Opinión
El que esté libre de pecado...
Lo que dijo el entrenador del equipo femenino del Rayo Vallecano es injustificable. Una barbaridad. Una salvajada. No hay ninguna duda. Aunque la hiciera en un chat privado hace cuatro años… Sus compañeros deberían haberle afeado la conducta entonces, independientemente del contexto en el que se produjera la conversación. Pero… ¡solo era un chat! «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra», dijo Jesucristo a quienes pretendían apedrear a una mujer adúltera. Y eso diría yo también. Sobre todo, porque he leído auténticas burradas en chats femeninos, masculinos y mixtos, que si se sacaran del propio chat parecerían delictivas. Y no me gustaría pensar que se puede jugar con el ámbito de lo privado hasta el punto de que cualquiera pueda utilizar las confidencias compartidas si se enfada o piensa que puede sacarles beneficio. Me sorprende que en una sociedad como la nuestra, donde hay etarras que nunca pidieron perdón convertidos en dirigente políticos; o asesinos, homicidas y violadores que no cumplieron ni la mitad de sus condenas, reinsertados en la sociedad, se quiera linchar a un tipo por decir una barbaridad brutal en un chat. Los puteros que pagan por carne humana no tienen castigo. Los proxenetas que las explotan y esclavizan, rara vez pasan más de tres años en la cárcel… ¡Y luego vuelven a sus quehaceres!
Pero lo que nos ofende no es que el presidente del Rayo discrimine y maltrate a sus jugadoras, sino que a su entrenador se le calentara la boca hace cuatro años en un chat privado. Aunque se haya arrepentido y haya pedido perdón. Claro, porque ninguno de nosotros ha dicho jamás nada inconveniente, en privado, de lo que luego se haya tenido que retractar, ¿verdad?
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