Estrategia

La vacunación a niños y adolescentes contra la covid es decisiva

Aumentan los casos de covid en los más pequeños, y sus efectos físicos y emocionales acarrean secuelas que pueden durar años

Una enfermera administra la vacuna Moderna a una joven
Una enfermera administra la vacuna Moderna a una jovenMarcial GuillénEFE

Los menores de 17 años fueron de los primeros «descartados» en la pandemia. Excepto por aquellos vulnerables, la atención se centró en los mayores de 60 años que eran los más débiles ante el descontrolado virus. Recién ahora es cuando se empieza a hablar de las secuelas de la pandemia y los efectos de las vacunas aprobadas para este sector.

Muestra de ello es un reciente estudio basado en una encuesta de 523 adolescentes en Islandia. En el análisis, publicado en la revista especializada «JCPP Advances», se detectó que las niñas menores de 17 informaron un mayor impacto negativo de la pandemia de covid en su bienestar y su comportamiento que sus contrapartes masculinos, al tiempo que señalaron un alto nivel de síntomas depresivos.

Estos síntomas se relacionaron con una disminución de la conexión con los miembros de la familia y una disminución del sueño y un aumento de los juegos en línea entre ellos.

Los autores recomiendan que se haga un seguimiento de la salud mental de los menores ya que el impacto real aún no se ha visto y podrá afectarlos en los próximos años. Esto, según el estudio, se verá en problemas en el rendimiento académico, dificultades sociales y problemas de nutrición.

En parte estos síntomas tienen que ver con una culpabilización de los adolescentes por ciertos contagios, brotes que muchos aseguran se podrían haber evitado con una campaña de vacunación más efectiva. En este aspecto hay que destacar que la Agencia Europea del Medicamento ha recomendado otorgar una extensión de la indicación para la vacuna Covid-19 Spikevax (anteriormente Moderna) para incluir el uso en menores de 12 a 17 años.

De acuerdo con el comunicado el uso será el mismo que en personas mayores de 18 años: dos inyecciones con cuatro semanas de diferencia. En relación a los efectos secundarios, se han investigado en un estudio en el que participaron 3.732 menores de entre 12 y 17 años que demostró que esta vacuna producía una respuesta de anticuerpos comparable a la observada en adultos jóvenes de 18 a 25 años. Además, ninguno de los 2.163 menores que recibieron la vacuna desarrolló COVID-19 en comparación con cuatro de los 1.073 que recibieron una inyección ficticia.

En Europa, países como Dinamarca, Austria, Alemania, Estonia, Francia, Italia, Suiza, Noruega, San Marino, Gran Bretaña y Hungría han comenzado a vacunar a menores de 17. Otros, como España, tienen planificado hacerlo antes del inicio de las clases.

Israel y Dubai fueron de los primeros en vacunar a menores, mientras que Japón y China ya están autorizados a llevar a cabo campañas y la India también ha terminado sus propios ensayos. En el continente americano, Estados Unidos, Chile, México, Canadá y Brasil ya tienen luz verde para vacunar a mayores de 12 años o lo están haciendo.

Lógicamente, las preguntas son muchas. Una de las primeras es si es necesario vacunar a estos grupos sabiendo que su riesgo es bajo. La realidad es que aunque el SARS-CoV-2 tiene muchas menos probabilidades de causar enfermedades graves en menores, algunos se enferman gravemente, y el espectro del covid prolongado, un conjunto de síntomas a veces debilitantes que pueden persistir durante meses incluso después de un episodio leve, es suficiente para que muchos pediatras insten a la vacunación lo más rápido posible.

Pero aún se sabe poco sobre cómo la enfermedad afecta a los menores. Algunos recuentos oficiales de hospitalizaciones y muertes en África subsahariana, por ejemplo, no desglosan los casos por edad. Como resultado, los pediatras no saben qué muertes se produjeron en este sector. Y hay otro factor que también preocupa a los expertos en salud. Se desconoce cómo afectará el SARS-CoV-2 a quienes se infecten paralelamente con otros virus comunes, como el virus respiratorio sincitial, que es una de las causas del resfriado común pero que a veces puede causar enfermedades respiratoria grave en los más pequeños.

Otra duda frecuente tiene que ver con la seguridad: ¿es seguro vacunar a los niños? Hasta la fecha todos los estudios y ensayos realizados demuestran que se trata de vacunas seguras en cuanto a la prevención y también en lo que respecta a efectos secundarios tanto para las vacunas de Moderna y Pfizer/BioNTech (que utilizan ARN mensajero) como las de Sinovac y Sinopharm, fabricadas en China. Se espera que otros estudios informen pronto resultados en mayores de 12 años inoculados con la vacuna Zydus Cadila y la vacuna de coronavirus inactivada Covaxin, ambas fabricadas en India.

Ahora, es cierto que se ha detectado un vínculo potencial entre la vacuna Pfizer y la inflamación del corazón (miocarditis y pericarditis) detectada cuando Israel y Estados Unidos comenzaron a vacunar a los menores. Sin embargo, los investigadores aún tienen que establecer que fue la vacuna la responsable de la inflamación. La mayoría de los afectados se han recuperado, y los datos sugieren que el riesgo es «extremadamente bajo»: alrededor de 67 casos por millón de segundas dosis en adolescentes varones de 12 a 17 años y 9 por millón en mujeres adolescentes del mismo grupo de edad.

Y, finalmente, una de las mayores dudas: ¿qué impacto tendrá en la pandemia la vacunación de los menores? Cada país deberá evaluar los riesgos, pero un caso interesante es el de Malta. Este país mediterráneo ha vacunado completamente al 80% de su población, una de las tasas de vacunación más altas del mundo. Allí, la decisión de vacunar a los jóvenes se formó, entre otros factores, por el hecho de que culturalmente los jóvenes tienen mucho contacto con sus mayores, principalmente abuelos y porque suelen viajar fuera del país para estudiar o recibir estudiantes del extranjero.

También habrá que tener en cuenta cómo afectan a los más jóvenes las nuevas variantes, pero los científicos coinciden en que si están vacunados, mejor.

El próximo desafío serán los menores de 12 años. A día de hoy, Pfizer desarrolla las fases 2 y 3 de los ensayos clínicos de control y seguridad de su vacuna en niños y niñas de 5 a 11 años. Y prevé comenzar los estudios en menores de 6 meses a 5 años en septiembre. El programa de ensayos clínicos pediátricos de la vacuna de Pfizer comenzó a principios de este año. Los hospitales San Joan de Déu de Barcelona y 12 de Octubre de Madrid colaboran con los ensayos seleccionando pequeños grupos de niños.

Si confirman que los sueros son efectivos y seguros presentarán los resultados ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) unos meses después para los menores de entre 5 y 11 años. El siguiente paso será para infantes de 6 meses a 5 años.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) también recibirá los datos de las pruebas clínicas y se requerirá su aprobación para que pudieran ser utilizadas en la Unión Europea.