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El CPJ señala los 12 países del mundo en los que los asesinatos a periodistas se cometen con mayor impunidad

Un total de 982 periodistas han sido asesinados en todo el mundo desde 1992, una cifra que aumenta cada año (en 2013 han muerto 17 periodistas) y que no todos los países se toman los mismos esfuerzos por reducir. Coincidiendo con el Día Internacional de la Libertad de Prensa, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) ha presentado un informe en Nueva York en el que detalla los 12 países del mundo donde estos asesinatos se comenten con mayor impunidad.

Se trata de Irak, Somalia, Filipinas, Sri Lanka, Colombia, Afganistán, México, Pakistán, Rusia, Brasil, Nigeria y la India, que conforma, en orden de mayor a menor, el ránking de impunidad. En todos estos países, al menos cinco asesinatos de periodistas ocurridos en los últimos diez años permanecen sin resolver.

"Las investigaciones de estas muertes por lo general se realizan de manera muy torpe, y no se capturan a los verdaderos culpables", explica Ayode Longe, alto funcionario de Media Rights Agenda (Agenda para los Derechos de los Medios), una organización de libertad de prensa en Nigeria.

En ese país al menos cinco periodistas han sido asesinados por su trabajo desde el 2009 y ninguno de sus casos ha sido resuelto. "Ello ha estimulado a otros a agredir a periodistas, porque creen que nada les va a suceder", subraya Longe. El presidente de la Fundación de la Prensa de Pakistán, Owais Aslam Ali, aporta su propia opinión sobre el motivo por el que tantos crímenes no se resuelven: "El principal motivo de la impunidad es la falta de voluntad del gobierno para enjuiciar a los responsables de las agresiones contra periodistas".

Para elaborar el ránking, el CPJ calcula el número de asesinatos de periodistas ocurridos entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2012 no resueltos como un porcentaje en relación con la población del país.

Como en el año anterior, Irak continúa siendo el país con el peor registro en el Indice de Impunidad del CPJ, con 90 casos de asesinato de periodistas no resueltos en la última década y sin señales de que las autoridades estén trabajando para resolverlos. Si bien algunos asesinatos tuvieron lugar en el caos de violencia religiosa y étnica que aconteció durante la guerra liderada por Estados Unidos, "muchos casos pudieran ser resueltos hoy si las autoridades demostraran voluntad", señala el CPJ.

Es, por ejemplo, el caso de la periodista 'freelance' Soran Mama Hamma, tiroteada en Kirkuk en 2008 poco después de que ella denunciara la complicidad de la policía en el negocio de la prostitución. A día de hoy, todavía nadie ha sido condenado por ese crimen. En Irak, casi tres casos de asesinatos a periodistas por millón de habitantes permanecen sin resolver.

A Irak, en este triste índice le sigue Somalia, con 23 casos de periodistas asesinados en los últimos 10 años sin resolver. "Matar a un periodista no parece un crimen a los ojos de las fuerzas de seguridad y del Poder Judicial somalíes", señala Abukar Albadri, director de Badri Media Productions, una productora independiente de noticias de Somalia. Doce periodistas fueron asesinados en represalia por el ejercicio de su labor en 2012 a pesar de la relativa calma reinante en la capital, Mogadiscio.

Filipinas, Sri Lanka y Colombia son otros habituales en el índice de impunidad de CPJ, con 55, 9 y 8 casos de periodistas asesinados sin resolver en la última década, respectivamente. Casos como el del presentador colombiano Jaime Rengifo Revero, ejecutado después de haber criticado las iniciativas de seguridad del Gobierno en el norte del país. El asesinato de Rengifo ocurrió en el 2003, y dos excombatientes paramilitares, grupo de derecha, han sido acusados de perpetrarlo.

La violencia está detrás también detrás de los 15 casos sin resolver de la última década en México, en donde el índice de impunidad en estos casos es del 90 por ciento. Los asesinatos de periodistas han disminuido ligeramente en los últimos tres años en el país, pero según la investigación del CPJ se debe en parte a la autocensura que se ha afincado prácticamente en todos los rincones del país fuera de la capital.

Trás México se sitúa Pakistán, con 23 casos, y después Rusia y Brasil, que comparten el mismo número de asesinatos sin resolver: nueve. En el caso de Rusia, país que ha poseído una de "las culturas de impunidad más profundamente arraigada del mundo", el CPJ observa "un declive de la violencia letal contra la prensa", y destaca "varios procesamientos parcialmente exitosos en casos de asesinato de periodistas", como la condena de un exfuncionario policial acusado del delito de asociación delictiva en relación con el asesinato, en 2006, de la renombrada reportera investigativa Anna Politkovskaya.

LOS CASOS DE CORRUPCION, LOS MAS PELIGROSOS

La política, y especialmente la corrupción, suelen estar detrás de estos crímenes, cuyos principales sospechosos se encuentran en las filas de los propios gobiernos. Así, el 30 por ciento de las víctimas que figuran en el índice del CPJ informaban sobre política, mientras que otro 20 por ciento cubría la corrupción, el segundo tema de mayor peligro. Funcionarios militares y gubernamentales se encuentran entre los principales sospechosos en el 26 por ciento de los casos de asesinato del índice.

Según las investigaciones del CPJ, en decenas de casos "está claro que los asesinos intentaron enviar un mensaje intimidatorio a toda la prensa". En el 48 por ciento de los casos del índice, las víctimas fueron secuestradas o torturadas antes de ser asesinadas.

Y la situación no ha variado demasiado en los últimos años, pese a las denuncias por parte de organizaciones internacionales como el CPJ. Diez de los 12 países que figuran en el Indice de Impunidad han aparecido cada año en él desde que el CPJ comenzó a llevar estas estadísticas, en 2008. Solamente Nigeria, que este año estuvo por primera vez en el índice, y Brasil, que se ausentó un año, son las excepciones.

Nepal, Bangladesh y Sierra Leona han abandonado el Indice de Impunidad en el período transcurrido desde que el CPJ lanzó su análisis anual sobre esta temática, en 2008. En estos casos, la disminución de los niveles de violencia causó el cambio de la clasificación de estos países.