Opinión

Mis héroes favoritos

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Es difícil ser héroe en estos tiempos. Aunque, ¿cuándo ha sido un tiempo fácil para los humanos con la historia que cargamos encima? Por eso para mí un héroe o una heroína es aquel o aquella que dedica su vida a la noble tarea de mejorarse, para así mejorar el mundo en el que viven.

Hay algunas personas que nacen con el don. El don de la bondad. Se les ve desde críos. A otros, la mayoría, se nos ve desde críos que no lo tenemos. Bien es verdad que ya nuestros genes, el útero que nos acoge, el lugar donde nacemos viene determinado. Bien es verdad que desde el nacimiento empezamos a escuchar lo que está bien y lo que está mal. A veces dicho con demasiada crudeza.

También desde muy prontito nos preparan para ganar las carreras. ¡Preparados, listos, ya! Y todos matándonos para llegar a tocar la pared los primeros. Nos eliminan en los juegos. Nos comparan con otros. Nos obligan a aprender cosas terriblemente aburridas. Nos dicen mil veces que no. Nos hacen retorcidos e insolidarios.

Los héroes superfluos son los que ganan, los que arriesgan físicamente, los primeros de la clase, los de las medallas. Es difícil con este tipo de educación ser bueno y solidario. Es difícil. Por eso aquellos que se plantean la verdadera pregunta del héroe clásico, pienso en Edipo, ¿Quién soy yo? tienen mi admiración. No soy ese que me han dicho. No se cuál es mi verdadero origen y pensamiento. ¿Qué quiero hacer yo con mi vida?

Para preguntarse esto hay que ser verdaderamente valiente. Porque es un camino que no tiene marcha atrás y no está lleno de rosas.

Pero es el único camino que nos puede hacer crecer en la bondad, en esa tarea tan difícil de quitarse lacras y atraer virtudes.

Es el reeducarse. Para dar. Para comprender la alegría que dar provoca.

Mis héroes y heroínas se ponen juntos delante del adversario, con las manos en los bolsillos vacíos.