China
Desembarco chino en la Universidad
Los estudiantes del país asiático suponen ya la nacionalidad extracomunitaria mayoritaria entre los universitarios que vienen a nuestro país. La cifra se ha duplicado desde 2008.
Los estudiantes del país asiático suponen ya la nacionalidad extracomunitaria mayoritaria entre los universitarios que vienen a nuestro país. La cifra se ha duplicado desde 2008.
Puede que, en la cafetería de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid, los 505 estudiantes chinos de grado que están matriculados tengan dificultades para entender algunos conceptos que ese día se han explicado en clase, pero sobre lo que no tienen ninguna duda es sobre el menú que se sirve a la hora de la comida en la cafetería. Hace tiempo que se traduce al chino mandarín, lo mismo que muchos de los carteles informativos distribuidos por sus instalaciones (como el de «vigile sus pertenencias»). Y es que en esta facultad, de los 2.704 alumnos matriculados este año, uno de cada cuatro procede de China, una cifra que se ha disparado en los últimos cinco años hasta el punto de que en muchos másteres de universidades como la Complutense o la Rey Juan Carlos es posible encontrar más alumnos chinos que españoles en un aula. En el máster de «Investigación en Periodismo: discurso y comunicación» de la Complutense, el 65 por ciento de los 114 alumnos matriculados son chinos y en la Rey Juan Carlos, hay grupos de doctorado que se mantienen abiertos gracias al alumnado procedente del país asiático.
«El español está en alza y eso ha provocado una llegada importantísima de alumnos chinos, a pesar de que nuestras universidades no son las más demandadas por los estudiantes extranjeros», dice Julio Contreras, vicerrector de alumnos de la Universidad Complutense.
Un estudio de la embajada de España en Pekín sobre el alumno chino en España pone de relieve que la mayoría viene a España a estudiar «por la importancia global del idioma español y por el interés que en ellos despierta la cultura española». Se interesan sobre todo por materias relacionadas con la Economía y la Administración de Empresas, seguidos de Filología Hispánica, Turismo y Comercio. Las materias técnicas y científicas también captan su atención, aunque en menor medida. Se calcula que el 5% cursa Ingenierías y otro tanto Arquitectura.
China es la nacionalidad extracomunitaria mayoritaria entre los estudiantes que vienen a nuestro país. Según el último informe de la Consejería de Educación de la Embajada de España en Pekín, se calcula que en 2013 había 5.722 estudiantes chinos en España, una cifra que supone el doble de la registrada en 2008, (que era de 1.252) y que se estima que no ha parado de crecer. El 67% tiene entre 20 y 24 años y dos tercios de los cuales son mujeres.
Jialing Yang tiene 24 años, vino hace cinco a estudiar el grado de Turismo procedente del sureste de China y ahora cursa un máster en Dirección y Gestión de empresas hoteleras. «En España me siento como en mi casa. Los chicos españoles son muy guapos, sobre todo los rubios, y aún quiero permanecer dos o tres años más, hasta concluir el doctorado», dice la joven. Su objetivo es terminar su formación en España porque «si dominas el español puedo tener un trabajo bien remunerado en mi país, se te abren más oportunidades laborales y mientras tanto también puedo trabajar en el mundo de la hostelería en España porque domino tres idiomas (chino, inglés y español)». Las mismas aspiraciones las comparte Luli, de 23 años, ha venido a ver a Jailing a la Facultad de Turismo y está matriculada en el máster de «Español como segunda lengua en la Facultad de Filología de la Complutense. Estudió en la Universidad de Linyi (Shandong) el grado de Lengua Española, y lleva residiendo en nuestro país dos años. «Desde el principio pensé en estudiar lo que en China llamamos una “lengua pequeña”», dice refiriéndose al español. «Dominarlo me va a proporcionar un buen trabajo». Luli encuentra muchas similitudes entre China y España: «Aquí la gente come mucho arroz, la sopa de cocido es parecida a la que tomamos en China y el trato de la gente es muy bueno, como en mi país... aunque diferimos en que en España la gente trabaja para vivir y en China la gente vive para trabajar». Pero Luli dice que, si no le retiene algún español con el que casarse, querría regresar a China para ser profesora de universidad.
«Los alumnos que vienen a España son hijos únicos y los abuelos y los padres trabajan para pagarles los estudios en España. Cuando los acaban, salen con puestos muy importantes en multinacionales chinas en Latinoamérica», explica María Concepción García Gómez, decana de la Facultad de Comercio y Turismo de la Complutense. Las tasas universitarias que pagan no les supone un desembolso grande porque lo comparan con lo que esos mismos estudios les podría haber costado en Reino Unido o EE UU. La principal dificultad que encuentran cuando llegan a España es el idioma. El nivel de conocimiento que se les exige es el A2 (muy básico). «La mayoría pierde el primer año por este motivo y es por esta causa por lo que otros compañeros españoles a veces evitan hacer trabajos en grupo con ellos. Distorsiona mucho la clase que haya 89 alumnos y 20 de ellos chinos que no se estén enterando de lo que estás explicando porque no entienden lo que dices», añade. «El alumnado chino es reservado, disciplinado y trabajador. Son estudiantes competitivos, participan poco en clase, cuando lo que se pretende es todo lo contrario desde que se empezó a aplicar el Plan Bolonia, y jamás se quejan por exceso de trabajo», dice María Jesús Casals, profesora de la Facultad de Ciencias de la Información. Eso sí, la mayoría tiene en mente volver a su país para «devolver» a su familia lo que ha hecho por ellos.
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