Ángel se enfrenta a 25 años de cárcel

El escrito de la fiscal afirma con contundencia que él asesinó a la peregrina Denise

En las últimas horas se ha concretado la acusación contra Miguel Ángel Muñoz Blas, de 39 años. Es el único sospechoso del asesinato de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, de 40, quien perdió la vida mientras recorría el Camino de Santiago. LA RAZÓN ha tenido acceso en primicia al escrito de calificaciones de la fiscal encargada del caso, María Tornadijo. Le acusa de dos delitos: uno de asesinato, por el que le pide veinte años de cárcel, y otro de robo con violencia, por el que solicita otros cinco de prisión. Miguel Ángel podría pasar los próximos 25 años entre rejas.

El escrito describe de forma minuciosa cómo ocurrieron los hechos: «Denise se encontraba realizando en solitario el Camino de Santiago. Lo inició en Pamplona el 6 de marzo de 2015, pero en hora no determinada del 5 de abril, mientras cubría la distancia entre las localidades de Astorga y El Ganso, se desorientó. En la localidad de Castrillo de los Polvazares se desvió del camino debido a la colocación –se entiende que fraudulenta– de una flecha amarilla que dirigía por un camino contiguo a la finca del acusado, quien salió al encuentro de la peregrina».

Según la representante del Ministerio Público, curiosamente, la señal que confundió a la peregrina es idéntica a las que, oficialmente, marcan el camino correcto. De hecho, la hipótesis que manejan los investigadores es que cuando a Miguel Ángel le asaltaba la necesidad, la pulsión de agredir a alguna mujer, giraba la flecha en el cruce de caminos para despistar a las peregrinas y tenderles una trampa cerca de su domicilio. «Tras hablar unos minutos», continúa el escrito, «de forma sorpresiva, y sin que Denise lo pudiera advertir ni se pudiera defender, Muñoz Blas le golpeó en la cabeza con un objeto contundente y romo. La víctima cayó desplomada al suelo. En ese momento, el acusado le volvió a golpear en la cabeza dos veces más y otra tercera en el tórax con el referido objeto contundente». La fiscal se basa en los datos objetivos del informe forense que habla de múltiples fracturas en la zona craneal y de varias costillas rotas. El reconocimiento médico forense también revela que usó un cuchillo para cortarle el cuello y además «seccionó las manos de Denise». El imputado, entonces, desnudó a la víctima y «quemó las ropas y pertenencias de Denise a fin de hacer desaparecer su rastro y acelerar el proceso de descomposición de su cuerpo». Aprovechó la ocasión para «apoderarse de 1.132 dólares americanos que Denise guardaba en una mochila como fondo para imprevistos».

Una de las testigos que la Fiscalía ha llamado a declarar sostiene que esa fue la cantidad de dinero que le entregó a ella para cambiarlo por euros «en la sucursal de la entidad bancaria Cajamar de Astorga en fecha 17 de abril de 2015». El escrito de acusación sigue relatando que después de asesinarla «ocultó el cuerpo enterrándolo inicialmente en las inmediaciones de su finca, donde tiene ubicada una casa prefabricada y diversas casetas de herramientas. A finales de agosto de 2015, sin que se sepa el día concreto, cambió el lugar de enterramiento, como consecuencia de la presión policial y el temor de ser descubierto, al emplazamiento donde finalmente fue hallado el cuerpo».

María Tornadijo lo tiene claro: «Una vez practicadas numerosas diligencias de investigación y debido al incremento del cerco policial sobre Muñoz Blas», continúa en el escrito, «el sospechoso abandonó Astorga. Lo hizo aproximadamente el 8 de septiembre de 2015. Fue detenido tres días después, el 11 de septiembre de 2015, a las 15:30 horas en la localidad asturiana de Grandas de Salime».

La fiscal recuerda que el acusado no tardó en confesar el crimen. «Por las indicaciones que Miguel Ángel realizó a agentes policiales, el cadáver de Denise fue localizado, tras recorrer unos dos kilómetros por un camino de tierra, subir una ladera y pasar una valla de piedra, en la noche del 11 de septiembre de 2015. Fue hallado a los pies de un pino, desnudo, en avanzado estado de descomposición y cubierto por unos arbustos en un paraje cercano a Santa Catalina de Somoza, a la altura del km 7 de la carretera LE-142».