La gran invasión (con mascarillas)

Este fin de semana es el primero en el que por fin podemos disfrutar en toda España de la vuelta «a la normalidad» tras el Estado de Alarma y, con ello, existe la posibilidad de desplazarse por todas las partes del país. Por eso, muchos han visto en él la oportunidad perfecta de dejar atrás los duros meses de confinamiento y retomar esos viajes que hasta ahora era imposible realizar.

Las reservas para este fin de semana se han disparado un 30%, según datos del portal Weekendesk.es, especializado en escapadas temáticas. Los destinos de costa son los que acaparan la mayor parte de las reservas. Andalucía es la región más demandada, con el 25 % de las ventas, y Almería y Málaga las provincias más deseadas, al ser dos regiones costeras con una importante oferta hotelera y gran variedad de enclaves naturales para relajarse y disfrutar del buen tiempo. El gasto medio por paquete es de 172 euros.

Sin embargo, también hay que decir que son muchos los ciudadanos los que han modificados sus planes a causa de la COVID-19. La inseguridad derivada de las grandes concentraciones de personas, la consecuente complejidad para mantener la distancia de seguridad aconsejada por el Ministerio de Sanidad y la preocupación por las medidas higiénicas han calado en la mente de los españoles.

Así, según una encuesta de este mismo mes del portal EscapadaRural, el 51% de los encuestados que tenía previsto hacer un viaje fuera del país ha renunciado a ello por la pandemia, y como alternativa han elegido quedarse en nuestro país (71%). Un 17% aún no tiene decidido el destino y un 9% se quedaría en su propia comunidad. La gran apuesta de este verano es, por ello, el turismo rural (70% de los encuestados), alejado de las tradiciones masificaciones asociadas al turismo de sol y playa.

LA RAZON ha hablado con varias personas que han empezado o encaran ya sus vacaciones, y esto es lo que nos han contado sobre sus planes:

Ruth Pérez va con su marido y su hija de tres años a un apartamento que tienen en La Manga (Murcia). Reconoce que no sabe «lo que se van a encontrar». Miraron primero un hotel, pero algunos estaban cerrados aún, por lo que decidieron ir a su apartamento «a dar una vuelta, porque en Semana Santa ya no pudimos por el confinamiento, y además nos va a dar más tranquilidad». Estas vacaciones las afrontan con optimismo, «para olvidarnos del trabajo y ver la playa, necesitamos salir de Madrid», aunque reconoce que «nos da miedo cómo nos van a recibir». La preocupación por el coronavirus sigue ahí, por ejemplo «masificación en la playa, o que se cumplan las medidas de seguridad en los restaurantes». La compra tiene claro que la harán on-line «nos da respeto, cuanto menos salgamos mejor», dice Ruth.

Las vacaciones de Cristina de la Selva y su hijo van a ser una mezcla de placer y solidaridad. Su tía, que vive en Málaga, es la cuidadora de su marido, que tiene una enfermedad degenerativa. Debido al confinamiento él no ha podido acudir al centro de día al que asistía, y a ella «tanto tiempo en casa a su cuidado le ha afectado». Así que han decidido «ir a echarla una mano, a alegrarla un rato» y, de paso, disfrutar de la playa. Cristina reconoce que se ha planteado muchas opciones para este viaje «he visto de todo: hoteles, alquilar un apartamento, ir a la sierra, incluso un viaje a Lanzarote, aunque lo descarté por el avión». Reconoce que «me da miedo ir a la estación y el viaje en tren, pero es poco tiempo, y llevamos mascarilla».

Reencuentro familiar

Ver a la familia también es uno de los objetivos de la familia de Marta Tejedor. Su marido es italiano y han tenido un bebé durante el confinamiento, así que ellos y sus tres hijos van a ir a Roma a que abuelos, primos y tíos conozcan a la bebé y puedan verse tras tantos meses. Cuando vuelvan de Italia tienen intención de ir a la playa a descansar. Marta asegura no tener miedo a viajar, «porque priorizas que la familia conozca a la niña y salir de Madrid para que los peques disfruten».

Escapada en familia es también el viaje que va a hacer Cristina Abad, con destino a Roquetas (Almería). En su caso, han reservado una semana en una cadena hotelera «porque este año queríamos ir con los niños a la playa, para que se bañen y se diviertan». En su caso, Cristina afirma que tampoco tienen miedo, porque el virus está en cualquier sitio. Sin embargo, reconoce que han elegido las playas de Almería «porque son más abiertas». Toda la familia irá pertrechada con mascarillas, «igual que en Madrid».

Paloma López ha visto frustrados sus planes de viaje dos veces durante la pandemia. Tenía concedido un viaje por el Imserso a Lanzarote en el mes de abril, que se anularon por la epidemia. Por el mismo motivo tampoco ha podido repetir este año una visita a un balneario, que el año pasado «me fue fenomenal para mis problemas de artrosis y lumbalgias»

Finalmente, Paloma salió ayer con una amiga hacia Calpe. «No sabemos lo que nos vamos a encontrar, si podremos entrar en la playa con nuestra silla y sombrilla, o sentarnos en una heladería o un restaurante si hay limitaciones de aforo». Sí saben que «no podremos hacer el corrillo de tertulia como en años anteriores porque hay que mantener la distancia» y que, pese a todo, «viajan con gran ilusión tras estos meses tan duros».

Desi Cuartero coge las vacaciones «con unas ganas tremendas». Lleva estudiando desde octubre los exámenes de acceso a un grado superior «y con el confinamiento todo se ha complicado: cierre de la academia, material de estudio de última hora…» Su primer destino es viajar a Castellón con un amigo para grabar unas canciones, y disfrutar de la playa, comer bien…

Más tarde hará «una escapada a Ibiza con una amiga», una isla que ninguna de la dos conoce. No querían «hacer un viaje largo en coche, así que encontramos unos vuelos en oferta» y se lanzaron. Han decidido alquilar una furgoneta para poder recorrerla a su aire y visitar sus múltiples calas.