Investigación

Descubren por qué olvidamos rápidamente los números de teléfono

Un estudio internacional sobre la memoria a corto plazo puede ayudar a entender mejor el mal de Alzheimer

Una mujer utiliza un teléfono móvil para hacer una llamada
Una mujer utiliza un teléfono móvil para hacer una llamadalarazon

Lo hacemos todos los días y de manera inconsciente. Salimos a la calle y recordamos cuántas monedas metimos en el bolsillo para comprar el pan; nos dicen una dirección y la retenemos un tiempo en la memoria antes de anotarla, tenemos una charla con un vecino y recordamos los aspectos más importantes para contársela a nuestra pareja al subir a casa. Es lo que se llama memoria de trabajo, un tipo de retención de información a corto plazo, fundamental para el funcionamiento de nuestro cerebro.

Se sabe que esta función neurológica está perfectamente integrada en la capacidad de recuerdo a largo plazo. Por ejemplo, si vamos a cocinar una fabada, la memoria a largo plazo nos sirve para recordar la receta o incluso si hemos comprado todos los ingredientes. Pero la memoria de trabajo es vital para realizar la tarea, fijar cuándo hemos encendido el fuego o si hemos echado sal e incluso poder hacer varias tareas a la vez. A pesar de que se tiene certeza de que esta capacidad puede verse afectada por el envejecimiento y su mal funcionamiento puede ser síntoma de deterioro cognitivo, hasta ahora no se conocía muy bien cómo funciona.

Esta semana, las cosas han comenzado a cambiar. Un equipo de investigadores del Hospital Cedars-Sinai en Los Ángeles ha hallado por primera vez en la historia un grupo concreto de neuronas que sirven para coordinar el almacenamiento de informaciones sensoriales relacionado con la memoria de trabajo. En realidad, estas neuronas no retienen la información, pero son catalizadoras sin las cuales ese almacenamiento a corto plazo sería imposible.

Este tipo de memoria es muy difícil de estudiar. Permite retener información por algunos segundos y es muy frágil. Requiere un foco continuo (por ejemplo, mientras repetimos un número de teléfono no lo olvidamos, a los pocos segundos de dejar de repetirlo puede que ya no lo recordemos). Además, cualquier estímulo externo la borra con facilidad (como cuando nos hablan mientras estamos haciendo una operación matemática y perdemos el hilo).

Pero lo más importante en términos médicos es que esta facultad puede verse afectada por muchas enfermedades y disfunciones. De manera que entenderla bien es una herramienta interesante para conocer mejor estas patologías, como el alzhéimer.

Según Jonathan Daume, médico que ha dirigido la investigación, «en males como la demencia o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) el problema no es la capacidad de almacenar recuerdos, sino el de enfocar sobre ellos y retenerlos una vez se han formado.

Para conocer mejor esta fase de la memoria, los investigadores registraron la actividad neuronal de 36 pacientes hospitalizados. Se trataba de enfermos de epilepsia a los que se les habían introducido electrodos en el cerebro como parte de una cirugía para curar su mal. Aprovechando esta circunstancia, el equipo médico solicitó a los pacientes que realizaran determinadas tareas que requieren la asistencia de la memoria de trabajo y midieron la actividad de las neuronas y de las ondas cerebrales.

La investigación requería de un trabajo sencillo. A los individuos se les mostró en un ordenador una fotografía aislada o una serie de fotografías de animales, personas, objetos y paisajes. La pantalla se apagaba y en tres segundos se pedía a los pacientes que recordasen las fotografías que habían visto.

Las respuestas rápidas y acertadas coincidieron con la actividad mayor de dos grupos de neuronas. Unas de ellas, a las que han llamado neuronas de «categoría», sirven para diferenciar la categoría a la que pertenecen las fotografías (animal, persona, planta…). El segundo grupo es vital para que esa categoría sea recordada y se ha denominado «neuronas de fase». Estas segundas no almacenan un contenido concreto; utilizan un proceso que se conoce técnicamente como acoplamiento de fase-amplitud (PAC) que permite que las primeras enfoquen correctamente en la memoria que quieren conservar.

De ese modo, si tenemos que recordar una secuencia las neuronas de categoría se activarán durante todo el tiempo que repitamos mentalmente los conceptos mientras que el otro grupo neuronal, modulado a través de diferentes ondas cerebrales, se encargará de que el recuerdo quede fijado. Esta actividad tiene lugar en el hipocampo, región cerebral vital para la memoria a largo plazo. Ahora, se demuestra que el hipocampo también puede estar relacionado con los recuerdos de más corta duración y más funcionales. El dato es de gran importancia porque es precisamente en el hipocampo donde empiezan a manifestarse los primeros daños causados por enfermedades como el mal de Alzheimer.

Jorge Alcalde es director de «Esquire»