Pacto

Bruselas y AstraZeneca curan sus heridas tras la batalla judicial

El laboratorio se compromete a completar la entrega de los 300 millones de dosis antes de marzo del año que viene

Tras meses de disputas, la Comisión Europea y el laboratorio AstraZeneca han firmado la pipa de la paz. Las dos partes han acordado enterrar el litigio que les tenía enfrentados en los tribunales de la justicia belga debido a los retrasos de la compañía anglo-sueca a la hora de suministrar las dosis de la vacunas acordadas con los Veintisiete.

Finalmente, la empresa farmacéutica se compromete a entregar los 300 millones de dosis encargadas por el club comunitario de las que hasta el momento tan sólo había suministrado un tercio de total. Las dos partes han acordado un calendario vinculante que no deja lugar a dudas sobre dobles interpretaciones. El laboratorio deberá entregar 135 millones de dosis antes de finales de año –60 antes de que termine el mes y otros 75 antes del final de diciembre–. Los 65 millones restantes hasta completar los 300 millones deberán llegar en una última entrega antes de marzo de 2022. Si se producen retrasos, este nuevo acuerdo pone negro sobre blanco que la UE tiene derecho a un reembolso del 10% del coste de cada dosis por cada mes de retraso, una cuarta parte si esta demora se alarga dos meses y hasta un 40% por tres meses o más.

De esta forma, las dos partes se libran de un juicio de resultados impredecibles. En el mes de junio, la justicia belga ya dictaminó una serie de medidas cautelares que iban mucho menos lejos de lo requerido por la Comisión Europea y que permitieron al laboratorio esquivar una posible multa sin demasiado esfuerzo. Estaba previsto que ahora los tribunales belgas entraran al fondo de la cuestión. Debían dilucidar si la empresa incumplió su acuerdo con los Veintisiete al no poner a disposición del club comunitario la producción de sus dos plantas en Reino Unido y si la cláusula conocida como «mejores esfuerzos razonables» en el ritmo de suministro amparaba este desfase de un tercio entre lo prometido y las entregas reales. La compañía siempre defendió que el calendario pactado no era vinculante y que no tenía el deber de proveer a los Veintisiete de las dosis del antídoto fabricadas en Reino Unido ya que la interpretación del contrato por parte de la Comisión Europea no era la adecuada. Bruselas siempre creyó que el laboratorio se estaba vendiendo al mejor postor y desviando las dosis destinadas a la UE a países que estaban pagando más e incluso puso en marcha un mecanismo para poder bloquear las exportaciones europeas de vacunas.

Polémicas aparte, se ha cumplido la máxima de que más vale un mal acuerdo que un buen juicio. Bruselas siempre defendió que el objetivo de su ofensiva primero mediática y luego judicial tenía como objetivo la entrega de las dosis lo antes posible.

En este nuevo acuerdo, los retrasos tan sólo estarán permitidos sin penalización en caso de un suceso catastrófico. Además se espera que la Agencia Europea del Medicamento autorice dos nuevas plantas de producción del laboratorio a finales del mes de octubre.

La gran pregunta es hasta qué punto este pacto tiene sentido cuando la Comisión Europea acaba de anunciar que el 70% de la población europea ya ha sido inmunizada con las dos dosis y el hueco de AstraZeneca, cuyos retrasos lastraron el ritmo de la vacunación durante el primer trimestre de 2021, ha sido suplido por los acuerdos con otros laboratorios.

«Si bien esta semana alcanzamos el importante hito de la vacunación completa del 70% de los adultos de la UE, existen diferencias significativas en la tasa de vacunación entre nuestros Estados miembros y la disponibilidad continua de vacunas, incluida la de AstraZeneca, sigue siendo realmente crucial», ha explicado la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, quien también recuerda que la Unión Europea está comprometida a donar vacunas a los países en desarrollo.