Razón Solidaria

Los ruidos del hogar pueden estresar a su perro

Los dueños saben si sus canes son sensibles al ruido, pero pueden no valorar su miedo real

Perro inclinando la cabeza
Perro inclinando la cabezaLa Razón

Investigadores de la Universidad de California en Davis han descubierto que es posible que las personas no reconozcan que su perro está estresado cuando se expone a ruidos domésticos comunes. Si bien está comunmente establecido que los ruidos fuertes repentinos, como los fuegos artificiales o las tormentas eléctricas, desencadenan de forma habitual la ansiedad en un perro, un nuevo estudio encuentra que incluso los ruidos más comunes del hogar, como una aspiradora o un microondas, pueden ser un desencadenante. El estudio fue publicado en «Frontiers in Veterinary Science».

La investigación determinó que los ruidos intermitentes de alta frecuencia, como la advertencia de la batería baja de un detector de humo, son más propensos a causar ansiedad al perro, en lugar del ruido continuo de baja frecuencia.

«Sabemos que hay muchos perros que tienen sensibilidad al ruido, pero subestimamos su miedo a él, que consideramos normal, porque muchos dueños de perros no pueden leer el lenguaje corporal», manifestó la autora principal del estudio, Emma Grigg, investigadora asociada y profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis.

Signos de ansiedad

Algunos de los signos más comunes de ansiedad de los canes incluyen encogerse, temblar o retroceder, pero los dueños pueden ser menos capaces de identificar los signos de miedo o ansiedad cuando los comportamientos son más sutiles.

Por ejemplo, los perros estresados pueden jadear, lamerse los labios, girar la cabeza o incluso endurecer su cuerpo. A veces, sus orejas se volverán hacia atrás y su cabeza bajará por debajo de sus hombros. Grigg sugiere que los propietarios se eduquen mejor sobre el comportamiento relacionado con la ansiedad.

Los investigadores realizaron una encuesta a 386 dueños de perros sobre las respuestas de sus mascotas a los sonidos domésticos y examinaron los comportamientos grabados de los animales y las reacciones humanas de 62 vídeos disponibles en línea.

El estudio encontró que los dueños no solo subestimaron el miedo de sus perros, sino que la mayoría de las personas en las imágenes respondieron con diversión en lugar de preocuparse por el bienestar de su perro. «Existe un desajuste entre las percepciones de los propietarios sobre el miedo y la cantidad de comportamiento atemorizante que en realidad está presente. Algunos reaccionan más divertidos que preocupados», declaró Grigg. «Esperamos que este estudio haga que las personas piensen en las fuentes de sonido que podrían estar causando el estrés de su perro, para que puedan tomar medidas para minimizar la exposición de su perro».

Sonidos dolorosos

La investigadora sostiene que, debido a que los perros tienen un rango de audición más amplio, algunos ruidos también podrían ser potencialmente dolorosos para sus oídos, como los sonidos muy fuertes o de alta frecuencia. Grigg añadió que minimizar la exposición puede ser tan sencillo como cambiar las baterías con más frecuencia en los detectores de humo o sacar a un perro de una habitación donde pueden ocurrir ruidos fuertes.

«Los perros usan el lenguaje corporal mucho más que la vocalización y debemos ser conscientes de eso en todo momento de nuestra relación con ellos», señaló. «Los alimentamos, los alojamos, los amamos y tenemos la obligación de cuidarlos de responder mejor a su ansiedad».

Entre otros autores del estudio se encuenran Lynette Hart, Emily Parker y Anwyn Gatesy-Davis, del Departamento de Salud y Reproducción de la Población de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis; Juliann Chou, de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales; y Sara Clarkson, del Departamento de Ciencia Animal. El Centro de Salud Animal de Compañía de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis brindó apoyo a la investigación.