China

En busca de los primeros sapiens que emigraron de África

Imagen de los dientes hallados en una cueva en el sur de China
Imagen de los dientes hallados en una cueva en el sur de Chinalarazon

El hallazgo constata que los humanos modernos estaban presentes «considerablemente antes» de lo que se había sospechado hasta ahora.

El origen de todos los seres humanos que hoy habitamos el planeta, sea cual sea nuestra raza, está en África. Allí nació el primer Homo sapiens en algún momento entre hace 140.000 y 200.000 años. Sabemos que desde entonces, la nueva especie destinada a dominar la Tierra extendió sus predios por Asia y Europa en diferentes oleadas. Pero todavía no está realmente claro cómo lo hizo, qué camino siguió para expandirse, qué lugares eligió como primeros destinos.

Un descubrimiento publicado ayer en la revista «Nature» y en el que han participado activamente investigadores españoles (María Martinón Torres y José María Bermúdez de Castro) podría ayudar a dibujar ese sinuoso, largo y fascinante camino de la especie. Porque se han encontrado los restos más antiguos de humano moderno jamás hallados fuera de su cuna africana. Se trata, según los autores del hallazgo, de 47 dientes de Homo sapiens cuya datación puede remontarse a algún momento entre hace 80.000 y hace 120.000 años. Eso convertiría a los individuos que los llevaron en representantes de la estirpe de Homo sapiens más añeja exceptuando los originales miembros africanos de la especie. ¿Qué hacían tan lejos de África y tan pronto aquellos individuos?

Hasta ahora, la paleontología ha tenido que lidiar con cierta escasez de registros fósiles del Pleistoceno en tierras del sur de Asia. Eran prácticamente inexistentes los restos de homininos de más de 45.000 años de antigüedad que pudieran ser identificados sin lugar a dudas como sapiens. De manera que la evidencia más antigua de la migración desde África a otros continentes de nuestros antecesores había que buscarla en el Corredor Levantino, en excavaciones como las de Es Skhul y Jabel Qafhez, en Israel. Allí se han podido identificar restos de Homo sapiens de más de 80.000 años aunque con rasgos aún muy arcaicos. Es evidente, en cualquier caso, que aquellos sapiens viajeros no emigraron solos. De hecho se tienen datos fehacientes de varios corredores posibles por los que la especie pudo saltar de África al Creciente Fértil y de allí expandirse por Asia hacia el Este y por el Norte hacia Europa. Seguían probablemente el curso de los ríos y se vieron espoleados por cambios del clima como el final del periodo pluvial de Abbassia, cuando tras largos años de lluvias fertilizantes las condiciones se volvieron mucho más áridas para el Homo africano.

Para conocer exactamente el curso que siguieron las migraciones, es necesario colocar en su sitio cada uno de los restos de Homo sapiens que se van encontrando, generar la línea de tiempo del trayecto como quien revisa los sellos de visado de su pasaporte y rememora qué países visitó y en qué orden. Por eso, hallar restos de nuestra especie en el sur de China que compiten en antigüedad con los fósiles de Israel y muestran incluso una mayor modernidad morfológica supone un avance de vital importancia.

Los 47 dientes exhumados han aparecido solos, sin otro tipo de hueso humano acompañante, en la cueva de Fuyan, dentro de la región de Daoxian, en el sur de China. Resulta muy curioso que no existan más restos que no correspondan a la dentición. Es probable que algún tipo de roedor haya devorado toda la osamenta a excepción del duro esmalte de los dientes. Pero los remanentes que han llegado hasta nuestros días no dejan mucho lugar a las dudas, según los expertos: su apariencia es absolutamente moderna. Su pequeño tamaño es compatible con cualquier comparación de dentición de otros sapiens tempranos. Son más pequeños que los de los homininos africanos del Pleistoceno tardío y se asemejan más a los europeos. Tanto la corona como la raíz de los dientes tienen formas típicamente sapiens. La comparación morfológica y métrica permite a los autores del trabajo asegurar que estamos ante 47 dientes de Homo sapiens. Por otro lado, las dataciones estratigráficas y el estudio tanto del espeleotema (los depósitos minerales de las paredes de la cueva) como de estalagtitas tomadas como muestra arrojan una edad del yacimiento superior a los 80.000 años.

Así que el equipo investigador no ha dudado en anunciar al mundo que se ha topado con los sapiens no africanos más antiguos. El hallazgo refuerza la idea de que una de las líneas principales de emigración fuera de África recorrió el Levante hasta el extremo de Asia. Y arroja también una sugerencia sobre el resto de la colonización del planeta. Es sorprendente observar que la conquista de Europa se produjo mucho más lentamente. De hecho no hay evidencias de que los sapiens se asentaran en masa en el viejo continente hasta hace 45.000 años. Quizás porque aquí se toparon con una barrera ecológica difícil de superar: los neandertales. Y sólo cuando aquellos pobladores europeos comenzaron a declinar nuestros abuelos pudieron entrar a tierras más occidentales.