Religión

Frenazo total

El Vaticano afirma que el “Camino Sinodal” en Alemania no puede obligar a asumir nuevos planteamientos de doctrina

-FOTODELDÍA- VATICANO (VATICANO), 17/07/2022.- El papa Francisco dirige la oración dominical del Ángelus desde la ventana de su oficina con vista a la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el 17 de julio de 2022. EFE/Fabio Frustaci
-FOTODELDÍA- VATICANO (VATICANO), 17/07/2022.- El papa Francisco dirige la oración dominical del Ángelus desde la ventana de su oficina con vista a la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el 17 de julio de 2022. EFE/Fabio FrustaciFABIO FRUSTACIAgencia EFE

No es una advertencia ni un consejo sino una orden absoluta, incondicionada. El jueves la Santa Sede afirmaba que el «Camino Sinodal» en Alemania no tiene la facultad de obligar a los obispos y a los fieles a asumir nuevos modelos de gobierno y nuevos planteamientos de doctrina y de moral. Y advertía de que tal disposición se hace «para tutelar la libertad del pueblo de Dios y el ejercicio del ministerio episcopal». Esto significa que no hay un «camino alemán» posible si no está precedido por un «entendimiento concordado a nivel de la iglesia universal». Por lo tanto, si una o varias diócesis alemanas decidiesen poner en marcha nuevas estructuras oficiales o doctrinas este gesto «representaría una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia».

La declaración romana tiene precedentes. El 29 de junio del 2019 el Papa Francisco dirigía al pueblo de Dios que camina en Alemania una carta escrita de su puño y letra en la que afirmaba: «La Iglesia universal vive en y de las Iglesias particulares, así como las Iglesias particulares viven y florecen en la Iglesia universal y si se encuentran separadas del entero cuerpo eclesial se debilitan, marchitan y mueren.

De ahí la necesidad de mantener siempre viva y efectiva la comunión de todo el cuerpo de la Iglesia, que nos ayuda a superar la ansiedad que nos encierra en nosotros mismos y en nuestras particularidades a fin de poder mirar a los ojos, escuchar y renunciar a las urgencias para acompañar al que quedó al costado del camino».

El Sínodo alemán tiene previsto finalizar sus sesiones en la primavera del 2023 y a medida que se acerca la fecha y se conocen algunos proyectos de resolución la inquietud ha crecido en Roma y no sólo porque diversos episcopados han manifestado también su preocupación ante el posible «contagio» que podría producirse en otras iglesias.