Ciencias naturales
Un fenómeno «extraterrestre» causó el cráter del «fin del mundo» de Siberia
El cráter parece ser el resultado del colapso de un gran pingo que se formó dentro de un lago que posteriormente se secó
Un criovolcán es un volcán de hielo y agua, pero su estructura básica es prácticamente idéntica a las rocas volcánicas de la Tierra y es habitual en otros planetas y satélites.
Científicos rusos concluyen que el misterioso cráter formado en 2014 en la remota Península de Yamal, al norte de Siberia, fue resultado de una insólita actividad de criovulcanismo en la Tierra. El criovulcanismo, por regla general, se observa en otros planetas y satélites. Un criovolcán es un volcán de hielo y agua, pero su estructura básica es prácticamente idéntica a las rocas volcánicas de la Tierra.
En condiciones de temperaturas extremadamente bajas, el criovolcán no arroja rocas fundidas, sino agua y otros compuestos químicos, como amoníaco y metano, en estado líquido y gaseoso. Según la investigación publicada ahora en "Scientific Reports", el cráter de Yamal parece ser el resultado del colapso de un gran pingo -una pequeña colina típica de las regiones polares- que se formó dentro de un lago que posteriormente se secó.
Esto permitió que un talik grande (es decir, una capa o cuerpo de suelo sin congelar en un área de permafrost) debajo de él se congelase. El pingo colapsó bajo la presión hidrostática criogénica acumulada en el sistema cerrado del talik congelado. Esto sucedió antes de que se completara la congelación, cuando un núcleo de suelo húmedo permaneció sin congelar y almacenó una gran cantidad de dióxido de carbono disuelto en agua intersticial. Esto eventualmente alcanzó la saturación de la fase gaseosa, y la sobrepresión resultante llegó a exceder el estrés de confinamiento de la litosfera y la fuerza del hielo superpuesto. Cuando explotó el pingo, la demarcación del cráter siguió la forma cilíndrica del núcleo de talik remanente, concluyen los científicos, liderados por Sergey N. Buldovicz, de la Universidad Lomonosov de Moscú.
El cráter 'del fin del mundo' -como se le denominó- se descubrió en 2014 en la península de Yamal; sin embargo, se desconocía su origen. Varias teorías al respecto incluían la caída de un meteorito o el derretimiento del permafrost -capa de suelo permanentemente congelado, pero no permanentemente cubierto de hielo o nieve- causado por el calentamiento global. Rápidamente se llenó de agua y para el otoño de 2016 se convirtió en un lago, con una profundidad máxima de solo 52 metros y aproximadamente 25 metros de diámetro.
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