Réplica

Las farmacéuticas españolas rechazan la liberación de patentes de sueros anticovid

Farmaindustria recuerda que “alguna de estas vacunas requiere más de 250 componentes distintos que se fabrican en más de 50 instalaciones diferentes de más de 25 países”

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, visita las instalaciones de la compañía Laboratorios Rovi, que trabaja para los fabricantes de vacunas
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, visita las instalaciones de la compañía Laboratorios Rovi, que trabaja para los fabricantes de vacunasJunta de AndalucíaJunta de Andalucía

Farmaindustria, organización que agrupa a la industria farmacéutica española, hizo público un comunicado en el que señala que “respeta las decisiones que los países trasladen a la Organización Mundial del Comercio en relación con la liberación de las patentes que protegen las vacunas contra la covid-19, pero considera que una exención, aunque sea temporal, de estos derechos es errónea, porque no es la solución al acceso de todos los países a las vacunas de forma rápida y equitativa, como requiere la situación actual, y porque puede acarrear graves efectos no deseados”.

Incide en que “hay que tener en cuenta que el proceso de fabricación de vacunas es muy complejo y requiere unos conocimientos específicos, una tecnología puntera, unas instalaciones adecuadas, unos equipos humanos preparados y una experiencia que, en la actualidad, solo está al alcance de unas pocas compañías en todo el mundo. Existen otras muchas empresas que pueden colaborar en algunas fases del proceso de fabricación, pero, aun así, requieren de una transferencia de tecnología del desarrollador. De hecho, alguna de estas vacunas requiere más de 250 componentes distintos que se fabrican en más de 50 instalaciones diferentes de más de 25 países”, explica..

Reflexiona en torno a “la dirección que ha tomado la industria farmacéutica a través de acuerdos de colaboración con transferencia de tecnología con cualquier empresa de cualquier país del mundo que tenga capacidad de participar en la producción está permitiendo triplicar la capacidad de producción mundial y alcanzar los 12.000 millones de dosis anuales, que es lo que se precisa para lograr la inmunidad de grupo en todo el planeta”. Farmaindustria se remonta a “abril, cuando se contabilizaban ya más de 270 acuerdos de colaboración entre compañías para la producción de vacunas contra la covid, que implicaban a un centenar de empresas y una treintena de países. Las compañías desarrolladoras han sellado acuerdos con aquellas empresas que tienen esa capacidad, incluidas competidoras y de países de diferentes rincones del mundo, como India, China y Sudáfrica”. Y destaca cómo “las compañías farmacéuticas han sido capaces en menos de un año de poner a disposición de la humanidad unas vacunas que son las que pondrán fin a esta tragedia sanitaria, económica y social provocada por el coronavirus. · Por otro lado”, prosigue, “el actual sistema de patentes genera un marco de protección y confianza al desarrollador de las vacunas que es imprescindible para poder realizar esa transferencia de tecnología que es la que, a su vez, garantiza la calidad, eficacia y seguridad de las vacunas producidas por aquellos que no las han desarrollado. Suspender las patentes, aunque solo sea temporalmente, podría hacer además que fábricas desconocidas sin experiencia en vacunas o con escasos controles de producción y calidad pudieran entrar a competir por materias primas escasas, causando disrupciones en la cadena de suministro e incrementando el riesgo de falsificaciones. Por tanto, la medida, de aprobarse, no solo no contribuiría a aportar mayor disponibilidad de vacunas, sino que podría tener un efecto contrario a los fines perseguidos”, matiza.