Tokio
El bebé de una familia adinerada vive en la pobreza durante 60 años
La Justicia ha condenado al centro a pagar una indemnización de 273.000 euros por daños y perjuicios
Un niño japonés nacido de padres ricos creció en la pobreza por un error de las enfermeras del hospital, que intercambió los bebés de dos familias. Así, el niño de la pareja pobre ha tenido una vida plena, llena de privilegios y abundancia y hoy en día es propietario de una empresa. El bebé perjudicado tiene hoy 60 años de edad y ha sobrevivido gracias a las ayudas del estado, después de que el que el creía que era su padre muriera cuando él tenía dos años y su madre tuvo que cuidar de él y de sus tres hermanos en un apartamento de una habitación. Este hombre, que se negó a facilitar su identidad, tuvo que estudiar en la escuela nocturna, mientras trabajaba en una fábrica. Nunca se casó y ahora ayuda a cuidar de tres hombres que no son sus hermanos, entre ellos, uno que ha sufrido un derrame cerebral.
Mientras tanto, el niño que se le dio a los padres biológicos del hombre nació 13 minutos más tarde en el Hospital San-Ikukai, en Sumida Ward, Tokio, y creció en la abundancia relativa.
El muchacho tenía un tutor personal, fue a la universidad y es el jefe de una exitosa empresa immobiliaria.
Lo curioso del caso es que los que se dieron cuenta del error fueron los padres adinerados porque el hijo que le entregaron en el hospital no se parecía nada a ellos ni a nadie de su familia. Por ello, en 2011 solicitaron el acceso a los registros hospitalarios y las pruebas de ADN confirmaron posteriormente el error. El origen del fatal intercambio se produjo cuando una de las copadronas se llevó a los niños para bañarlos y cuando regresó se los entregó a las madres equivocadas, informa el diario británico "The Telegraph".
En declaraciones a los medios de Tokio, el hombre condenado a una vida de penurias mostró su consternación por haber tenido que crecer con una familia que no tenía nada que ver con él. "Me preguntaba cómo diablos ha podido pasar esto", dijo. "No me lo podía creer. Para ser honesto, no quería aceptarlo", dijo.
El Tribunal de Distrito de Tokio condenó el pasado martes al hospital a indemnizar al hombre con 273.000 euros por daños y perjuicios, cifra significativamente inferior a los 1,8 millones de euros que reclamaba la acusación.
"Los vínculos entre el hombre y sus verdaderos padres fueron cortadas y se vio obligado a crecer en un hogar pobre,"dijo el juez Masatoshi Miyasaka en su fallo. "La angustia mental que atravesó fue enorme. "Había grandes diferencias entre los dos entornos familiares y el resultado fue que el demandante sufrió una pérdida razonable", dijo el magistrado.
"Es imposible evaluar la magnitud del dolor y la decepción que tuvieron que sufrir tanto los padres como su hijo, ya que se han visto privados de la oportunidad de disfrutar de la relación familiar durante toda su vida".
De hecho, los padres biológicos fallecieron antes de el error saliera a la luz y él está todavía intentando asimilar lo que ocurrió hace 60 años. "Podría haber tenido una vida diferente", lamentó.
"En cuanto vi la foto de mis padres, quise conocerles", afirmó. "Durante meses, no pude contener las lágrimas cada vez que veía sus fotos". Agregó que la mujer que lo crió como su hijo pudo haber sospechado que algo estaba mal. "Creo que mi madre adoptiva puede haberse dado cuenta", admitió, señalando las diferencias físicas entre él y sus hermanos.
Sus tres hermanos reales, que insistieron en que se realizará la prueba de ADN, se han mostrado partidarios de iniciar una relación con su hermano biológico y compensar los años que han perdido.
El hospital inicialmente intentó que el caso fuera desestimado con el argumento de que al ser un caso de hace más de 10 años, habría prescrito. En cambio, el tribunal desestimó la demanda y dictaminó que la ley de prescripción comienza a computar a partir de que se confirmaron los resultados de las pruebas de ADN. El hospital no ha confirmado si apelará el fallo.
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