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Winter: «El cine ha perdido su identidad»
Guionista de «Los soprano» y ganador de cuatro premios Emmy, visita Madrid para dar una clase magistral y afirma que los actores «quieren personajes, no interpretar héroes»
ganador de cuatro premios Emmy, visita Madrid para dar una clase magistral y afirma que los actores «quieren personajes, no interpretar héroes»
Para Terence Winter el cambio de siglo no fue un mero trámite. Hasta entonces era un currito que tecleaba guiones de series de escaso recorrido artístico. Pero se cruzó en su camino David Chase y le invitó a entrar en el universo de «Los Soprano». ¿Resultado? Cuatro premios Emmy. De visita en España para impartir una clase magistral invitado por el sindicato de guionistas ALMA, recuerda aquel momento como un punto y aparte en su filmografía. «Me iba a casa pensando cómo sería la vida de un gánster en nuestra época. Chase quería que no les idealizase y fueran personas normales. Ahí estuvo la clave, porque la audiencia se identificó con ellos. Cuando Tony Soprano discutía con sus hijos, el espectador pensaba: ‘‘¡Eh, eso es lo que está pasando en mi casa!’’. Y hay que tener en cuenta que los giros del guión demostraban las aristas que puede tener la vida. Se veía a Tony y a su grupo hablando de películas, política y música, y en la siguiente escena le estaba pegando un tiro a alguien», comenta. Emitida por HBO durante seis temporadas, Winter se alegra de la filosofía artística de la plataforma on-line. «Fue lo más parecido a la libertad creativa que he conocido. En las cadenas comerciales te dan unas notas, trabajas sobre ellas y te dicen lo que puedes hacer y lo que no. Además, no tenías que preocuparte por si las tramas ofendían a los anunciantes», explica.
El fin de un mundo
Poco después, ya volaba por su cuenta y se convirtió en el creador, productor ejecutivo y guionista de «Boardwalk Empire». Le pidieron que leyese un libro de historia sobre Atlantic City y encontró lo que buscaba: el negativo de los personajes que le hicieron célebres, los gánsteres que vivieron la época gloriosa de la Ley Seca a comienzos de los años 20. «Me gustaba la idea porque en uno de los guiones puse en boca de Tony Soprano que estaba seguro que había llegado en el final de ese mundo. Y así era. Me dio un subidón cuando Martin Scorsese entró en el proyecto». Que el director de «Casino» figurase en los títulos de crédito de una serie legitimó aún más la ficción en la pequeña pantalla. «Aportó credibilidad a lo que ya se comentaba con la boca pequeña: que los mejores proyectos estaban en la televisión, no en el cine», comenta. En ese sentido rememora cómo a comienzos de 2000 «los actores decían en público que no querían participar en series, pero en privado alababan los personajes y los guiones. He trabajado con los mejores intérpretes y algunos me comentaban: ‘‘Si tengo que rodar otra película de superhéroes e ir semanas vestido con una especie de calzoncillo me tiro por una ventana. Por favor, piensa en mí’’».
Llegó el fracaso de público con «Vinyl» y su primera decepción con HBO «porque la programaron mal, ya que nos enfrentaron a ‘‘The Walking Dead’’». Ahora disfruta con las producciones de otros. Afirma sin complejos que le hubiera gustado participar en la creación de «Mad Men» al tiempo que sigue con pasión «Fargo», «Homeland», «Master of None» y «Silicon Valley». Reconoce la calidad de «Juego de tronos», «pero no la veo porque no me gusta ese género». Nominado a un Oscar por el guión de «El lobo de Wall Street», juega por pura distracción sobre una serie sobre Donald Trump, «aunque no tengo muy claro que fuese un personaje creíble, tendría que hacerse una comedia negra a su medida». Winter cree que el futuro del cine no es muy alentador, «porque ha perdido su identidad». Y plantea una reflexión: «En los 60 y 70 algunas de las películas más taquilleras fueron ‘‘El graduado’’ (1967) y ‘‘Cowboy de medianoche’’ (1969). Hoy serían cintas alternativas. Es más, tendrían suerte si encontrasen financiación para rodarlas».
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