Asturias

Cuatro equipos de prevención de incendios en el paro, mientras ardía Asturias

A pesar del año tan cálido y la falta de lluvias, a tres grupos de Asturias y uno de Cantabria se les mandó al paro el pasado 11 de diciembre

Un vecino camina en una zona de monte de Igantzi, en Navarra
Un vecino camina en una zona de monte de Igantzi, en Navarralarazon

La labor de los equipos de control y las lluvias permiten que se haya reducido la cifra de incendios activos en el Principado y Navarra y que los de Cantabria estén extinguidos

«De día y de noche en dos turnos de 12 horas». Así han estado trabajando los 310 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplazados «a Navarra (113), Asturias (98) y los que estaban en Cantabria (99)» para apoyar en las labores de extinción a los equipos de cada Comunidad Autónoma, tal y como precisaron desde la UME. La intensa labor de estos trabajos y las mejores condiciones meteorológicas en el norte de la Península permitieron que ayer la situación fuera a mejor. Así, en el caso de Asturias, ha descendido el número de incendios forestales activos en el Principado al pasar de 102 a 60 (de los cuales sólo 33 están controlados), según informó el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA).

Las lloviznas de la mañana y una menor velocidad del viento ayudaron en las labores de extinción. «Llovió poco pero lo suficiente para ayudar en las labores de control y extinción. Para hoy se espera que las condiciones meteorológicas cambien por lo que estamos expectantes. Así, se prevé que hoy se registre viento del sur (el que preocupa en el norte) pero suave, nada que ver con las rachas de viento de más de 100 km/h que hubo el pasado viernes», explica a este periódico Jaime Martín Herrero, jefe del área de bomberos del SEPA.

Aunque hay algunos expertos que apuntan a las quemas de matorral como causa de los incendios y a la posibilidad de que tenga que ver con el cambio de la Ley de Montes, Martín Herrero, al ser preguntado sobre la causa de los más de cien incendios del Principado, aseveró que «aunque aún no podemos decir las hipótesis, sin duda son intencionados. No ha habido rayos. Han metido fuego al monte. No hay vuelta de hoja. No considero que sea por la quema de rastrojos, ya que lo que han quemado es el monte, lo que no sé es por qué. Si estos incendios hubieran tenido lugar en el mes de marzo sería por regeneración de pastos, pero no es la época y se han quemado árboles con valor económico».

Al ser preguntado si puede tener que ver con la Ley de Montes, Martín Herrero declaró que «no creo». En cualquier caso, aún falta por saber las causas, y según explican varios expertos cuando son tantos incendios forestales no hay un único motivo, sino que siempre hay varios.

«No hay medios en cada foco»

Opinión que coincide con la de Manuel Fernández, presidente de la Asociación de Agentes del Medio Natural de Asturias: «Aún faltan por determinar las causas, pero el 90-95% de los incendios son intencionados, y no digo el 100% porque hay que dejar un margen de error, si no diría el 99,9%. A las tres de la madrugada si no hay rayos, ni un problema en un tendido, ni vertederos sólo puede ser que el incendio haya sido intencionado».

Fernández, que tampoco cree que la causa se deba a la Ley de Montes, ni a la quema de rastrojos, añade que ayer «había incendios activos sin medios de extinción». Aunque es cierto que sólo la UME ha desplazado más de 300 militares y 82 vehículos, «con 100 incendios activos ni con toda la UME habría medios suficientes para controlar la situación, menos mal que llovió. El problema es que el monte no está ordenado, no hay cortafuegos, toda la inversión se enfoca en la extinción».

Prueba de ello es que a pesar de que este año no es un año habitual en cuanto a las temperaturas y a la escasez de lluvias, «el pasado 11 de diciembre nos mandaron al paro a tres equipos de prevención integral de incendios forestales de Asturias y a otro equipo de Cantabria», explica un miembro de este equipo de Asturias formado por personal del BRIF.

Por miedo a represalias prefiere no dar su nombre, pero explica a LA RAZÓN que «cada año, entre otoño e invierno, se les contrata en dos etapas divididas en un mes o mes y medio de paro». Lo que no quiere decir que sea lo óptimo, porque si bien es cierto que en el norte el mayor riesgo de incendios se da tras el verano si éste ha sido seco, y entre enero y marzo, lo cierto es que este año las condiciones meteorológicas no son como las de un año cualquiera. «Los políticos están jugando con fuego. No hacen políticas de prevención y racanean sueldos de pocos miles de euros», afirma Fernández.

En el caso de Cantabria, 140 efectivos trabajaban ayer por la mañana en la extinción de unos 20 incendios que estaban activos en la Comunidad Autónoma. Los fuegos registrados este fin de semana, hasta 48 en total, fueron anoche extinguidos, lo que ha llevado a desactivar el plan contra incendios que había puesto en marcha el Gobierno regional, así como a la retirada del UME.

También hubo buenas noticias en Navarra. El incendio declarado el pasado sábado en Igantzi y que se había extendido al término municipal de Lesaka quedó controlado durante la mañana de ayer, tras haber afectado a una superficie de unas 250 hectáreas aproximadamente, según informó el Gobierno de Navarra.

El incendio en este caso se inició en una zona de monte arbolado como consecuencia de la caída de un árbol sobre un tendido eléctrico. Y como en el resto de incendios del norte, la propagación de las llamas se vieron favorecidas por las condiciones meteorológicas, así como por la ausencia de humentad tanto en el suelo como en la vegetación.

Sara, vecina de Viavélez: «Fui a por mi familia en cuanto abrieron la carretera»

F. González

Sara Gómez, de 50 años, vive en una zona de Viavélez que no se vio amenazada por el fuego. pero el domicilio de su madre, de 83 años, y su hermano, de 42 y con discapacidad, estaba inmerso en una nube de humo. «Hacia las siete de la tarde del sábado, la zona empezó a cargarse muchísimo», cuenta Sara. En cuanto se abrió la carretera, cogió el coche para llevarse a sus familiares consigo. «Estábamos nerviosos por el humo, pero nunca se sabe lo que puede pasar», cuenta. En el mediodía de ayer pudo llevar de vuelta a sus familiares. «No recuerdo que hubiera pasado nada tan espectacular en la zona», afirma.

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