Sociedad

El 96% de los casos de acoso escolar no son reportados a Inspección Educativa, según denuncia Amnistía Internacional

Por cada caso de acoso escolar reconocido por Inspección Educativa hay más de 200 según diferentes estudios

El 96% de los casos de acoso escolar no son reportados a Inspección Educativa, según denuncia Amnistía Internacional
El 96% de los casos de acoso escolar no son reportados a Inspección Educativa, según denuncia Amnistía Internacionallarazon

La ONG asevera que de la mayoría de los casos sospechosos de acoso escolar recogidos a través del teléfono estatal contra el bullying no se informa y piden al nuevo Gobierno que la lucha contra este realidad sea una prioridad para el Gobierno, ya que el acoso escolar es una violación de los derechos humanos

Las autoridades no están registrando todos los casos de acoso escolar, incluido el desglose de los factores de riesgo que hacen que algunos niños sean más vulnerables a este tipo de hostigamiento, denuncia Amnistía Internacional.

La ONG asevera que de la mayoría de los casos sospechosos de acoso escolar recogidos a través del teléfono estatal contra el bullying no se informa. Así, “el primer año se registraron 25.000 llamadas y 7.500 eran posibles casos de acoso escolar. En el segundo año hasta noviembre de 2018 se recibieron 15.500, de las cuales 5.500 eras casos posibles. Y sin embargo, el 96% de los casos posibles de acoso escolar no fueron reportados a Inspección educativa”, denuncia Koldo Casla, autor del informe "El acoso escolar en España, un asunto de derechos humanos", presentado hoy. Unas llamadas que si bajan en gran parte se deben a la puesta en marcha de teléfonos contra el acoso escolar a nivel autónomico.

Los datos oficiales, según la ONG, no reflejan la realidad. Así, según el "Estudio de Conducta sobre Salud de los Jóvenes en Edad Escolar"de la OMS, el 4,3% de las niñas y el 7,5 de niños fueron víctimas de acoso escolar en España en 2014, último año del que se disponen datos. En otros dos estudios previos encargados por el Defensor del Pueblo la incidencia del bullying descendía en 2007 respecto al año 2000. Ahora bien, el ciberacoso va en aumento. Así, una quinta parte de las víctimas identificadas por la Fundación ANAR en 2017 había sufrido ciberacoso; el 86,9% de ellas fueron dentro del propio centro. Estos datos no concuerdan con el de las inspecciones. Así, “hoy no es posible decir cuantos niños sufren acoso escolar. No lo sé yo, ni Amnistía Internacional ni las autoridades, porque según inspección educativa hay un 0,03% de casos frente el 4, 5 o 6% que dicen los estudios. Y hay un diferencia del 200% por lo que de cada caso que reconoce Inspección Educativa hay 200 más según otros estudios”, precisa Casla.

La ONG asevera que de la mayoría de los casos sospechosos de acoso escolar recogidos a través del teléfono estatal contra el bullying no se informa y piden al nuevo Gobierno que la lucha contra este realidad “sea una prioridad, ya que el acoso escolar es una violación de los derechos humanos”, hace hincapié Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

En su informe, elaborado a partir de entrevistas a 125 personas de Galicia y Extremadura, la ONG recoge los testimonios de varios menores y ciertamente son desoladores. Se sienten solos ante el acoso, desprotegidos pese a la figura del adulto en las aulas e incluso preocupados por lo que puedan pensar sus padres.

"No hay contacto personal con la mayoría de profesores, aunque cada día pasamos muchas horas con ellos. Algunos de nosotros pasamos más tiempo con ellos que con nuestros propios padres", afirma una adolescente de 15 años de La Coruña.

En otras ocasiones, no quieren preocupar a sus progenitores: "Mi madre se pondría muy triste si le contará lo que pasa en el Instituto. Sé que es una tontería ocultarle la verdad. Pero no siempre es fácil", reconoce un joven de 18 años de Badajoz.

"No queremos agobiarles. Están ocupados con muchas cosas. Por eso intentamos resolver las cosas por nuestra cuenta. No queremos preocuparlos", añade una adolescente gallega.

Un sentimiento que se vuelve en tono de culpa en los padres: "Le quitas importancia. Piensas que es sólo una fase. Sientes que tú tienes la culpa. Quizá los has sobreprotegido. Quizá hiciste lo contrario. En cualquier caso, dudaste de tu propio hijos, afirma una madre de una víctima escolar en La Coruña.

De hecho, muchos profesionales están preocupados al respecto: "Si os dicen que el acoso escolar no existe es porque no conocen la verdad o porque lo están ocultando. Yo trato de hacer lo contrario", afirma Pura Prado, directora de un centro escolar de Ribeira (La Coruña). Otra directora de un centro en Badajoz reconoce que "si los padres y madres lo conocen es por los medios de comunicación y no por nosotros". "A mí me dijeron que no diera publicidad al número para evitar el alarmismo", añade un profesor de Mérida.

“Él la insultaba para integrarse en el grupo”

Y pese a esta realidad, aunque se ofrece a los docentes cursos sobre acoso Escolar, estos no son obligatorios y los profesores no siempre los consideran útiles para identificar posibles casos de acoso escolar en el aula. Y eso pese a que la Ley Orgánica de Educación (2/2006) establece que la formación permanente es un derecho y una obligación para todo el profesorado y una responsabilidad de las autoridades y centros escolares.

Durante el acto, estuvieron dos estudiantes, Sara Padrón y Paula Orbán, que participan en un programa de Ayuda entre iguales, colaborando en la prevención de posibles casos de acoso escolar en Orense. “Los mediadores ayudamos a que (víctima y agresor) sepan cómo se sienten unos y otros. No se puede mediar en todos los conflictos, así en tema de vídeos, fotos la mediación no tendría sentido”, explica Sara. Al igual que en un caso grave de acoso. Pero sí se pueden atajar de forma temprana casos de bullying. Hace poco en el centro de Paula les llegó el caso de una alumna, gracias a que una amiga de la estudiante avisó a la orientadora del instituto. “Nos dijo que otro estudiante se estaba metiendo con su aspecto físico. La alumna llevaba semanas soportándolo. Hablamos con ambas partes y estaban dispuestos a hablar entre ellos. Ella le dijo cómo le hacía sentir con sus insultos y que no lo entendía porque eran amigos de pequeños. Él le dijo que lo hacía para sentirse integrado en el grupo y que no era consciente del daño que le hacía”. Dos semanas después de la mediación el conflicto puede darse por solucionado. No fue un caso fácil pero se logró que terminara sin imponer una sanción, sino aprendiendo lo que vale la palabra respeto”, concluye.