Covid-19

Más de 350 científicos de 112 países dan las claves para evitar y prevenir futuras pandemias

La iniciativa fue liderada por expertos de la Universidad de Barcelona que, en base a lo aprendido con la Covid, han creado 57 recomendaciones para gobiernos, hospitales y ciudadanos

Un hombre se realiza una PCR en Shanghai (China)
Un hombre se realiza una PCR en Shanghai (China)ALEX PLAVEVSKIAgencia EFE

Hasta octubre de 2022 las cifras informaban de más de 630 millones de casos de Covid-19 en todo el planeta y más de 6,5 millones de muertes (aunque se ha estimado que el número real supera los 20 millones). En España los positivos están por encima de los 13 millones y los fallecidos alcanzaban los 115.000 hasta finales de octubre. A esto hay que sumar que la variante persistente de la enfermedad continúa eludiendo el tratamiento definitivo y que el virus sigue acumulando mutaciones que le permitirán evadir la inmunidad anterior.

Pero las consecuencias en el ámbito sanitario no se han limitado a las personas con Covid. Millones de pacientes con cáncer y enfermedades crónicas han sufrido constantes retrasos en sus tratamientos, al igual que también se han demorado millones de intervenciones quirúrgicas. Esta es la razón por la que muchos líderes de la salud pública continúan considerando al virus SARS-CoV2 una amenaza para la salud global persistente y peligrosa.

A todo esto, por si fuera poco, hay que sumarle otro factor más. De acuerdo con un estudio publicado en Science vinculado al Proyecto Viroma Global, la mayoría de las nuevas enfermedades infecciosas ingresan a la población humana de la misma manera que lo hizo la Covid-19: como una zoonosis, o una enfermedad que infecta a las personas a través de un animal. Y los mamíferos y las aves albergan alrededor de 1,7 millones de tipos de virus que aún son desconocidos para la ciencia. No se trata solo de la amenaza actual, sino de las futuras.

Con esto en mente más de 350 expertos multidisciplinarios de más de 112 países se han reunido para llegar a un consenso sobre cómo terminar con la Covid-19 como una amenaza para la salud pública. Y cómo prevenir futuros escenarios similares.

El estudio, publicado en Nature, proporciona recomendaciones prácticas para poner fin a la amenaza para la salud pública sin que ello aumente las cargas socioeconómicas y sin poner a los más vulnerables en mayor riesgo.

En todo el mundo, más de 180 organizaciones de 72 países ya han avalado los resultados del estudio de consenso, que ha sido liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Uno de los problemas más importantes a los que nos hemos enfrentado, según los autores del estudio, es que la respuesta a la pandemia se ha visto obstaculizada por factores políticos, sociales y de comportamiento más amplios, como la información falsa, las dudas ante las campañas de vacunación, una coordinación global inconsistente y la distribución desigual de equipos, vacunas y tratamientos.

“Cada país ha respondido de manera diferente y, a menudo, de manera inadecuada, lo que se debe en parte a una grave falta de coordinación y objetivos claros”, explica Jeffrey V. Lazarus, profesor Asociado de la Universidad de Barcelona y coordinador del estudio. ¿Qué hacer entonces? Recurrir al método Delphi. Esta técnica ha sido desarrollada como método predictivo. La idea es alcanzar un consenso sobre un tema específico basado en la discusión entre expertos. Para ello cada uno recibe un cuestionario. Una vez analizadas las respuestas globales, se vuelve a realizar otro cuestionario que deberán contestar los mismos expertos, pero esta vez sabiendo los resultados de la versión previa. El proceso se puede repetir decenas de veces hasta alcanzar el consenso deseado.

En el caso de este estudio, el objetivo era alcanzar un consenso global sobre cómo abordar una pandemia en el futuro. Los expertos eran académicos, científicos vinculados al área de salud, miembros de ONG y representantes gubernamentales entre otras categorías que participaron de tres rondas de consultas. Al finalizar apenas seis recomendaciones, de las 57 propuestas, tuvieron más del 5% de desacuerdo. Una de ellas fue considerar más incentivos económicos para abordar las dudas en las campañas de vacunación. Las 51 restantes consiguieron al menos un 99% del consenso y trataban seis áreas principales: comunicación; sistemas de salud; vacunación; prevención; tratamiento y atención; e inequidades.

“Nuestros resultados hacen hincapié, en la mayor medida posible, en las recomendaciones de políticas sociales y de salud que se pueden implementar en meses, no en años, para ayudar a poner fin a esta amenaza para la salud pública”, añade Quique Bassat, coautor del estudio.

Entre las recomendaciones más aceptadas se encuentran: 1) adoptar una estrategia de toda la sociedad que involucre múltiples disciplinas, sectores y actores para evitar esfuerzos fragmentados; 2) enfoques de todo el gobierno (por ejemplo, coordinación entre ministerios) para identificar, revisar y abordar la resiliencia en los sistemas de salud y hacerlos más receptivos a las necesidades de las personas; y 3) la vacunación no puede ir sola, se necesitan otras medidas de prevención estructurales y conductuales.

Otras recomendaciones con un consenso similar tenían que ver con una comunicación efectiva con los ciudadanos, recuperar la confianza del público e involucrar a las comunidades en la gestión de la respuesta a la pandemia.

“Nuestro estudio se hace eco de algunas recomendaciones anteriores, como el Panel Independiente para la Preparación y Respuesta ante Pandemias y el plan 2022 de la OMS sobre Preparación Estratégica – concluye Lazarus –, pero lo que hace que este trabajo sea único es la gran cantidad de expertos consultados, la amplia ubicación geográfica de representación y el diseño del estudio, que enfatiza la construcción de consenso e identifica áreas de desacuerdo. Este puede llegar a ser un modelo para desarrollar respuestas a futuras emergencias sanitarias mundiales”.