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Los misterios del suelo del lado oculto de la Luna

Un estudio recopila los valiosos hallazgos de la sonda china Chang’e

La sonda china Chang’e 4 fue la primera en aterrizar en la cara oculta de la Luna, donde ha recopilado evidencias del mayor cráter del Sistema Solar, lo que arroja luz sobre cómo pudo haber evolucionado el satélite terrestre, según un estudio que publica este miércoles Nature.

Chang’e 4, bautizada con el nombre de la diosa china de la Luna, aterrizó en su cara oculta el pasado 3 de enero en el cráter Von Karman de la cuenca Aitken, en el polo sur del satélite.

En los años setenta surgió la teoría de que un océano de magma cubrió la superficie lunar durante su infancia y a medida que se fue enfriando los minerales más ligeros flotaron en la superficie, mientras los pesados se hundieron.

Entender la composición del manto lunar es «fundamental para probar si alguna vez existió un océano de magma» y ayudar a profundizar en el conocimiento de la evolución térmica y magmática del satélite, indicó en un comunicado el autor principal del estudio y profesor de la Academia China de Ciencia, Li Chunlai.

Además, conocer la evolución de la Luna puede abrir una ventana hacia la evolución de la Tierra y otros planetas rocosos, porque su superficie -dijo- «esta relativamente intacta en comparación con la superficie temprana de la Tierra».

Las características del manto lunar, su composición, estructura y estratificación «siguen siendo inciertas y mal documentadas», recuerda en un artículo que acompaña al estudio Patrick Pinet, del Instituto francés de Investigación de Astrofísica y Planetología.

El estudio presenta las observaciones iniciales realizadas por el vehículo lunar Yutu-2 con su espectómetro de infrarojo cercano, hechas en tramos planos de la cuenca de Atkin y en cráteres de impacto más pequeños pero profundos.

El equipo de Li observó diferencias entre los datos recién obtenidos y aquellos de los materiales típicos de la superficie lunar.

De ellos se deduce la presencia de piroxeno de bajo contenido en calcio y minerales de olivino, que pueden provenir del manto superior, en la superficie.

Los investigadores esperaban encontrar una gran cantidad de material de manto excavado en el suelo plano de la cuenca de Atkien, ya que su formación pudo deberse a un evento de impacto que penetró en la corteza hasta el interior de la Luna, sin embargo hallaron menos rastros de olivino, el componente principal del manto superior de la Tierra.

Sin embargo, sí se encontró más cantidad de ese mineral en las muestras sacadas de impactos más profundos, lo que podría suponer, según Li, que «el manto lunar está formado, en partes iguales, de olivino y piroxeno».

Por ello, el equipo consideró que la misión Chang’e 4 tiene que explorar más para entender mejor la geología del paraje donde aterrizó y recabar más datos de espectómetro para validar estos primero resultados y entender por completo la composición del manto lunar.

Los resultados obtenidos por Li y su equipo son, para Pinet, «emocionantes y podrían tener considerables implicaciones para determinar la composición del manto superior de la Luna», además, «podrían también afectar a nuestra compresión de cómo se forman y evolucionan el interior de los planetas».