Ecologismo
La descendencia de un insecto depende del clima
Que un insecto tenga descendencia masculina o femenina depende del tiempo atmosférico, según un estudio dirigido por Joffrey Moiroux y Jacques Brodeur del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Montreal.
La investigación incluyó experimentos con una especie de parasitoide oófago (Trichogramma euproctidis), un insecto que pone sus huevos en el interior de un insecto huésped que será consumido por las futuras larvas. «Sabemos que el clima afecta al comportamiento reproductivo de los insectos. Pero nunca habíamos demostrado los efectos del cambio climático en la asignación de sexo en los parasitoides», explica Moiroux.
Al igual que en las abejas, avispas y hormigas, la determinación del sexo de los parasitoides Trichogramma se llama haplodiploide, es decir, que los óvulos fertilizados producen descendencia femenina, mientras que los huevos no fertilizados producen descendencia masculina, informa Tendencias 21.
Para saber si este comportamiento particular es modificado por el clima, el investigador expuso a las hembras de Trichogramma a tres temperaturas diferentes: 34 ° C, 24 ° C y 14 ° C. El estudio observó que a temperatura alta las hembras producen deliberadamente más machos que a temperatura mediana: a 34 ° C , el número de machos producido aumentó en un 80 %.
La capacidad de Trichogramma de «programar» el sexo de su descendencia se ve comprometida, sin embargo, cuando la temperatura es fría. «Hay un estrés fisiológico», señala Moiroux. «Tenían la intención de crear tantas hembras como a temperatura mediana, pero los huevos no terminaban siendo fertilizados. A baja temperatura, por lo tanto, se producían más machos.»
En los insectos, la aptitud se correlaciona positivamente con el tamaño de un individuo, y esta relación es mayor en hembras que en machos. «Las hembras más grandes viven más tiempo y tienen una mayor fertilidad, mientras que los machos viven más si son pequeños», explica Moiroux. «Por lo tanto, es más ventajoso para la especie que las madres tengan la mayor descendencia femenina posible y utilizar los huéspedes, que producen crías más pequeñas, para que nazcan machos -de huevos no fertilizados-.
Sin embargo, en un ambiente caluroso, las crías son más pequeñas. Es por eso que las hembras tienden a usar huéspedes en áreas calurosas para producir machos, y reservar a los huéspedes de zonas frías para producir hembras.
El estudio analizó también las complejas relaciones entre el cambio climático, las plagas de cultivos, y los enemigos de éstas, como los parasitoides mencionados, que irónicamente son beneficiosos para los cultivos. Los parasitoides son más sensibles al cambio climático que las plagas, por lo que podrían producirse desajustes en estos equilibrios ecológicos.
Más información en la web Tendencias 21
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