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El truco definitivo para dejar el horno impecable... de una forma rápida y, además, sencilla

Limpiar el horno suele ser muy desagradable. No solo es bastante complicado retirar la grasa incrustada... sino que además hay que hacerlo con posturas muy incómodas

Una mujer hace uso del horno en su vivienda
Una mujer hace uso del horno en su viviendalarazon

Hay muy pocas cosas que sean tan desagradables como cocinar en un horno sucio. Con el tiempo y con el uso, se va formando una gruesa película de grasa en el interiordel electrodoméstico, que luego puede derretirse con el calor... y caer sobre el siguiente plato de comida que preparemos. ¿No resulta nada apetecible, verdad?

El panadero Jesús Plaza en su obrador asando carne y cocinado sopas de ajo con costra en el horno de leña de su panadería
El panadero Jesús Plaza en su obrador asando carne y cocinado sopas de ajo con costra en el horno de leña de su panaderíaBragimoAgencia ICAL

Retirar la suciedad del horno puede costar mucho trabajo. Sobre todo si lo hemos pospuesto durante mucho tiempo. Por ese motivo, lo ideal es mantener el hábito de limpiar el horno cada poco tiempo. Y para hacerlo tenemos varias alternativas, entre ellas,muchos productos comercializados en las baldas de los supermercados y que cumplirán con su cometido a la perfección.

Ahora bien, muchas personas prefieren que la opción química no sea la primera opción para hacer la limpieza más frecuente y superficial. En estos casos, en los que no pretendemos ser exhaustivos, nos bastará con echar mano de un producto básico que podemos encontrar en cualquier cocina, que será muy barato y que -sim embargo- también es muy eficaz: el limón.

El truco definitivo para limpiar el horno

A pesar de ser absolutamente natural, el zumo del limón es uno de los productos de limpieza más efectivos que existen. El ácido cítrico resulta muy agresivo para la suciedad y para los malos olores. Además, es un producto muy seguro, que no incluye ningún elemento sospechoso de ser mínimamente lesivo para el organismo (algo que sí ocurre con los productos químicos de limpieza). Es decir, que es ideal para la limpieza de las superficies de la cocina.

Si quieres que no quede ni un resto de zumo sin exprimir, lo que puedes hacer es rodar el limón sobre la encimera haciendo un poquito de fuerza | Fuente: Europa Press
Si quieres que no quede ni un resto de zumo sin exprimir, lo que puedes hacer es rodar el limón sobre la encimera haciendo un poquito de fuerza | Fuente: Europa PressASAJAASAJA

Como hemos dicho antes, el truco del limón es útil cuando mantenemos la limpieza al día. Si este no es tu caso y no has limpiado el horno en mucho tiempo... más vale ponerse manos a la obra a la vieja usanza. Es decir, con estropajo y productos especializados. Para el resto de los casos, este truco es casi perfecto. No sólo conseguirás muy buenos resultados, sino que -además- lo conseguirásde una forma rápida y sencilla.

Lo único que debes hacer escortar un limón en 4 rodajas y sumergirlo en una bandeja de horno con agua, para después introducirlo en el horno. Calentaremos el horno a 200ºC y lo dejaremos dentro durante unos 30 minutos. El vapor del agua y del ácido cítrico del zumo del limón son perfectos para despegar completamente la grasa del interior del horno.

Si quieres esmerarte un poco más y asegurarte de que la limpieza va a ser perfecta, siempre puedes exprimir primero el limón y mezclarlo directamente con el agua... en vez de cortarlo en rodajas. Esto puede hacer que se evapore más cantidad y a una velocidad mayor... pero no es realmente necesario.

Limpiar el horno con limón da muy buenos resultados | Fuente: Dreamstime
Limpiar el horno con limón da muy buenos resultados | Fuente: DreamstimeDreamstimeDreamstime

Una vez hayan pasado 30 minutos, podemos apagar el horno y retirar la bandeja del horno del interior, para poder limpiarlo con mayor facilidad. Pero ojo, no vayas a tirar la mezcla de agua y limón que haya sobrado. Ya sea en forma líquida o en forma de gas, el ácido natural del limón es muy conveniente para retirar la grasa. Así que, una vez que hayas hecho una primera pasada por toda la superficie del horno con un trapo seco y una vez que se haya enfriado el líquido, puedes empapar con él otro trapo u otra esponja... y utilizarla para frotar los restos que hayan podido quedar.