Intervención histórica

La investigación que ha logrado un trasplante único en el mundo

Fundación Mutua Madrileña financió los estudios que hicieron posible trasplantar por primera vez un intestino en asistolia

El equipo del doctor Francisco Hernández Ontiveros investigó durante tres años antes de la intervención
El equipo del doctor Francisco Hernández Ontiveros investigó durante tres años antes de la intervenciónJavierValeiroJavier Valeiro

Emma levanta sus manitas y quiere tocarlo todo. Mira atenta, erguida en brazos de su madre, todo lo que sucede a su alrededor. Ahora tiene 17 meses, cuando tenía 13 recibió un trasplante de varios órganos que le ha devuelto a la vida, a una infancia alegre fuera de un hospital y a ser la protagonista de un avance médico mundial. «Ahora va cumpliendo hitos… empieza a gatear», cuenta su padre. Entre los órganos que recibió Emma estaba el intestino que, por primera vez en la historia de la Medicina, se trasplantaba de un donante en asistolia; esto es, fallecido por muerte por parada cardiaca (no cerebral). Lo hacía gracias al conocimiento generado por el equipo en una investigación de tres años financiada íntegramente por la Fundación Mutua Madrileña.

Una donación diferente

A diferencia de la donación de órganos tradicional, la donación en asistolia –a corazón parado– permite incorporar más donantes pediátricos al incluir a donantes que nunca van a alcanzar una muerte cerebral confirmada, pero que, si se les desconecta del respirador de una forma controlada, podrían donar sus órganos. La donación en asistolia controlada permite contemplar la posibilidad de donación dentro de los cuidados al final de la vida de algunos pacientes. No obstante, este tipo de trasplante nunca se había conseguido llevar a cabo para el intestino, dadas las peculiaridades que presenta el órgano, estrechamente vinculado al sistema inmunológico de la persona y, en condiciones normales, colonizado por múltiples gérmenes. Esto hace que el rechazo y la posibilidad de infección sean más frecuentes que en otros órganos sólidos.

El proyecto

En 2019, el equipo del doctor Francisco Hernández Oliveros, jefe de Sección de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, decidió que el hospital y el equipo estaban preparados para implantar un sistema de donación en asistolia pediátrica. Pero necesitaba financiación para ello. Implantar el programa requería formación de todo el personal sanitario, experimentación, coordinación, definición y puesta en marcha de protocolo. La Fundación Mutua Madrileña financió íntegramente este proyecto a través de sus Ayudas a la Investigación en Salud. Con estas ayudas, que la Fundación Mutua Madrileña concede cada año desde 2003, se ha contribuido «con más de 65 millones de euros al desarrollo de más de 1.400 proyectos de investigación en España que han ayudado a mantener el tejido investigador de nuestro país», señala Ignacio Garralda, presidente del Grupo Mutua y de la Fundación Mutua Madrileña.

Muchos de estos proyectos han generado un importante conocimiento que ha permitido seguir avanzando en las áreas de trasplantes, oncología, traumatología y sus secuelas, incluidas las neurológicas, y enfermedades raras que se manifiestan en la infancia. Todos ellos seleccionados por el Comité Científico de la Fundación Mutua Madrileña, que preside el doctor Rafael Matesanz.

La Ayuda a la Investigación en Salud que recibió el equipo del doctor Hernández Oliveros, con tres años de financiación, sirvió para que el equipo pudiera implantar en el Hospital Universitario La Paz de Madrid un programa clínico de donación pediátrica en asistolia controlada con el uso de bomba de perfusión normotérmica. El proyecto beneficiario de la Ayuda de la Fundación Mutua incluía también un programa de formación a todo el personal sanitario implicado y una parte experimental para incorporar la donación del intestino, que no se había hecho hasta la fecha en asistolia y en la que el equipo era pionero en España –realizó el primer trasplante de intestino hace ahora 23 años. Cuando el proyecto que ha culminado con el primer trasplante de intestino en asistolia de la historia arrancó, se le cruzó la pandemia, lo que provocó una caída de las donaciones e impidió que las formaciones pudieran realizarse presencialmente. Pero el tesón, dedicación y entusiasmo del equipo de cirujanos pediátricos, biólogos, gastroenterólogos pediátricos, cirujanos cardiacos infantiles, UCI, anestesiología, Coordinación de Trasplantes, Cirugía Experimental e IdiPAZ les permitió sacarlo adelante en cuanto las medidas de contención se relajaron mínimamente.

La oportunidad

El momento de la verdad llegó cuando surgió un donante para Emma, un día inesperado. «La mejor parte de este proyecto ha sido unir a todos los servicios y, tras el visto bueno de la dirección médica y la ONT, que apareciera el donante, con un órgano ideal», explicó el doctor Hernández Oliveros durante la rueda de prensa.

No es la primera vez que el doctor y su equipo logran el éxito en trasplantes gracias al apoyo económico de la Fundación Mutua Madrileña. En 2014 recibió otra ayuda para mejorar la tolerancia al intestino trasplantado al recibir, al mismo tiempo que el órgano, progenitores hematopoyéticos del donante –un tipo de células del donante que pueden ayudar al organismo del receptor a aceptar el nuevo órgano–. Es decir, hacer un trasplante combinado que, con el tiempo, al mejorar la tolerancia del paciente a su nuevo intestino, permitiría ir disminuyendo la medicación inmunosupresora y mejorar su calidad de vida. En aquella ocasión, también consiguió llevarlo a cabo con éxito en un paciente de 15 años que llevaba dos trasplantes rechazados.

La financiación privada de la investigación, tan necesaria para poder avanzar en la ciencia y conseguir hitos como éste, sin embargo, no es abundante. «Uno de los problemas que tenemos en investigación es el escaso retorno que tiene», reconoce el doctor Hernández Oliveros, que considera fundamental para lograr más financiación que «se vean los resultados».