundo.

Finalmente, en 2008, Bruce Jeffrey Pardo, de 45 años, fue el responsable de la que pasó a la historia como la Masacre de Papá Noel. Jeffrey Pardo se vistió de Santa Claus y salió a la calle armado para acabar con la vida del primero que se cruzara en su camino. Poco después, acudió a la casa de su ex mujer y tras interrumpir la cena de Navidad, abrió fuego contra todos los presentes, incluidos sus ex suegros, sus hijos y tres invitados.

Después de acabar con la vida de todos y antes de suicidarse, incendió la casa con un lanzallamas y quemó a al menos nueve personas más, que no pudieron sobrevivir a las llamas.