Los nazis se cuelan en un «reality»

Una familia contemporánea checa acepta sin ningún pudor protagonizar un «reality» en el que viajan en el tiempo a uno de los momentos históricos más trágicos de su país: la ocupación nazi entre 1939 y 1945. Se trasladan a una granja donde interactúan con actores que interpretan a los soldados nazis y a otros residentes de la aldea, mientras sufren el racionamiento de la comida, la presión psicológica y emocional de ser apaleados o detenidos en cualquier momento. Los nombres de los episodios son tan incendiarios como «Reglas de superviviencia» y «Con la gestapo en mi espalda», por no hablar del título del formato: «Vacaciones en el protectorado».

Críticas en todo el mundo

Sólo han hecho falta un par de emisiones en la televisión pública checa para que se le eche encima la crítica internacional. «Afortunadamente para esta familia, no serán tratados como los 82.309 judíos que vivían en el protectorado y fueron deportados por los nazis a los campos de concentración o fueron asesinados», se ha escrito en el diario «The Times of Israel», que añadía con una ironía teñida de indignación, «¿cuándo se rodará un ‘‘Gran Hermano’’ en Auschwitz?» Milan Fridrich, director del formato se justifica diciendo que «‘‘Vacaciones en el protectorado’’ es una de las contribuciones al 70º aniversario del fin de la II Guerra Mundial y no queríamos hacerlo a través de un documental clásico, si no a través de formatos más innovadores como un «reality». Por ahora, lo único que ha conseguido es levantar ampollas.

«Es imposible reproducir en un concurso la experiencia de terror de la Gestapo y, en general, la maquinaria de terror nazi. Puede despertar el morbo del público pero a costa de desvirtuar la Historia y convertir a los personajes –el agente, el colaborador, el perseguido...– en caricaturas televisivas», afirma el profesor de Derecho y Comunicación de la Universidad CEU-San Pablo, Ricardo Ruiz de la Serna.

Con «Vacaciones en el protectorado» es evidente que se ha cruzado un límite que puede ser muy peligroso puesto que, como subraya Ruiz de la Serna, «los crímenes de los nazis deben recordarse, pero no sin despojarlos de su relevancia y trascendencia para convertirse en un mero entretenimiento».

En su página web, la televisión checa afirma que, para conseguir la mayor autenticidad posible, el formato ha contado con el asesoramiento de historiadores y arquitectos para «dar credibilidad histórica al proyecto», pero ésta se desmonta por la propia esencia del programa. Para el profesor de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo, Álvaro de la Torre, «es uno de los síntomas más evidentes de que este género televisivo presenta síntomas de cansancio y que han querido dar una vuelta de tuerca más. Primero fueron los «realities» puros que exploraban la afectividad y sexualidad de los concursantes y ahora convierten la Historia en una anécdota, en un espectáculo banal».

De la Torre no cree que un programa de esta factura en el que, por ejemplo, se recrease la Guerra Civil, tuviese audiencia. «Creo que los espectadores lo rechazarían frontalmente, más aún cuando todavía no se han cerrado las heridas del conflicto. Hay que tener mucho cuidado, porque se recupera de una forma superficial una simbología altamente peligrosa, concluye.

Un periodo negro

En 1941 llegó a Praga uno de los nazis más temidos: Heydrich, que inició una represión brutal y deportó a miles de judíos a Auschwitz. En 1942 sufrió un atentado que acabó con su vida. Las represalias fueron devastadoras.