Medioambiente
Claves para entender la Cumbre sobre Biodiversidad
Colombia acoge estos días la COP 16 de Biodiversidad, un encuentro bajo paraguas de la ONU en el que representantes de la práctica totalidad de los países del mundo presentan sus planes de acción nacional sobre protección de la biodiversidad en áreas terrestres, marinas y de agua dulce. Todo ello con el horizonte puesto en el año 2030
Desde el pasado 21 de octubre y hasta el 1 de noviembre, participantes de 190 Estados más la Unión Europea, se reúnen en Cali (Colombia) para participar en la conferencia mundial, que viene celebrándose desde hace más de 30 años, para proteger la biodiversidad del planeta. Se trata de la edición número 16 de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, más conocida como COP16.
Cada dos años, estas cumbres se convierten en el punto de encuentro para representantes de los Estados, organizaciones observadoras, del sector empresarial, pueblos indígenas y sociedad civil. Un lugar en el que debatir y adoptar medidas globales para la protección de la biodiversidad del planeta; la utilización sostenible de sus componentes y la participación equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos
Cuatro objetivos de la COP16
Colombia, país anfitrión de la Cumbre, ha fijado cuatro objetivos a alcanzar en esta COP. En primer lugar, que los países presenten sus planes de acción nacional sobre protección de la biodiversidad en áreas terrestres, marinas y de agua dulce, con el horizonte puesto en el año 2030.
En segundo lugar, que los gobiernos revisen el estado de implementación de los acuerdos alcanzados en la COP 15 en Canadá. Otro de los temas clave para Colombia es la creación de un fondo de financiamiento para asegurar la protección de la biodiversidad en los países ricos en recursos genéticos. Con este fondo se busca garantizar que los beneficios económicos derivados del uso comercial de estos recursos, como el desarrollo de medicamentos o tecnologías basadas en secuencias de ADN, sean compartidos con los países de origen.
La cuestión de los recursos genéticos resulta crucial para el futuro de la economía y la biodiversidad global, pero su utilización también debe abordarse desde múltiples perspectivas, incluyendo la ética, la propiedad intelectual y la soberanía digital. En definitiva, la regulación de estos recursos y su utilización ética serán temas clave para las futuras negociaciones internacionales, así como para el desarrollo de normativas internas que aseguren el beneficio y la protección de la biodiversidad.
Y, por último, el cuarto objetivo es precisamente, el que está siendo el punto más crítico de las negociones, como así lo ha reconocido la presidenta de la COP y ministra de medio ambiente de Colombia, como articular la mejor manera de recaudar fondos suficientes para alcanzar las metas de biodiversidad en 2030.
Además, de estos cuatro objetivos, también en el marco de esta Cumbre tienen lugar otras importantes reuniones como la Conferencia de las Partes del Protocolo de Cartagena, sobre Seguridad de la Biotecnología , así como la reunión de la Conferencia de las Partes del Protocolo de Nagoya sobre Acceso a Recursos Genéticos. En ambos casos,
30 años y tres conferencias históricas
Las cumbres sobre biodiversidad se iniciaron hace 30 años, concretamente en 1994, y desde entonces hasta hoy, tres son las reuniones que han marcado rumbos e hitos muy relevantes.
La COP1 (1994) se celebró en Nassau (Bahamas), en 1994, dos años después de que se aprobase el Convenio sobre la Diversidad Biológica, y en ella se marco el rumbo para desarrollar este Convenio
La COP10 (2010), veinte años después, los países firmantes del Convenio, celebraron su décima reunión en Nagoya (Japón), en la que se tomaron dos importantes decisiones, se adoptó, por un lado, el primer Plan Estratégico para la Biodiversidad. El Plan presentaba 20 metas conocidas como las Aichi, cuyo objetivo debería alcanzarse en 2020. También en Nagoya, se firmó el Protocolo de Nagoya, con la idea de ayudar a cumplir el objetivo 3 del Convenio, destinado a repartir equitativamente los beneficios de la biodiversidad, especialmente con las comunidades que los custodian.
La COP15 (2022). La cumbre retrasó dos años su convocatoria, debido al coronavirus y volvió a reunirse en Montreal (Canadá). Tambien esta cumbre esta considerada como histórica porque estableció un nuevo Plan estratégico, conocido como Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, cuyo objetivo principal es proteger el 30 % del planeta, incluyendo áreas terrestres, marinas y de agua dulce, convirtiéndolas en áreas protegidas, además de fijar 23 metas a alcanzar en 2030 y 4 en 2050.
Guía para no perderse en la COP 16
Convenio de Diversidad Biológica (CBD): Es el origen de todo. En 1992, nació el Convenio de Diversidad Biológica con tres objetivos claros: conservar la biodiversidad, usar sus recursos de manera sostenible y repartir sus beneficios de forma justa y equitativa.
Conferencia de las Partes: Cada dos años, los países que ratificaron el CBD, se reúnen para negociar cómo cumplir esos objetivos. Las reuniones, llamadas Conferencia de las Partes, son más conocidas por sus siglas COP, a las que además hay que sumar el numero correspondiente a su edición.
Planes nacionales de biodiversidad o NBSAPs: El acrónimo NBSAP, responde a National Biodiversity Strategies and Action Plans, y sirve para hacer referencia a los planes nacionales que, cada país debe presentar ante Naciones Unidas, detallando la manera en que van a cumplir las metas del Marco Mundial de Biodiversidad, suscrito en Montreal.
DSI o información digital de recursos genéticos: El Protocolo de Nagoya, dejó sin cubrir un aspecto muy importante en la era digital y de redes abiertas compartidas. Actualmente, existen bases de datos abiertas con la “información secuencial digital” – o DSI– sobre recursos genéticos de muchas de las especies de todos los países. Esa información permite que, cualquiera pueda usarla sin tener que compartir los beneficios -económicos o no-derivados de esos recursos genéticos.
Protocolo de Cartagena: El Protocolo de Cartagena, nació en el año 2000 y busca garantizar la seguridad de los organismos vivos. Es decir, que las especies que han sido modificadas genéticamente o por procesos de biotecnología, no representen ningún riesgo ni para la salud humana ni para el medio.