Nodriza 2.0: “Vendo leche materna: 180 mililitros por 30 euros”

Nodriza 2.0: “Vendo leche materna: 180 mililitros por 30 euros”

Las lactantes que venden su excedente en la web sin control sanitario empiezan a expandirse en España. La mayoría de clientes son hombres

«Se vende leche materna. Tengo un bebé de seis meses muy sano. Contactar por email. Abstenerse curiosos. Badajoz y entorno». «Vivo en Madrid y vendo leche materna. No bebo y no he sido nunca fumadora. Estoy completamente sana. Para más información, contactarme por WhatsApp. Hago envíos. Oferta seria». Estos son dos anuncios reales encontrados en el portal de compra venta online milanuncios.es. Lo comprobamos llamando a uno de ellos.

La primera en atender la llamada es Carmen, de Getafe (Madrid). Nos cuenta que tiene 36 años y dos hijos, uno de tres años y otro de seis meses, y que ha decidido poner este anuncio «porque tengo mucho excedente de leche». Es deportista y le encanta hacer alpinismo. Su aspecto lo corrobora. Lo primero que quiere hacernos llegar es que es una mujer sana. «Yo no fumo ni bebo, hace que no me tomo una cerveza más de cinco años». «No soy una loca, te lo puedo prometer», insiste ante la duda que se refleja en nuestras caras. Nos hemos hecho pasar por unos padres primerizos que, ante la imposibilidad de la madre de amamantar al bebé, hemos optado por esta alternativa.

Tras una retahíla de preguntas personales que no duda en contestar, nos asegura que ha tenido otras dos clientas que «no han tenido ningún problema» pero «lo han ido dejando porque les salía caro». Carmen vende una bolsa de 180 mililitros por 30 euros, pero nos asegura que si nos convertimos en compradores asiduos nos puede «hacer una rebajita, dejároslo a 25 euros». El día de la recogida nos avisa de que debemos llevar una nevera para no romper la cadena del frío y meterlo cuanto antes en el congelador si no se va a consumir de inmediato. Y nos advierte de que, al descongelarlo, no nos asustemos : «Si parece que esta malo, agítalo, no hay problema».

Pese a que la venta de leche materna es una práctica, que sin ser ilegal, puede comportar graves riesgos –se trata de un fluido susceptible de transmitir enfermedades infecciosas– hay quien ha visto en ello un nicho de mercado. Es el caso de Mar, madre de dos hijos en Badajoz. Soltera y en paro, conoció «el mundillo gracias a una amiga y me picó la curiosidad». «Ella empezó a ganar mucho dinero, le daba para ahorrar y yo, con 600 euros, como comprenderás, no puedo pagar una casa, los pañales, la luz, el agua...». Así que se lanzó a la aventura. En la actualidad cuenta con tres compradoras habituales y un par de ocasionales. Casi todas «señoras pudientes que no tienen tiempo para dar el pecho a sus hijos». La relación de estas madres con Mar es de total confianza, hasta el punto de que una le propuso amamantar a su bebé: «Me negué, es un paso importante que requiere de un vínculo mayor».

El único requisito que impone a sus clientas es que lo mantengan en secreto y que sean rigurosas en los pagos. Por cada bolsa de 180 mililitros pide 30 euros. «Actualmente con esto gano 1.000 euros mensuales, es un alivio». Aunque Mar se esfuerza en dar una imagen de mujer segura de si misma, termina admitiendo que le da miedo de que la gente se entere, «Está muy mal visto, no se lo he contado ni a mi madre, vivo en un pueblo y aquí nos conocemos todos. No quiero que me señalen o que la gente no me de trabajo por algo así».

El nuevo ‘oro líquido’

Aunque en España la venta de leche materna por Internet todavía no es una práctica muy extendida –a penas se puede encontrar una decena de anunciantes–, ya hay algunas lactantes, como esta madre de Badajoz, que se han lanzado a hacer negocio con su «oro líquido». Entre los demandantes, no obstante, hay pocas madres que no puedan o no quieran dar el pecho a sus hijos. La mayoría son hombres, casi todos culturistas que buscan mejorar su rendimiento. Pero también hay quien la consume por curiosidad o algún tipo de fantasía sexual.

De hecho, Celia, una madre de Logroño de tres niños de 2, 4 y 5 años, asegura que «durante la etapa que vendí, la mayor parte de mis clientes eran hombres». Pero su incipiente negocio echó pronto la persiana. Su marido sabía de donde provenía la fuente extra de ingresos que llegaba a casa pero «pensaba que todos mis clientes eran madres. Cuando se enteró de que eran tíos, se acabó». Ella optó por no juzgar, «no les pedía explicaciones» y la mayoría se limitaba a ir a recoger la mercancía sin más ceremonia que la de un intercambio de agradecimientos. Aunque admite que «también hubo tíos que me pidieron fotos y cosas raras, pero por ahí no pasé».

Lolo es uno de los que compra «muy a menudo». Es deportista de élite y esta convencido de que la leche materna «es una buena fuente de nutrientes y eso nos viene muy bien a los que nos dedicamos a esto».Si bien en nuestro país es todavía una moda minoritaria, en EE. UU se ha convertido en una fiebre. Allí está considerado como «un súper alimento» que mejora el rendimiento y el vigor sexual y se promociona también como una fórmula para prevenir el cáncer, luchar contra la disfunción eréctil y tratar graves enfermedades intestinales. «La numerosa evidencia sobre los beneficios de la leche humana en la salud de madres e hijos, ha hecho que muchas personas adultas deseen tomar leche humana por supuestas propiedades curativas o nutritivas, pero esto no se ha demostrado. La leche humana es la forma natural de alimentar a los niños, no a los adultos», apunta la doctora Beatriz Flores Antón, neonatóloga y Responsable de Calidad del Banco Regional de Leche Materna AMGU. Y lanza una advertencia a todas aquellas madres que se estén planteando adquirla por Internet: «Es un fluido biológico y, por tanto, susceptible de transmitir enfermedades infecciosas de origen bacteriano, vírico, parasitario y priónico, como los virus VIH, CMV o HTLV».

Como el producto que se ofrece en Internet no está regulado, no ofrece ningunas garantías. De hecho, un estudio publicado en la revista «Pediatrics» reveló que el 75% de la leche materna que se ofrece online esta contaminada con bacterías que pueden enfermar a los lactantes. La doctora Flores Antón explica que «en un 10% de los casos está mezclada con leche de vaca para aumentar su volumen y obtener más beneficio económico. Además, puede contener sustancias contaminantes o tóxicas si la donante las consume».Por eso recomienda a toda madre que no pueda dar el pecho a su hijo que acuda a los bancos de leche materna, ya que «garantizan la calidad y la seguridad de la leche y cuentan con procedimientos controlados».

Laura lo atestigua. Al tener mucho excedente de leche decidió donarlo al banco del Hospital la Fe de Valencia. Cuenta que tuvo que pasar por un rosario de pruebas antes de que le concedieran el el apto.

«Primero me hicieron análisis de sangre y luego la matrona un estudio en el que me preguntó de todo: si bebía, si fumaba, mis hábitos de vida...». Si bien el proceso es algo engorroso–«exigen médidas higiénicas muy concretas, debes sacarte la leche con mascarilla, bata y gorro y lavarte de forma muy concienzuda»– todo se hace para garantizar que la leche que después alimentará sobre todo a neonatos, no comportará riesgos para su delicado organismo. Aunque lo cierto es que Laura dona la leche de forma altruista, tampoco ha dudado en rentabilizarlo: «Con mi primer hijo tenía tanta acumulada que me dio para alimentar al bebé de una amiga y a otro. Con el segundo las cosas son muy distintas, no estoy trabajando, así que he decidido sacarme unos ingresos extra vendiéndola a otras madres través de Internet».

Exhaustivo control en los bancos de leche

En los bancos de leche, las donantes son seleccionadas tras una entrevista sobre hábitos de vida y salud. Han de ser negativas para las siguientes infecciones: VIH, virus de la hepatitis B y C, HTLV y lúes) y no deben consumir alcohol, tabaco o cualquier tipo de droga. Asimismo deben seguir estrictos protocolos de higiene para la extracción de leche, conservación y transporte de la misma. En los bancos, la leche se pasteuriza con un método térmico denominado Holde, que destruye todas las formas vegetativas bacterianas, virus como el VIH, el CMV, el virus del papiloma o Zika.