Cirugía
La nueva imagen de Rodrigo Alves: el Ken humano se convierte en Barbie
Este brasileño de 36 años ha gastado más de 900.000 euros en cerca de 100 operaciones para cambiar su imagen y su cuerpo
Después de gastarse cerca de 750.000 euros en más de 60 operaciones para parecerse a Ken, el inseparable amigo de Barbie, Rodrigo Alves ha dado un giro radical a su vida y ahora ha invertido más de 100.000 euros para convertirse en Barbie y sueña con ser madre algún día.
A sus 36 años, este auxiliar de vuelo explica a “The Sun” que “siempre me sentí femenina" pero en su interior algo le decía que tenía de demostrar que era muy varonil, así que hizo todo lo posible por parecerse a Ken, el muñeco que marcó su infancia. La transformación no fue sencilla y necesitó diez operaciones de nariz -que estuvo a punto de perder por una infección-, tres implantes de mentón, liposucción de piernas, relleno de bíceps, implantes de pantorrilla, trasplantes de pelo, liposucción de mandíbula, múltiples inyecciones de bótox y rellenos, fundas dentales, extracción de costillas, implantes de mejilla, inyecciones en las nalgas, lifting de ojos y de cuello y estiramientos faciales, entre otros...
Pero Alves indica que peleó mucho por parecerse a Ken, pero realmente no logró aliviar el dolor que sentía por dentro de sentirse como Barbie: “Fue una decisión realmente difícil, pero llegué a un punto en que ya no podía vivir como hombre. En noviembre comencé a someterme a cirugías para quitarme los implantes en los que había gastado tanto dinero y en enero comencé el proceso de feminización para hacerme mujer. Ha sido un viaje largo, doloroso y costoso, pero finalmente estoy en un punto de mi vida en el que me miro en el espejo y estoy empezando a reconocerme".
Alves ha pasado a llamarse Jessica y lejos quedan sus inicios en 2014, cuando comenzó a reunir una legión de seguidores, que supera el millón en Instagram y que le llevó a protagonizar la portada de la edición italiana de Vogue.
Jessica nació São Paulo, de madre brasileña y un padre británico. Criada en una familia católica vivió su infancia rodeado de mujeres, su madre, sus dos tías y su abuela debido a los constantes viajes de su padre, piloto de una aerolínea. Nunca le interesaron sus juguetes y siempre se interesó por los de su hermana, cuatro años menor que ella. Ahí descubrió las Barbie, su cabellos largos y rubios y sus vestidos rosa. “Bailaba frente al televisor con los vestidos de mi hermana y, aunque a mi madre nunca le importó, mi padre me lo impediría. Le decía a todos 'lo estás arruinando, necesita ser un hombre’. En aquel entonces no sabía que diferencia había entre niños y niñas. En el colegio jugaba con las chicas y los chicos le acosaban.
Cuando Jessica llegó a la pubertad, comenzó a resentirse por no ser tan “varonil” como otros niños. A los 16 años desarrolló senos masculinos y lo odiaba. “Para mí, fue una señal física de que yo era más femenina que los demás, por lo que mis padres decidieron operarme para que me los quitaran. Ese fue el comienzo de todo", añade.
Aceptada para estudiar en la London School of Economics, voló a Reino Unido. En la universidad tampoco encajaba pero terminó sus estudios y comenzó a trabajar como auxiliar de vuelo en Virgin Atlantic. Recorrió mundo y ahorró todo el dinero que pudo para poder comenzar su transformación.
Su primera entrevista en “The Sun” la catapultó a la fama y multiplicó sus apariciones en televisión, entrevistas, sesiones de fotos. Este golpe de autoestima y de dinero fácil engordó su obsesión por la cirugía y siguió sometiéndose a distintos tratamientos. Pero en 2019 tuvo claro que no estaba contento con su cuerpo y que tenía que convertirse en mujer para poder ser feliz.
En enero comenzó su transición con implantes mamarios y faciales de titanio, reducciónde la barbilla, extensiones de pelo, bótox,lifting, liposucción y estiramiento facial. “Aunque tengo un umbral de dolor alto, la recuperación ha sido difícil. Todavía tengo más cirugías pendientes, pero antes tengo que recuperarme y aumentar de peso ya que necesitan más grasa para ponerla en mis caderas. Me pondré también implantes en el trasero y otra cirugía de nariz, así como extensiones de pelo para que sea más rubio y largo como el de Barbie".
La cirugía genital tendrá que esperar porque primero quiero aceptar mi feminidad antes de operarme: "
Estoy aprendiendo a ser mujer y a caminar como como ellas. No creo que lo haya llevado demasiado lejos. No siempre salen las cosas según lo planeado. Mi nariz está tan dañada que no puedo respirar y si me resfrío podría ser muy malo, pero llevo un estilo de vida saludable para asegurarme de que soy fuerte”.
Jessica también tiene planeados sus próximos objetivos en la vida: “Quiero encontrar el amor. Solo he tenido dos relaciones en mi vida y estoy desesperado por encontrar una pareja. “Mi hombre ideal es independiente. No me gustan los graciosos. Me gusta un hombre inteligente que sabe cómo tratar a una mujer y disfrute de mi cuerpo. Quiero un chico alto, con un gran físico".
Además, sueña con ser madre en el futuro: "Una vez que encuentre el amor, me gustaría adoptar y tener una gran familia. Con mi padre no me hablo, pero mi madre está al tanto de todo y está feliz. Todavía no conoce a Jessica, pero lo hará muy pronto. Hice todo lo posible por ser hombre y fracasé, pero ahora soy la mujer que siempre quise ser y soy feliz”.
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