Crítica de libros
De periodista a profesor en la cárcel
Si hace pocas fechas varios medios de comunicación informaron de que Rosario Porto ejercía su condición de abogada en la prisión de Texeiro para asesorar legalmente a otras reclusas, ahora parece que Alfonso Basterra ha decidido seguir sus pasos. Eso sí, no para ilustrarlos sobre leyes o códigos penales; más bien para hacer gala de su amplia cultura –como siempre han señalado todos sus allegados– y orientarlos en materias como la lectura y en la educación en general. Tal como asegura a LA RAZÓN su padre, Ramón Basterra, Alfonso ejerce de «profesor» en el módulo de penados de la prisión coruñesa. Algo que, según su progenitor, le «sirve de ayuda», casi de terapia, durante estos casi nueve meses que el periodista lleva encerrado. No en vano, tal como apuntó el pasado mes de marzo «El faro de Vigo», Basterra tuvo que ser trasladado del módulo de preventivos, donde había sufrido varias amenazas por parte de otros reclusos y había padecido algunos cuadros de ansiedad que precisaron de atención médica. Ya entonces, su padre comentó a este diario que Alfonso «se siente muy mal. Muy nervioso, muy preocupado», como si estuviera metido «en una ratonera». De hecho, a día de hoy, continúa custodiado las 24 horas del día por un «recluso sombra» que vela por su integridad, tal como exige el protocolo antisuicidios vigente. Con todo, a día de hoy parece haberse ganado la confianza de algunos de sus compañeros en prisión. «Están asombrados por todo lo que sabe», afirma Ramón Basterra, que continúa realizándole envíos semanales para sufragar pequeños gastos en la cárcel. Aún así, parece evidente que Rosario Porto se ha integrado en mayor medida. En cuanto al comienzo del juicio, la defensa considera que «muy probablemente se producirá tras el verano», posiblemente a partir del mes de septiembre.
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