Oftalmología

Así se trata el ojo seco, una patología en auge con la pandemia de coronavirus

El número de consultas con síntomas de sequedad ocular se han multiplicado por 10

Los investigadores recomienda realizar un examen oftalmológico para detectar consecuencias potencialmente graves
Los investigadores recomienda realizar un examen oftalmológico para detectar consecuencias potencialmente gravesCOLEGIO DE ÓPTICOS DE GALICIACOLEGIO DE ÓPTICOS DE GALICIA

El ojo seco es una enfermedad muy frecuente en la que la superficie ocular no se encuentra correctamente protegida por la lágrima, bien por un déficit en la cantidad o bien por la calidad de la película lagrimal, según define la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

“Durante este año de pandemia el número de consultas con síntomas de sequedad ocular se han multiplicado por 10”, afirma el doctor Alberto Vicente López Masegosa, especialista en superficie ocular del Hospital Quirónsalud Cáceres, quien justificaría este incremento en las visitas médicas tras el confinamiento, donde dice que se han disparado las horas del uso de pantallas, a lo que se suma el uso de mascarillas, que hace que el vaho que exhalamos suba a nuestros ojos, acelerando la evaporación de la lágrima.

“Estos dos factores han propiciado un aumento de las consultas con síntomas de sequedad ocular, ojo rojo, picor, irritación, sensación de cuerpo extraño, etc., conllevando un empeoramiento generalizado en la calidad de vida diaria de la población”, explica.

Este especialista mantiene que los cambios en nuestros hábitos, además, están favoreciendo esta patología: “El teletrabajo, cambios en los hábitos de consumo diario a través de las compras rutinarias por Internet, el entretenimiento a la carta mediante las plataformas digitales, y el inicio en edades muy tempranas en nuestra población infantil del uso de la tecnología a través de pantallas hacen que el síndrome de ojo seco, así como la miopía se hayan convertido en epidémicos”.

En concreto, el doctor López Masegosa detalla que el ojo seco es una enfermedad “multifactorial, compleja y crónica” que afecta a la superficie ocular, y que produce molestias, problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la córnea y en la conjuntiva.

Afecta a cerca del 30% de la población, una cifra que se eleva a casi el 100% en edades avanzadas, tal y como precisa el oftalmólogo de Quirónsalud, por lo que asegura que es conveniente en estos casos el contar con un diagnóstico y tratamiento personalizados.

Factores de riesgo de ojo seco

Desde la SEO añaden en este sentido que no siempre existe una causa reconocible de ojo seco. Indican que su prevalencia aumenta con la edad, y es más frecuente en mujeres menopáusicas, en relación a los cambios hormonales. Otros factores de riesgo son el uso de lentes de contacto, algunas cirugías oculares (fundamentalmente el LASIK), empleo de pantallas de visualización y algunos fármacos, como antidepresivos, ansiolíticos, antihistamínicos, diuréticos, entre otros.

Es más, el especialista en cirugía de cataratas y cirugía refractiva, corrección de la miopía, hipermetropía y astigmatismo de Quirónsalud Cáceres sostiene que se han descrito hasta 5 tipos distintos de ojo seco, habiendo un tratamiento específico para cada paciente. “A menudo es una enfermedad con la que convivimos, afectando a la calidad de vida diaria, si bien con un tratamiento adecuado con las tecnologías más avanzadas se pueden obtener unos resultados sorprendentes, que mejoren el estado anímico del paciente y su confort diario”, apostilla.

En algunos casos, el doctor López menciona que el ojo seco puede dificultar la visión, refiriendo el paciente una mejoría de la misma tras parpadeos repetidos; siendo también muy frecuentes las molestias tipo arenilla, tras una lectura prolongada o el uso de ordenador. “La mayoría de los síntomas de ojo seco aumentan a lo largo del día, siendo más intensos por la tarde-noche”, agrega.

Ahora bien, el oftamólogo remarca que en la mayor parte de las ocasiones el ojo seco no conlleva complicaciones, aunque sí molestias para el paciente. Dice que solo en algunos casos puede ser grave y favorecer la presencia de lesiones en la córnea que pueden comprometer la visión. Por ello, el doctor López Masegosa recomienda a todos los pacientes que sufran síntomas como los que se han descrito, o que tengan un diagnóstico de síndrome de ojo seco, una consulta oftalmológica para un estudio individualizado.

Según concreta, los centros sanitarios son hoy instalaciones seguras frente al contagio de COVID-19 ya que todas han diseñado circuitos libres del virus, por lo que no se debe tener miedo frente al contagio a la hora de acudir a una instalación sanitaria. Además, el Hospital Quirónsalud Cáceres cuenta con el sello ‘Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, que certifica su cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.

Un novedoso tratamiento para el ojo seco

La Sociedad Española de Oftalmología aclara que existen una serie de medidas generales, como evitar ambientes con humo, corrientes de aire, ambientes secos, chorros de aire acondicionado dirigidos a la cara, conducir con las ventanillas cerradas, etc. que pueden beneficiar los cuadros de ojo seco. Aparte de eso, sugiere el empleo de lágrimas artificiales, mantener una higiene palpebral, y en algunos casos ve indicados los tratamientos tópicos como algunos colirios; sin embargo, si persisten los síntomas convendría proceder con otra serie de tratamientos.

En concreto, el oftalmólogo de Quirónsalud apunta que uno de los más novedosos en este campo, el láser de luz pulsada de alta frecuencia representa: “Consiste en aplicar destellos de luz pulsada de alta intensidad (IPL) sobre los párpados inferiores y la parte superior de las mejillas para estimular la circulación sanguínea y las terminaciones nerviosas”.

Según defiende, con este tratamiento se conseguirá una reducción de la inflamación local y de las bolsas palpebrales, una mejora de la circulación del área tratada y facilita la salida del material graso de las glándulas de meibomio, mejorando a su vez la estabilidad de la película lagrimal, al tiempo que contribuye a estabilizar la flora conjuntival y palpebral, gracias a su efecto antimicrobiano y antiparasitario; por lo que está indicado para el tratamiento de blefaritis.Entre las ventajas, además de los resultados, López Masegosa subraya que es “totalmente indoloro y de sencilla aplicación, sin necesidad de entrar a quirófano”. Se realiza entre 4 y 6 sesiones, cada sesión dura alrededor de unos 5 o 10 minutos e incluso, según la gravedad, puede dar alivio en la primera sesión, según concluye.