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El CSIC envía a EEUU al hombre del Mesolítico para hallar su ADN

Reconstrucción del hombre del Mesolítico a partir de los restos hallados en La Braña
Reconstrucción del hombre del Mesolítico a partir de los restos hallados en La Brañalarazon

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha enviado al Broad Institute, perteneciente a la Universidad de Harvard (Estados Unidos), varios huesos de los pies de uno de los dos hombres del periodo del Mesolítico, hallados en 2006 en una cueva de León, para desvelar partes de su ADN.

Se trata de restos óseos de individuo llamado «La Braña 2», que fue hallado por casualidad por un grupo de espeleólogos en la cueva de La Braña-Arintero, en el municipio leonés de Valdelugueros junto con otro cuerpo, «La Braña 1», ambos con una antigüedad de unos 7.000 años.

Sobre primero de esos cuerpos, «La Braña 1», el CSIC logró por primera vez en la historia desvelar el genoma completo de un individuo del Mesolítico, el periodo que separa el Paleolítico del Neolítico, que concluyó que el europeo cazador y recolector de esa época tenía la piel oscura y los ojos azules.

El descubrimiento lo desveló en exclusiva mundial la prestigiosa revista «Nature», ya que a través de los restos hallados en León se dio a conocer que el primer europeo que habitó el continente es «afín» a los actuales habitantes del norte de Europa, pero conservaba una genética de origen africano.

El mismo equipo español que desveló al completo el mapa genómico de «La Braña 1» trató sin éxito realizar el mismo proceso con «La Braña 2», cuyos restos, que se hallaron sumergidos en una poza, se encontraban en peor estado de conservación, ha explicado a Efe el responsable del estudio, Carles Lalueza-Fox.

Hace unos meses envió a Dinamarca los restos de ese segundo individuo, ya que en el país nórdico cuentan con un protocolo que, aunque en pruebas, permite con más eficacia rescatar la mayor parte del material genético para elaborar el mapa completo, aunque el resultado fue negativo.

El informe llegó al centro que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas tiene en Barcelona hace un par de semanas y no fue «todo lo bueno» que esperaba el CSIC, que contaba ya con un uno por ciento del mapa genético de este individuo y, tras su paso por Dinamarca, sólo se conoce un uno por ciento más.

Lalueza-Fox ha explicado que se descarta por completo poder hallar el mapa completo del genoma sobre este segundo cuerpo, por lo que el objetivo ahora es el de realizar el genotipado de «cerca de un millón de posiciones variables», mediante el protocolo de actuación que ofrece el instituto norteamericano.

Se trata de un proceso técnico de enriquecimiento o de captura de regiones muy concretas del genoma para obtener un «resultado informativo» para poder comparar con los mapas genéticos que existen: el del mesolítico leonés «La Braña1» y otros tres mesolíticos europeos encontrados después.

Todos presentan ese perfil de hombre de piel oscura y ojos claros, cazador y recolector, que comenzó a mutar su genética al modificar su alimentación, debido al cambio de la forma de vida nómada a la sedentaria, con la introducción paulatina de las técnicas de agricultura y domesticación de animales.

Además, por esta última vía fue por donde comenzaron a introducirse enfermedades de tipo vírico, lo que provocó cambios en su sistema inmunológico.

La experiencia estadounidense será la última apuesta del CSIC con esos restos del mesolítico leonés «La Braña 2», ya que si no da resultados, se abandonará la investigación.