«Fringe»: Universo Abrams

J. J Abrams es a las series de televisión lo que Jean Paul Gaultier a la moda. Un creador de tendencias, un gurú, un visionario, si se prefiere, que con sus series –las hay mejores y peores, claro está– ha marcado la línea a seguir por los guionistas americanos. Con «Lost» abrió la ficción a un nuevo abanico de posibilidades, en el que el límite lo ponía la propia imaginación. Un universo que después continuó con «Fringe». Aunque la serie echó el cierre definitivo el pasado mes de enero, «Fringe» se ha convertido ya en un clásico. En su inicio, la ficción protagonizada por Anna Torv y Joshua Jackson (el amigo de Dawson en «Dawson´s Creek»), se presentaba como un producto arriesgado –la ciencia ficción siempre lo es–, y con la etiqueta de ser la nueva «X- Files». Sin embargo, desde el primer capítulo, en el que los espectadores conocen a Olivia Dunham y a Walter Bishop, y en el que son testigos del primer «evento Fringe», en el que todos los tripulantes y pasajeros de un avión aparecen muertos como consecuencia de una extraña toxina, la serie se fue abriendo como un flor. Creció y forjó una personalidad propia, gracias al trazo libre de Abrams. Como si de un pintor se tratara, el creador fue dando pinceladas sobre un lienzo en blanco hasta lograr una serie con vida propia, que giraba en torno a la «división Fringe» y a su objetivo de explicar lo inexplicable.

El resultado de este ejercicio de imaginación, que explora una línea del tiempo alternativa, fueron 100 episodios y cinco años en antena, algo que no está nada mal si se tiene en cuenta que, últimamente, las series se las ven y se las desean para pasar de la segunda temporada. «Fringe» ha terminado, pero el laboratorio Abrams sigue en marcha. Tras algún que otro traspiés, como el de «Alcatraz» –que no terminó de calar entre el público–, el productor, director, guionista, compositor y también actor (hizo sus pinitos en la interpretación allá por la década de los 90) ha regresado con «Almost Human», en la que continúa explorando el mundo de la ciencia ficción, aunque en esta ocasión de la mano de policías robots, con una ambientación que recuerda a la mismísima «Blade Runner». La audiencia dirá si se convierte en una nueva «Fringe» o es sólo flor de una temporada.