
Opinión
En defensa de los niños
40 millones de niños han visto destruidas sus casas en los últimos conflictos bélicos y casi 100 millones no tienen morada fija

Son cifras escalofriantes: cuarenta millones de niños han visto destruidas sus casas en los últimos conflictos bélicos y casi cien millones no tienen morada fija; ciento sesenta millones son víctimas de trabajos forzados, abusos y explotaciones de todo tipo; millones de menores son emigrantes, frecuentemente solos, sin familia; se estima que otros ciento cincuenta millones son niños «invisibles» porque no fueron registrados al nacer y por eso son fácilmente maltratados, prostituidos, vendidos como esclavos o como «donantes» forzados de órganos .
Este es el terrible panorama presentado por el Papa al abrir en el Vaticano la cumbre mundial sobre los derechos de la infancia a la que asistieron medio centenar de expertos de todo el mundo, entre ellos la Reina Rania de Jordania, Mario Draghi ex Presidente del Banco Central Europeo y Al Gore, Premio Nobel de la Paz y ex vicepresidente norteamericano.
«No puede aceptarse- lamentó Francisco- lo que por desgracia estamos viendo casi todos los días: niños que mueren bajo las bombas, sacrificados a los ídolos del poder, de la ideología, de los intereses nacionalistas. En realidad nada vale tanto como la vida de un niño. Matar a los más pequeños significa negar el futuro». Al final de su discurso Jorge Mario Bergoglio no dejó de condenar «la práctica homicida del aborto».
Pero el Pontífice no piensa abandonar su campaña contra el infanticidio, la pobreza, el hambre y las injusticias que cercan a esa «periferia» de la existencia. Ha anunciado que pronto hará pública una exhortación apostólica dedicado a los niños que jamás – dijo- «deben ser considerados como números sino como rostros que nos miran» evocando el título del famosos film de Vittorio de Sica.
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