Entrevista

«La erupción es un proceso geológico pequeño y no irá a más»

Ana María Alonso, directora del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) cree que es grave para la población afectada, pero no tendrá consecuencias para otras partes de España

Entrevista a la directora del Instituto Geológico y Minero, Ana María Alonso.
Entrevista a la directora del Instituto Geológico y Minero, Ana María Alonso.Jesús G. FeriaLa Razon

Ana María Alonso acaba de cumplir su primer año como directora del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y ya le ha «tocado» vivir su primer volcán en erupción. Como científica, está impresionada y maravillada con este espectáculo natural, aunque es consciente de la gravedad de la tragedia humana para miles de familias que lo han perdido todo. A esta geóloga –experta en rocas sedimentarias– le preocupa especialmente que se sobredimensione el alcance de la erupción de la Cumbre Vieja y se hagan conjeturas sobre su evolución. «Es un proceso geológico pequeño, a escala local, que no va a afectar más que a la isla de la Palma en sí. Por supuesto esto ya es suficiente grave para la población afectada, pero no va a tener consecuencias en otras partes de España». Destaca, además, que «el hecho de que lo estemos viviendo en directo, minuto a minuto» hace que exista el riesgo de que no se observe con perspectiva y se caiga en valoraciones sensacionalistas. Por eso, no es partidaria de concretar cuántos días puede durar ni cuantificar el área al que va a afectar, ya que se trata de un proceso «vivo».

-¿Cómo está gestionando el IGME esta situación?

-En mayo de este año creamos el equipo URME (Unidad de Respuesta de Emergencias Geológicas), integrado por geólogos del Instituto y del CSIC, cuya misión es establecer protocolos de actuación en catástrofes naturales como estas –terremotos, lluvias torrenciales, etc–. Con la erupción de Cabeza de Vaca lo hemos activado y estas personas son las que han viajado a la isla a trabajar sobre el terreno, dos de ellas específicamente para manejar los drones que nos permiten tener imágenes aéreas nítidas sobre las bocas del volcán, y acercarnos a la lava sin poner en peligro a nuestro personal. Gracias a estas imágenes, también se puede medir la velocidad de la lava o su densidad. Esos datos son fundamentales para saber a qué se enfrentan la población y los equipos de emergencia. Además, el equipo de Inés Galindo se ocupa de vigilar los desprendimientos que se están produciendo y los que pueden ocurrir, que son otra variable muy importante.

- ¿Pueden dar alguna sorpresa el volcán?

-No, se trata de desprendimientos de un bloque que cae y puede tapar una carretera, por ejemplo, pero de escala métrica, no kilométrica. A escala geológica lo que estamos viendo es un proceso local, «pequeño». No es el vulcanismo de Islandia, esto es un río de lava.

-¿Se ha sabido reaccionar a tiempo?

-Considero que sí. Ha sido una actuación rápida y coordinada por parte de todos los organismos implicados, que ha permitido no tener que lamentar ninguna pérdida humana. Esto parece que se da por supuesto, pero podría no haber sido así. Hay que pensar que hace 50 años que no pasaba nada igual. Esto no es Sicilia, donde están acostumbrados a hacer frente a las erupciones de un volcán como el Etna que está activo frecuentemente. Por eso, me parece que es loable la manera en la que se ha manejado. Por otro lado, este suceso también nos hace más conscientes del riesgo real que hay en Canarias y, especialmente, en sus islas volcánicamente activas, como El Hierro y La Palma. Lo que ahora nos parece extraordinario, podría convertirse en ordinario si no se pone en valor y se protege la geodiversidad del archipiélago.

-¿Cómo cree que evolucionará la situación? ¿Qué debemos esperar en las siguientes jornadas?

-No se puede aventurar nada. Sabemos que es una erupción que nos ha dado tiempo a reaccionar, margen para salvar vidas y proteger a la población. Por desgracia, nada se puede hacer con las casas, las infraestructuras y los cultivos, no hay modo de proteger eso de la lava. Respecto a poder dar datos de alcance en tiempo y en espacio, yo soy de la opinión de que el proceso geológico hay que verlo en la distancia, con perspectiva. El hecho de que estemos presenciando los cambios de manera inmediata –por internet, por televisión, en imágenes de drones y de satélites, etc.– nos da la falsa percepción de que eso es el todo, y nos impide alejarnos para ver la «foto completa». Los que saben de esto creo que hablan a escala de semanas o meses, como máximo. Hay una estimación de volumen y de magma que está intentando salir que ha realizado el Instituto Volcanológico de Canarias y que calcula que la erupción puede durar entre 24 y 48 días.

-¿Llegará al mar? ¿Qué pasará si lo hace?

-Puede ser que sí, y puede que no. Es posible que lo haga si hay suficiente emisión de materia volcánica, pero hay que tener en cuenta que las coladas llevan una semana enfriándose. Estamos hablando de un fluido que tiene una mecánica muy compleja. La roca no es una buena conductora de calor, por lo que el magma, en contacto con la superficie, se enfría y se solidifica. Eso hace que avance más despacio.

Respecto a qué supondría que llegara al mar, la emisión de gases y explosiones por el contacto con el agua, una fuente de contaminación temporal que alterará la temperatura y la acidez, reducirá la concentración de oxígeno de modo importante y amentará la de dióxido de carbono y otros metales.

-¿Puede llegar esa nube tóxica a otros lugares de la península?

-Sí, pero no de modo que cause ningún problema importante. Sería como cuando se nos ensucian los coches porque llega polvo del Sahara. Es decir, algo circunstancial y sin mucho fuste. Donde sí va a causar problemas es allí, porque este es un proceso geológico local.

-¿A qué extensión de área cree que acabará afectando?

-Tampoco se puede decir con exactitud, porque puede cambiar algo la viscosidad de la lava, y no sabemos el volumen que va a salir. El desplazamiento de la colada depende de cómo sea la superficie. Lo que sí puedo decir para dimensionarlo es que estamos hablando de un vulcanismo episódico, proceso geológico de un tamaño pequeño en la escala espacial y temporal.

-El Etna también ha entrado en erupción hace unos pocos días. ¿Estamos en una «época de erupciones»?

-Nada que ver. La Geología es un poco como la Medicina, pero del planeta, en vez de del ser humano. Si yo le digo que las personas que tienen el colesterol alto tienen más riesgo de padecer un infarto hablo de una mayor predisposición. Lo que no significa que vaya a suceder sí o sí. Tampoco tendría nada que ver que a dos personas que tienen poco o nada en común les dé infarto en un periodo similar de tiempo. Este planteamiento, aplicado a la Geología, se lee como que el planeta tiene zonas de debilidad, y los volcanes son una de ellas. Dos volcanes pueden entrar en erupción casi al mismo tiempo, y que sea una casualidad, como en el caso del Etna y el de La Palma. Eso sí, existen estructuras geológicas que están muy relacionadas y responden coetáneamente, pero no es el caso que nos ocupa.